miércoles, 30 de noviembre de 2016

Por los Jefes de Tropa / que larga sea su hitoria y eterna se leyenda


Nuestra historia transcurre un sábado cualquiera, de un año cualquiera, en cualquier ciudad o pueblo de Venezuela, en cualquier parque, plaza, terreno, colegio: en resumen un sábado scout en un local de tropa... ...

A partir de las dos de la tarde, los scouts van llegando de diversas maneras: los águilas – que viven todos en el mismo edificio – vienen juntos y chalequeándose unos a otros, van contando chistes y riéndose muy duro; algunos de los tigres subieron hace ya mucho rato, y llevan rato integrados a una “caimanera” de futbolito que parece que no terminara nunca, los restantes – entre los que se cuenta el GP –  llegaran corriendo y sin aliento casi sobre la hora de inicio; los búfalos van llegando poco a poco – “piano piano se va lontano” diría Saverio el nuevo SGP, parafraseando el acento de sus ancestros italianos –  a la mayoría de los búfalos los trae su mamá en la camioneta de la familia, uno de ellos – evidentemente el GP – abren la puerta trasera y sacan el banderín rojo y blanco que cual “retrato de Dorian Gray” siempre parece casi nuevo, a este GP lo reconocemos rápidamente por la vieja canción que dice: ♪♪♪♪ tiene nuestro Guía condecoraciones ♪♪♪ de las que se ponen todos los bribones ♪♪♪♪


A las dos y quince, llega un joven de entre 22 y 27 años, porta el mismo uniforme que ellos, trae un pequeño morral, un balón, un largo mecate de sisal que compro en el Estado Lara y la cara iluminada de una Gran Sonrisa.

Rápidamente los scouts de arremolinan alrededor del él y cada uno recibe un apretón de mano izquierda, una agradable sonrisa y un comentarios personalizado. Mientras saluda a cada uno por su nombre, el joven los va contando en su cabeza – 6 águilas, 9 tigres, 8 búfalos, total 23 faltan 5 por llegar hoy y solo 9 para la meta de abrir la cuarta patrulla a finales de este año – y mientras lo hace deja correr sus recuerdos, hasta un sábado hace más de un año: recién había terminado la universidad, y mientras espera la graduación, se había quedado trabajando en la misma empresa de ingeniería en que había hecho sus pasantías, ese sábado tuvo que ir a terminar un trabajo y al final de la tarde había decidido pasar a visitar a su tropa scout, al llegar se dio cuenta que a la tropa la estaba dirigiendo su viejo JT, increíble: ya habían pasado 15 años de la primera vez que había tomado un pito.    


Luego de saludarlos, el joven se lleva la sorpresa de que el Jefe de Tropa se había retirado y la tropa quedaba a la deriva. Por lo que el Jefe de Grupo (su viejo JT), había vuelto a sacar su “silbato scout” de la gaveta de la mesa de noche. Se queda aquella tarde, colabora con el Juego Final (un quemado con pelotica de goma) y, antes de irse, acuerdo pasar: “un ratico, la semana próxima, para ayudarte con algún juego”.


Este “cuento y su final” ya lo conocemos muy bien, (Walt Disney lo explico y recreo excelentemente bien en su imperecedera película de 1966: Síganme muchachos - Follow Me, Boys!, se la recomiendo a todos los JT), y se repite cada semana en muchas tropas de cualquier parte, lo que nos hace preguntar: ¿Qué lleva a estos dirigentes de tropa (y aquí cabe: de manada, de clan, de grupo o institucionales) a dedicar tanto de su tiempo a sembrar valores en jóvenes que “no son nada de ellos”?, ¿Qué esperan cosechar, si esos valores tardaran años en ser aplicados y tener efectividad?, ¿Qué hace que dedique Fines de Semana, Carnavales, Semanas Santa, Vacaciones y su Vida a dirigir: "SU TROPA SCOUT"?
Habrían muchas respuestas validas y posibles: (i) Agradecimiento por lo recibido cuando fuimos scouts: a nuestros dirigentes, nuestro Grupo, el Escultismo todo; (ii) Añoranza de que cualquier tiempo pasado fue mejor; (iii) Satisfacción personal por dirigir una BUENA TROPA; (iv) Y muchos mas de ese mismo estilo que repito son validas, humanas, posibles...  

Pero estoy convencido de nada de esto debe ser suficiente, y por lo tanto debe existir una razón superior, por la que estos Jóvenes Dirigentes invierten tanto tiempo, esfuerzo y hasta su escaso dinero, para de forma voluntaria y altruista dedicarse a la dirección de una Tropa Scout: La respuesta la obtengo cada día, cuando veo a “mis scouts” (entregue la tropa del San Cayetano a Jose Félix Rivas y Javier Marquez hace ya 23 años a finales de 1993), convertidos en hombre de bien, en padres de familia, en agentes de cambio de la sociedad, en CIUDADANOS. Entonces me dio de cuenta que, que los Dirigentes Scouts, sembramos hoy, para que otros puedan: “comer mañana lo que hoy plantamos”, y aunque solo fuera para honrar a aquellos desconocidos que sembraron ayer lo que hoy “nos toca comer a nosotros”, vale la pena la tarea.

Follow Me, Boys!


Por eso, debemos seguir sembrando para que otros cosechen y disfruten de la cosecha.

Por eso continuamos cada semana, con este proyecto de #MeLoContaronAlrededorDelFuego para que alguien, algún día coseche lo sembrado.

Para y por todos los Jefes de Tropa de Ayer, Hoy y Siempre:
cuatro JT del San Cayetano
Ildemaro Trías, Jose Felix Rivas, Juan Rodrigo, Kenneth Peraza

QUE LARGA SEA SU HISTORIA

Y ETERNA SU LEYENDA







SEMBRAR Y COCECHAR



por Jorge Bucay, “Cuentos para pensar”




En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras.



Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena.



¿Qué tal anciano? La paz sea contigo.



Contigo -contestó Eliahu sin dejar su tarea.



¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?



Siembro -contestó el viejo.



Qué siembras aquí, Eliahu?



Dátiles -respondió Eliahu mientras señalaba a su alrededor el palmar.



¡Dátiles!! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez.



El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor.



No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos...



Dime, amigo: ¿cuántos años tienes?



No sé... sesenta, setenta, ochenta, no sé.. lo he olvidado...pero eso, ¿qué importa?





 Mira, amigo, las datileras tardan más de cincuenta años en crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.



Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto... y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.



Me has dado una gran lección, Eliahu, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste - y diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.



Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tu me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto y sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.





Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es quizás más importante que la primera.



Déjame pues que pague también esta lección con otra bolsa de monedas.



Y a veces pasa esto -siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de monedas-: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseché no solo una, sino dos veces.




Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para pagarte.



De: Jorge Bucay. Cuentos para pensar.

Compartido por



Pterodáctilo Ancestral

Noviembre 2016

domingo, 27 de noviembre de 2016

PANCHITO MANDEFUÁ (1er Domingo de Adviento)





Hoy es el 1er domingo de Adviento de este año, y en #MeLoContaronalrededorDelFuego nos contagiamos del Espíritu Navideño y les compartimos un cuanto tradicional de la Navidad Caraqueña:



DE CÓMO PANCHITO MANDEFUÁ FUE A CENAR CON EL NIÑO JESÚS: Aun vive (más vigente que nunca) aquel muchachito “de la calle” que creó la preocupación social de José Rafael Pocaterra en un cuento antológico que tan bien describe la Caracas de los años veinte.







DE CÓMO PANCHITO MANDEFUÁ
FUE A CENAR CON EL NIÑO JESÚS
(Cuentos Grotescos – José Rafael Pocaterra – 1922)



CAPITULO I

A ti que esta noche irás a sentarte a la mesa de los tuyos, rodeado de tus hijos, sanos y gordos, al lado de tu mujer que se siente feliz de tenerte en casa para la cena de Navidad; a ti que tendrás a las doce de esta noche un puesto en el banquete familiar, y un pedazo de pastel y una hallaca y una copa de excelente vino y una taza de café y un excelente "Hoyo de Monterrey", regalo especial de tu excelente vicio; a ti que eres relativamente feliz durante esta velada, bien instalado en el almacén y en la vida, te dedico este cuento de Navidad, este cuento feo e insignificante, de Panchito Mandefúa, granuja billetero, nacido de cualquiera con cualquiera en plena alcabala, chiquillo astroso a quien el Niño Dios invitó a cenar.



CAPITULO II

Como una flor de callejón, por gracia de Dios no fue palúdico, ni zambo, ni triste; abriose a correr un buen día calle abajo, calle arriba, con una desvergüenza fuerte de nueve años, un fajo de billetes aceitosos, y un paltó de casimir indefinible que le daba por las corvas y que era su magnífico macferland de bolsillos profundos, con bolsillito pequeño para los cigarrillos, que era su orgullo, y que le abrigaba en las noches del enero frío y en los días de lluvia hasta cerca de la madrugada, cuando los puestos de los tostaderos son como faros bienhechores en el mar de niebla, de frío y de hambre que rodea por todas partes, en la soledad de las calles, al pobre hamponcillo caraqueño. Hasta cerca de medianoche, después de hacer por la mañana la correría de San Jacinto y del Pasaje y el lance de doce a una en la puerta de los hoteles, frente a los teatros o por el bulevar del Capitolio, gritaba chillón, desvergonzado, optimista:

-Aquí lo cargoooo…. El tres mil seiscientos setenta y cuatro; el que no falla nunca ni fallando, archipetaquiremandefuá….!

El día bueno, de tres billetes y décimos. Panchito se daba una hartada de frutas; pero cuando sonaban las doce y sólo- después de soportar empellones, palabras soeces; agrios rechazos de hombres fornidos que tomaron ron- contaba en la mugre del bolsillo catorce o dieciséis centavos por pedacitos vendidos, Panchito metíase* a socialista, le ponía letra escandalosa a “La Maquinita” y aprovechaba el ruido de una carreta o el estruendo de un auto para gritar obscenidades graciosísimas contra los transeúntes o el carruaje del general Matos o de otro cualquiera de esos potentados que invaden la calle con un automóvil enorme entre un alarido de cornetas y una hediondez de gasolina…; y terminaba desahogándose con un tremendo “mandefuá” donde el muy granuja encerraba como en una fórmula anarquista todas sus protestas al ver, cómo él decía, las caraotas en aeroplano.

Quiso vender periódicos, pero no resultaba; los encargados le quitaron la venta: le ponía “mandefuá” a las más graves noticias de la guerra, a las necrologías, a los pesares públicos:

-Mira hijito –le dijeron- mejor es que no saques el periódico, tú eres muy “mandefuá”.



CAPITULO III

Tuvo, pues, Panchito su hermoso apellido Mandefuá obra de él mismo, cosa esta última que desdichadamente no todos son capaces de obtener, y él llevaba aquél Mandefuá con tanto orgullo como Felipe, Duque de Orlean, usaba el apelativo de igualdad en los días un poco turbios de la Convención, cuando el exceso de apellidos podía traer consecuencias desagradables.

Pero Panchito era menos ambicioso que el Duque y bastándole su "medio real podrido"-como gritaba desdeñosamente tirándoles a los demás de la blusa o pellízcándoles los fondillos en las gazaperas del Metropolitano.

-Una grada para muchacho, bien "mandefuá"!De sus placeres más refinados era el irse a la una del día, rasero con la estrecha sombra de las fachadas, y situarse perfectamente bajo la oreja de un transeúnte gordo, acompasado, pacífico; uno de esos directores de ministerio que llevan muchos paquetitos, un aguacate y que bajan a almorzar en el sopor bovino del aperitivo:

- El mil setecientos cuarenta y siete "mandefuá!

-Granuja atrevido!

Y Panchito, escapando por la próxima bocacalle, impertérrito:

-Ese es el premiado, no se caliente mayoral!

El título de mayoral lo empleaba ora en estilo epigramático, ora en estilo elevado, ora como honrosa designación para los doctores y generales del interior a quienes les metía su numeroso archipetaquiremandefuá.

Y con su vocablo favorito,que era penegírico, ironía, apelativo -todo a un tiempo-,una locha de frito y un centavo de cigarros de a puño comprado en los kioskos del mercado, Panchito iba a terminar la velada en el Metro con "Los Misterios de Nueva York"; chillando como un condenado cuando la banda apresaba a Gamesson o advirtiéndole a un descuidado personaje que por detrás le estaba apuntando un apache con una pistola o que el leal perro del comandante Patouche tenía el documento escondido en el collar. Indudablemente era una autoridad en materia de cinematógrafo y tenía orgullo de expresarlo entre sus compañeros, los otros granujas:

-Mire, vale, para que a mí me guste una película tiene que ser muy crema.





CAPITULO IV

Panchito iba una tarde calle arriba pregonando un número "premiado" como si lo estuviese viendo en una bolita… Detúvose en una rueda de chicos después de haber tirado de la pata a un oso de dril que estaba en una tienda del pasaje y contemplando una vidriera donde se exhibían aeroplanos, barcos, una caja de soldados, algunos diávolos, un automóvil y un velocípedo de "ir parado" ….Y, de paso, rayó con el dedo y se lo chupó, un cristal de la India a través del cual se exhibían pirámides de bombones, pastelillos y unos higos abrillantados como unas estrellas.

En medio del corro malvado, vio una muchachita sucia que lloraba mientras contemplaba regada por la acera una bandeja de dulces; y como moscas, cinco o seis granujas de habían lanzado a la provocación de los ponqués y de los fragmentos de quesillo llenos de polvo. La niña lloraba desesperada, temiendo el castigo.

Panchito estaba de humor: cinco números enteros y seis décimos ¡ochenta y seis centavos! la sola tarde después de haber comido y "chuchado"… Poderoso. Iría al Circo, que daban un estreno, comería hallacas y podría fumarse hasta una cajetilla. Todavía le quedaban 2 bolívares con que irse por ahí, del Madero abajo para él sabía que…. ¡Una noche muy crema!

Seguía llorando la chiquilla y seguían los granujas mojando en el suelo y chupándose los dedos….

Llegó un agente. Todos corrieron, menos ellos dos.

-Qué fue, qué pasó!

Y ella sollozando:

-Que yo llevaba para la casa donde sirvo esta bandeja, que hay cena allá esta noche y me tropecé y se me cayó y me va a echar látigo….

Todo esto rompiendo a sollozar.

Algunos transeúntes detenidos encogiéronse de hombros y continuaron.

-Sigan, pues-les ordenó el gendarme.

Panchito siguió detrás de la llorosa.

-Oye, ¿Cómo te llamas tú?

La niña se detuvo a su vez, secándose el llanto.

-¿Yo? Margarita

-¿Y ese dulce era de tu mamá?

-Yo no tengo mamá

-¿Y papá?

-Tampoco

-¿Con quién vives tú?

-Vivía con una tía que me "concertó" en la casa en que estoy.

-¿Te pagan?

-¿Me pagan qué?

Panchito sonrió con ironía, con superioridad:

-Guá, tú trabajo: al que trabaja se le paga, ¿no lo sabías?

Margarita entonces protestó vivamente:

- Me dan la comida, la ropa y una de las niñas me enseña, pero es muy brava.

-¿Qué te enseña?

- A leer… Yo sé leer; ¿tú no sabes?

Y Panchito, embustero y grave:

-¡Pauh! como un clavo…. Y sé vender billetes, y gano para ir al cine y comer frutas y fumar de a caja.

Dicho y hecho, encendió un cigarrillo…. Luego, sosegado:

-¿Y ahora qué dices allá?

- Diga lo que diga, me pagan….- repuso con tristeza bajando la cabecita enmarañada. Un rayo de luz se hizo en la no menos enmarañada cabeza del chico:

- ¿Y cuánto botaste?

- Seis y cuartillo: aquí está la lista- y le alargó un papelito sucio.

-¿Espérate, espérate!-Le quitó la bandeja y echó a correr.

Un cuarto de hora después volvió:

-Mira: eso era lo que se te cayó, ¿nojerdá?

Feliz, sus ojillos brillaron y una sonrisa le iluminó la carita sucia.

- Sí…, era…

Fue a tomarla, pero él la detuvo:

- No; yo tengo más fuerza, yo te la llevo.

-Es que es lejos- expuso, tímida.

-¡No importa!

Por el camino él le contó, también, que no tenía familia, que las mejores películas eran en las que trabajaba Gamesson y que podían comerse un gofio…

- Yo tengo plata, ¿sabes?- y sacudió el bolsillo de su chaquetón tintineante de centavos.

Y los dos granujas echaron a andar.

Los hociquillos llenos de borona seguían charlando de todo. Apenas si se dieron cuenta de que llegaban.

- Aquí es… Dame

Y le entregó la bandeja.

Quedáronse viendo ambos a los ojos:

-¿Cómo te pago yo?- le preguntó con tristeza tímida.

Panchito se puso colorado y balbuceó:

- Si me das un beso.

- ¡No,no! ¡Es malo!

- ¡Por qué!

- Guá porque sí…..

Pero no era Panchito Mandefuá a quien se convencía con razones como ésta; y la sujetó por los hombros y le pegó un par de besos llenos de gofio y de travesura.

- Grito…., que grito….

Estaba como una amapola y por poco tira otra vez la dichosa dulcera.

- Ya está, pues, ya está.

De repente se abrió el anteportón. Un rostro de garduña, de solterona fea y vieja apareció:

-¡Muy bonito el par de vagabunditos estos!-gritó. El chico echó a correr. Le pareció escuchar a la vieja mientras metía dentro a la chica de un empellón.

-Pero, Dios mío, ¡qué criaturas tan corrompidas éstas desde que no tienen edad! ¡Qué horror!




CAPITULO V

Era un botarate. No le quedaban sino veintiséis centavos, día de Noche Buena…! Quién lo mandaba a estar protegiendo a nadie…

Y sentía en su desconsuelo de chiquillo una especie de loca alegría interior…. No olvidaba en medio de su desastre financiero, los dos ojos, mansos y tristes de Margarita. ¡Qué diablos!, el día de gastar se gasta "archipetaquiremandefuá"…



CAPITULO VI

A las once salió del circo. Iba pensando en el menú: hallaca de "a medio", un guarapo, café con leche, tostada de chicharrón y dos "pavos rellenos" de postre. ¡Su cena famosa! Cuando cruzaba hacia San Pablo, un cornetazo brusco, un soplo poderoso y de Panchito Mandefuá apenas quedó, contra la acera de la calzada, entre los rieles del eléctrico, un harapo sangriento, un cuerpecito destrozado, cubierto con un paltó de hombre, arrollado, desgarrado, lleno de tierra y sangre….

Se arremolinó la gente, los gendarmes abriéronse paso…..

-¿Qué es? ¿Qué sucede allí?

-¡Nada hombre! que un auto mató a un muchacho "de la calle"…

- ¿Quién?…. ¿Cómo se llama?…

- ¡No se sabe!, un muchacho billetero, un granuja de esos que están bailándole a uno delante de los parafangos… -informó indignado, el dueño del auto que guiaba un "trueno".



Cuentos Grotescos
José Rafael Pocaterra – 1922

Compartido por:
Pterodáctilo Ancestral
27 de nov 2016 – 1er domingo de adviento


martes, 22 de noviembre de 2016

Aun quedan brasas en el fuego / dedicado a las bellas jóvenes venezolanas


Honramos a las bellas jóvenes venezolanas, que desde hace 20 años han respondido al llamado del GRAN JUEGO DEL ESCULTISMO al incorporarse de manera plena e igualitaria a la ASOCIACIÓN DE SCOUT DE VENEZUELA, muchas gracias por habernos aportado su: "nuevo oxigeno", entusiasmo, carisma, liderazgo, inteligencia, talento, cordura, creatividad, emprendimiento, buen juicio, espíritu de trabajo, solidaridad, amabilidad, cordialidad, picardía, alegría, sonrisas y BELLEZA.
Muchachas: El camino aun es largo, continúen... ...


El sol casi llega al cenit, y Elena – la Guía de Las Cascabeles – está muy satisfecha; el Campamento de Patrulla que ha organizado como preparación para el CAREPAS continua desarrollándose exitosamente, todo esta de maravilla.
Al terminar las actividades de la mañana, decide enseñar a Coromoto Del Valle (la recién Promesada) la manera correcta de prender o revivir el fuego en una cocina de altar.



Demostrando sus destrezas, en pocos minutos acomodo - alrededor de las brasas que quedaban del desayuno - la yesca y los troncos que la leñadora había “reunido” y comenzó a soplar con ese estilo adquirido luego de muchas noches de campamento.

Rápidamente las brasas reaccionaron al “nuevo oxígeno” que recibían de la joven y despertaron para, a los pocos minutos lograr una llama fuerte y estable.




 Elena se retira para supervisar al resto de su patrulla y deja a la “Novel Coromoto” con la misión de mantener y agrandar aquel nuevo fuego que acababa de nacer.

Al principio Coromoto tiene algo de miedo, pero luego recuerda como se había preparado para aquel momento y sabía que Las Cascabeles contaban con ella, así que comenzó a cuidar de aquellas nuevas llamas, con mayor seguridad y gran estilo.






 

Al poco tiempo, cuando regresa Elena, y se encuentra sobre su cocina con un fuego vivo, sólido y seguro que sin duda no se apagaría fácilmente.

Estoy convencido que en “Nuestra Cocina de Altar” quedan buenas brasas, por lo que nos toca prepáranos para ser protagonistas de nuestra propia historia y artífices de la verdadera renovación social que los tiempos nos exigen, para así revivir el fuego del Escultismo Venezolano que aún vive en los corazones de la juventud venezolana y con él revivir una nueva Patria en la que superemos toda forma de injusticia, reconozcamos la meritocracia, valoricemos el trabajo y premiemos el esfuerzo, para así promover el bien común, como herencia para todos los hombres y mujeres de buena voluntad.


dedicado a las bellas jóvenes venezolanas
en sus primeros 20 años en la
Asociación de Scouts de Venezuela
EJEMPLO DE LA MUJER VENEZOLANA

Pterodáctilo Ancestral
Noviembre 2016

domingo, 13 de noviembre de 2016

Gracias Don Bosco por los amigos que me diste





 ♪♪♪♪♪♪♪♪♪ ♪♪♪♪♪♪♪♪♪
 Su concierto han entonado
 las campanas clamorosas
 al que pasa coronado
 de laureles y de rosas.


 Un vibrar de corazones,
de sonrisas y cantares,
 te acompaña entre oraciones
 de la tumba a los altares.




  DON BOSCO TE ACLAMAN
 CUAL PADRE Y PASTOR
 LEGIONES INMENSAS
 CON HIMNOS DE AMOR.
 DON BOSCO TE ACLAMAN
 CUAL PADRE Y PASTOR
 LEGIONES INMENSAS
 CON HIMNOS DE AMOR
♪♪♪♪♪♪♪♪♪ ♪♪♪♪♪♪♪♪♪





















Hace cuarenta y ocho años – posiblemente el lunes 2 de septiembre de 1968 – inicie mis estudios de KINDER con las Salesianas en el Colegio María Auxiliadora de Altamira, recuerdo poco o muy poco de aquellos años (creo que solo: los grandes morrocoyes del parque y los altos bancos de madera pegados a la pared, donde esperábamos a que nos vinieran a buscar), pero si recuerdo que allí conocí a mis primeros amigos: Antonio Escobar, Álvaro Gimenez, Juan Carlos Bacci, Juan Carlos Otero, Juan Santiago Leza, Victor Rodríguez (por pocos días), Carlos Moral. Luego de dos años – ¡¡¡ya éramos gente grande!!! – juntamos nuestros sueños, cuadernos y colores, nos despedimos de las monjas, cruzamos un par de calles, y continuamos estudiando con los Salesianos pero ahora en el Colegio Don Bosco de Altamira.










Foto oficial del 1er grado Don Bosco de Altamira
año escolar 1970 - 1971
maestra Lydia de Chavez y Padre Pedro Izquierdo




Al llegar allí, conocimos muchos más amigos que venía de un nuevo preescolar al que llamábamos: “El Don Bosco Chiquito” – los voy nombrando en el orden de la foto oficial de 1er grado adjuntada más arriba, empezando desde arriba a la izquierda (por favor infinitas disculpas a los que no identifique, pero en mi descargo: Ya han pasado 46 años) PRIMERA FILA: Carlos Fernández, Carlos Morales, Juan Mancera, Juan Santiago Lesa, Ramírez, Juan Carlos Bacci, Gonzalo Rodríguez, José Antonio Maldonado, Alfonso Muñiz, Álvaro Giménez, Juan Carlos Otero / SEGUNDA FILA: Ramírez, Enrique Riquezes, Eduardo Restrepo, Pablo Vaca, Balcazar, Juan Andrés Puigbo, Leopoldo Jahn, Moral, , Lares, Andrés Gallegos / TERCERA FILA:, , , , Manuel Méndez, Ordoñez, Tulio García, , Emilio Abellán, Paul Clesca, Rafael Sanabria / CUARTA FILA: Maestra Lydia de Chávez, Eduardo Carrasquero, José Gabriel Escala, Santos Erminy, Victor Rodríguez, Emiliano Lombardi, Angel Tamargo, Humberto Itriago, , Juan Rodríguez (Yo), Padre Pedro Izquierdo – juntos iniciamos un “largo” recorrido que estaba programado para terminar 11 años más tarde, cuando el 18 de julio de 1981 trepamos al escenario del Teatro Don Bosco como LOS INTEGRANTES DE LA XI PROMOCIÓN, para allí recibir nuestros títulos de bachilleres de la Republica.



Fueron años durante los cuales fuimos formados dentro del Sistema Preventivo de Don Bosco, quien como pedagogo del amor, creo y aplico un método fundamentado en la relación afectiva, donde la formación se concebía en cada rincón del colegio, por lo que nos formaron en El Templo y en Los Salones, pero muy principalmente El Patio. Donde desarrollamos una verdadera interrelación entre nuestros educadores y nosotros, creándose lazos de amistad y hermandad, que ni siquiera esperábamos. Fueron años durante los cuales estuvimos inmersos en la genial intuición de Don Bosco de sobreponer el sistema preventivo al represivo, creando un sistema fundamentado en tres pilares: razón, religión y amor.

Infinitas Gracias a Jaime Garcia, Arcángel Gamba
y a todos los Salesianos y profesores de esos añorados años en el Don Bosco de Altamira
Los Profesores Luis Andreani y Gotzon Martín
junto con el Padre Jaime Garcia los padrinos de la XI Promoción Don Bosco de Altamira 1981







Por eso, esos 11 años están llenos de infinitas anécdotas y cuentos que luego de escucharlos y recontarlos durante tantos años ya son leyendas (aun nos vanagloriamos de haber Organizado y Ganado el PRIMER FESTIVAL INTERCOLEGIAL DE GAITAS), y además están forjados por inolvidables educadores, y sin embargo hoy quiero agradecer el gran regalo que nos hicieron Don Bosco y sus Salesianos: LOS AMIGOS QUE NOS DIERON. Quien podía siquiera imaginar que casi 50 años después de aquel frio lunes de septiembre en 1968 (aun Caldera no ganaba su primer gobierno), ese grupito de párvulos que coincidimos en ese parque de dos toboganes, cinco columpios, una rueda y un par de morrocoyes pudiéramos vernos reunirnos, abrazarnos y querernos como hoy nos queremos. Quienes podíamos siquiera imaginar, al encontrarnos en los patios de recreo del Don Bosco en septiembre de 1970 (Brasil apenas acababa de ganar su famoso primer triple campeonato en el Estadio Azteca de México), que estábamos inmersos en un crisol educativo que marcaría nuestras vidas para siempre. Un crisol en donde nos formamos como un todo indisoluble, en el que hoy se nos hace imposible diferenciar a los amigos que se fueron sumando al pesar de los años, a los que la vida llevo por otros caminos antes de aquel sábado 18 de julio, y a los que finalmente subimos con nuestras madres al altar del templo a buscar nuestros anillos (¿Aro o Anillo?) recién bendecidos por el Padre Jaime para luego decirle HASTA LUEGO a los patios, templos y salones del Colegio y arrojamos a remar nuestras propias canoas en el Rio de La Vida, más allá de los muros del colegio.

Pero, como en medievales leyendas de Alquimistas y Caballeros, aquel extraordinario Crisol no detuvo su encantamiento cuando estuvimos fuera de la protección del templo, muy por lo contrario continuo envolviéndonos como aquel portentoso FLOGISTO del que nos hablaba el Padre Manolo Izquierdo (QEPD), haciendo que aquella AMISTAD forjada en los patios de recreo, siguiera templándose con cada experiencia, con cada nuevo amigo, con nuestras parejas (todo nuestro agradecimiento a esas Bellas Damas que han adoptado y hecho suya nuestra historia, y tomaron las plumas para escribir nuevas e inolvidables páginas), con nuestros hijos, en fin: CON NUESTRAS VIDAS.

























































Queridos todos: terminamos de cumplir 35 años de graduados, y es hora que de agradecer la suerte de tenernos de amigos. Por eso los invito a empezar diciendo en nuestros corazones: GRACIAS DON BOSCO POR LOS AMIGOS QUE ME DISTE.
Para terminar les comparto este relato, que hace unos años adapte, para contarlo en una fogata scout, creo que les agradará…



LAS SIETE MARAVILLAS


Un grupo de estudiantes de Geografía, estudiaban las Siete Maravillas del Mundo. Al término de la clase, se les pidió hacer una lista de las que ellos consideraban deberían ser actualmente las Siete Maravillas del Mundo.

A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente:

LAS PIRÁMIDES DE EGIPTO...
EL TAJ MAHAL DE LA INDIA...
EL GRAN CAÑÓN DE ARIZONA...
EL CANAL DE PANAMÁ...
EL EMPIRE STATE DE NUEVA YORK...
LA BASÍLICA DE SAN PEDRO EN ROMA...
LA MURALLA CHINA... 

Mientras se hacía la votación el maestro notó, que un estudiante permanecía callado y no había entregado aún su lista. 

Así que le preguntó si tenía problema para terminar de hacer su elección.

El joven respondió. "Sí, un poco. No podía decidirme pues son tantas las maravillas" El maestro dijo:

"Bueno, dinos lo que has escrito y tal vez podamos ayudarte".

El joven titubeó, y leyó: "Creo que las Siete Maravillas del Mundo son:

¡PODER TOCAR!...
¡PODER SABOREAR!...
¡PODER VER!...
¡PODER ESCUCHAR!...

Se quedó mirando a sus compañeros y continuó:

¡PODER REÍR!...
¡PODER AMAR!

Y……

El mayor milagro que Dios nos dio:

… …¡LOS AMIGOS!...



Al cumplir 35 años de graduados, se lo dedico a los amigos y hermanos de la XI Promoción del Colegio Don Bosco de Altamira en su 60º Aniversario, gracias a todos los Salesianos y los profesores que conocimos durante nuestra recorrido por sus aulas, templos y patios, e infinitas gracias a Ustedes por existir. Para todos los que compartimos esos patios de recreo, a la sombra de El Avila:




Alfonso Fernández, Alfonso Muñiz, Álvaro Gimenez, Andrés Gallegos, Angel Tamargo, Antonio MECHA Escobar, Balcázar, Carlos Fernández, Carlos Morales, Cesar Zamora, Debal, Diego Galaviz, Eduardo Carrasquero, Eduardo Restrepo, Emiliano Lombardi, Emilio Abellán, Fernando Galindez, Francisco Hernández, Francisco Lara, Garcia, Gonzalo Rodríguez, Gustavo Tirado, Humberto Itriago, Iván Curiel. Jesus Romero, Joaquín Gabaldon, Jorge Gómez, Jorge Mekel, José Antonio Maldonado, Jose Antonio TOÑO González, José Gabriel Escala, José Vicente Guevara, Juan Andrés Puigbo, Juan Carlos Bacci, Juan Carlos Gómez, Juan Carlos Otero, Juan Mancera, Juan Rodrigo Rodríguez, Juan Santiago Lesa, Lares, Leopoldo Jahn, Leopoldo Rejón Cisneros, Lorenzo Ayala, Lorenzo D’Amore, Lorenzo Mallorca, Luis Ignacio Franceschi, Manuel Méndez, Manuel Octavio Chacín, Miguel Angel Getan, Moral, Ordoñez, Oscar Larraín, Pablo EL CHINO Ruggeri, Pablo Martin, Pablo Vaca, Paredes, Paul Clesca, Pedro Dávila, Rafael Sanabria, Ramírez, Ramírez, Ricardo Lujan, Riqueses, Santos Erminy, Suarez, Tulio García, Veneri, Victor Rodríguez



Fotos cortesía de Oscar Larraín

Pterodáctilo Ancestral

“Juancito Trucupey”
Noviembre 2016
A los 35 años de la XI Promoción
y los 60 Años del Don Bosco de Altamira