Quinta publicación de la serie de los 10 artículos de la Ley Scout, para
ser contados alrededor del fuego. Este histórico relato es sobre Fray Luis de León (siglo XIV Español), y lo escuche por
primera vez en el Colegio Don Bosco de Altamira del Padre Pedro Izquierdo SDB, y siempre me
ha parecido un ejemplo de respeto, cortesía, perdón, caridad y tolerancia.
COMO DECÍAMOS AYER…
Fray Luís de León nació
en Cuenca en el año 1527. Se graduó en teología en 1561 e inmediatamente en
1562 ganó la cátedra llamada de Durando y luego la de las Sagradas Escrituras.
Tenía la costumbre de comenzar sus clases recapitulando lo visto
en la anterior e invariablemente utilizaba la frase: “Como decíamos ayer…”
Fue procesado por la inquisición de Valladolid como sospechoso en
materia de fe por haber traducido al castellano el Cantar de los Cantares y defender el texto hebreo de la
Biblia frente a las versiones latinas y estuvo encerrado cinco años en la
cárcel, al cabo de los cuales logró demostrar la falsedad de lo alegado por sus
enemigos frente al tribunal del Santo Oficio por lo que este dictó sentencia
favorable en 1576, como consecuencia de ello, volvió a ser catedrático de la
Universidad de Salamanca, aunque no de su antigua cátedra (a la que renunció
dejando que el que la tuvo durante su prisión, su máximo enemigo y denunciante,
permaneciese).
Al día siguiente de recobrar su libertad, concurrió a su cátedra a
reiniciar sus clases, los alumnos, los catedráticos y toda la ciudad de
Salamanca esperaban una intervención especial de Fray Luís denunciando la
injusticia cometida en su persona, por lo que el recinto se lleno hasta el tope
desde muy temprano a la espera de la denuncia del fraile, este llego se coloco
en el atril y pronuncio con cierto desden la hoy famosísima frase:
«Como decíamos ayer...»,
Para luego comenzar con su clase. Esta frase sin duda le ha dado
más fama que cualquier otro discurso que diera o pudiera haber dado en su vida.
Al salir de la cárcel Fray Luís escribió la poesía castellana que,
quizás, haya aunado mejor belleza, amargura, sosiego y esperanza:
Aquí la
envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso
con sólo Dios se compasa
y a solas su vida pasa,
ni envidiado ni envidioso.
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso
con sólo Dios se compasa
y a solas su vida pasa,
ni envidiado ni envidioso.
Compartido
por
Pterodáctilo
Ancestral
20/dic/2015
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