Luna sobre Petare desde La Urbina = foto Ildemaro Trias |
cuento a cuatro manos
escrito para la Navidad 2010
publicado por #MeLoContaronAlrededorDelFuego el 1rodic2015
reeditado y revisado el 18dic2016
Una mañana, en la que el suelo del bosque estaba cubierto por una fina capa de nieve, lo suficiente para que no se viera el piso, pero no tanto como para que no se pudiera caminar, nació nuestro pino, un pino tan hermoso que el solo verlo causaba que los animales del bosque se acercaran a observarlo. Nuestro Pino era heredero de árboles ancestrales y su linaje se podía seguir hasta el mismo primer árbol de navidad en tiempos muy remotos de los que solo las muy viejas secoyas tenían recuerdos. Y este, que era el más bello y perfecto de todos los nacidos en aquel bosque, era un árbol que estaba llamado a decorar el palacio de un Rey, o la sala del rector de alguna afamada universidad.
Al
pasar de los días su hermosura se fue incrementando y con ella su ego, se
sentía superior a todos los seres que habitaban en aquel bosque e infinitamente
más bello que todos sus primos y hermanos pinos.
Un
día se le acercaron dos hombres, que dijeron que aquel era el pino más hermoso
de todo el bosque, los demás árboles estaban celosos, pero a el no le importaba
era el árbol más hermoso y también el más feliz. Los visitantes tomaron fotos y
nuestro pino escucho que una de ellas seria la portada del catalogo de Navidad
2010.
Los
árboles del bosque estaban ansiosos, pues se acercaba la navidad, lo que
significaba que tendrían la oportunidad de alegrarle la vida a un niño y aunque
ninguno de ellos conocía muy bien por que se celebraba la navidad, si sabían
que era algo muy importante para las personas, había uno de los árboles que
decía que era un cumpleaños, otro que era algo relacionado con una estrella, sin embargo la mayoría solo sabia que se
trataba de adornos y regalos y para ellos, a la larga, lo único importante era
la oportunidad de hacer feliz a alguien, pero nuestro pino no pensaba en la
felicidad de los hombres sino en su propia belleza y en la oportunidad de
adornar una gran sala.
Finalmente
llego el mes de agosto, cuando se escogían los pinos más hermosos del bosque
para venderlos en navidad, todos estaban nerviosos, todos menos nuestro árbol, “¿quien tendrá la suerte de llevarme a su
casa?” se preguntaba, y estaba muy seguro de que lo iban a escoger de
primero, pues después de todo el era el árbol más hermosos de todo el bosque y no
había duda de que, como mínimo, adornaría la sala de un Rey, y eso solo si aquellos
que fueran superiores a los reyes decidieran no celebrar la navidad.
En
eso escucho las sierras y sintió el dolor cuando lo cortaron, pero no le
importo su momento había llegado, su destino estaba por cumplirse. Pero después
de que lo cortaran y lo montaran en el camión paso algo raro, lo metieron junto
con otros muchos árboles en un una gran contenedor metálico que tenia escrito
en uno de sus lados “DESTINO: PUERTO DE LA GUAIRA / VENEZUELA”; el cajón estaba
oscuro y, aunque tenia un sistema de refrigeración muy agradable, nuestro pino
no se sentía cómodo compartiéndolo con tantos otros árboles tan comunes.
Pensó
que se trataba solamente de un error y que muy pronto seria corregido, pero
pasaban los días y finalmente una noche el contendor comenzó a moverse e
inclinarse lo que hizo que muchos de los demás árboles le cayeran encima a
nuestro pino, rompiéndole varias de sus ramas, el pino se preocupo pero inmediatamente
pensó que seguía siendo el mejor árbol del bosque y que su destino seguía siendo el de adornar un bello
salón, así que espero a que lo sacaran
de la caja, y espero, y espero, pero pasaban los días, se daño el sistema de
refrigeración, el calor se hizo insoportable, pero nadie fue a buscarlo en la
caja, y sus ramas rotas empezaron a marchitarse. Afuera el pino escuchaba un
idioma que no entendía lo que lo confundía mucho más.
Después
de un largo mes de espera, por fin abrieron la caja, la luz del Sol lleno todo
el contenedor y por fin pudo verse de nuevo, ahora el arbolito no se veía bien,
ya no parecía el árbol de un rey si no un simple árbol que se usa para avivar
una fogata.
Lo
tiraron sin cuidado en la parte de atrás de un camión, donde lo amarraron
dañándole más las ramas, el árbol lloro amargamente todo el camino, pues ya no
era ni un arbolito bonito, ya no creía que nadie lo fuera a comprar.
Más arriba
de allí en la ciudad de Caracas vivía una joven de 14 años llamada María; vivía
en el barrio Carpintero de Petare. Hace 6 meses en Semana Santa había ido a la
fiesta de 15 años de prima Carlui (hija de sus tíos Carla y Luis), allí había
bailado con Maikel y al final de la noche la llevo detrás del rancho y le dijo
que “la amaba” y que “todos los otros la hacían”, hoy María
esta embarazada de un bebe que debe nacer a principios de diciembre, Maikel al
enterarse de la existencia del niño huyo lo mas lejos que podía, dejando a la
pobre Marí con una criatura que ni ella ni su padre José tenían idea de con que
alimentar.
José
es carpintero, por lo que decidió que el pesebre de su hija, y de su nieto
seria algo especial, así que tomo trozos de madera y se dedico a tallar una a
una las figuras del pesebre desde la virgen María y José, el niño, la mula y el
buey, quería regalárselo a su hija y su nieto para Navidad.
Después
de un par de horas el camión se detuvo frente a un toldo que tenia un letrero
con luces brillantes, que decían, o gritaban ¡OFERTA EN PINOS CANADIENSES DE
TODOS LOS TAMAÑOS! Lo llevaron adentro y lo lanzaron al fondo de la tienda, con
los árboles más feos que no sirven para nada.
Llovía
mucho y no lo cuidaban, lo dejaban allí para ser una victima de los insectos
que se alimentaban de sus ramas y de su madera, sus hojas se caían al piso
formando una especie de charco verde, en el suelo, que daba la apariencia de
sangre derramada.
Un
día como cualquiera, entro un hombre al toldo, no era muy alto, sus ropas y su
cara estaban sucias, hablo con el vendedor, el arbolito escucho muy por encima
la conversación: no tengo mucho dinero, precios y algo de rebajas, él solo
sabia que al poco rato lo estaban arrastrando por el piso de la ciudad de
Caracas, subiendo por unas escaleras que parecían infinitas. El arbolito veía
las casas del barrio, y lloraba en silencio, pues sabia que ya no serviría para
adornar la sala de algún rey, o el salón de una universidad.
Al
final de la escalera el hombre tiro al arbolito en el piso y saco un afilado
machete, el árbol lo vio decender hacia el y empezó a llorar, lloro hasta el
punto que sus lagrimas no le permitían ver. Sentía el dolor del machete cuando
lo despojaron de todas sus ramas, luego le cortaron el extremo inferior y el
viejo saco una vieja navaja y con una mano llena de callos y cicatrices
comienza a cortarlo y repujarlo. El árbol siente más vergüenza que dolor, más
miedo que sufrimiento. Durante muchas horas las manos callosas, lo siguen
hiriendo.
Pero
de pronto vio una luz a través de sus ojos, no de un bombillo o del Sol, si no
la inconfundible luz que proviene de la sonrisa de un niño recién nacido que
miraba con admiración y alegría la estrella de madera en que nuestro árbol se
había convertido gracias al arte infinito de aquellas manos callosas .Escucho
cuando María le decía a su padre con lagrimas en los ojos, “Gracias papá, puedes escoger el nombre del niño”. José tomo a su
nieto en sus manos callosas y mientras lo miraba a sus hermosos ojos
decidió que dada la fecha se llamaría Jesús.
El
arbolito lloro otra vez ahora de felicidad pues se daba cuenta que ese rancho
con “techo de cartón” era más hermoso que cualquier palacio con pisos de oro…
…arriba,
muy arriba, por encima de las nubes un pequeño tocayo de nuestro Jesús miraba
la escena y pensaba que con esta hermosa familia en el medio del barrio se formaba
un pesebre bastante hermoso.
Ernesto
Alexander Rodríguez /
Navidad 2010
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