Ya en varios relatos anteriores les comente que considero que mi formación se sostuvo sobre tres pilares fundamentales: mi familia, los salesianos y los scouts. En estos mas de 50 años de vida estos pilares se han ido entrelazando y confundiendo, por lo que hoy se me hace muy difícil diferenciarlos: la familia ha crecido y se ha fortalecido (y todos somos scouts), con “los hermanos que Don Bosco me dio” ya tengo casi 50 años (acabo de reunirme con muchos que conocí al entrar al kínder en 1968), y finalmente mi participación en el Gran Juego del escultismo es desde los 11 años en 1974 por lo que a muchos de mis compañeros en este Camino Hacia los Bosques los conocí hace ya más de 40 años. Y aquí cabe perfectamente la frase de Stephen King en su novela El Cuerpo: "Nunca más volví a tener amigos como los que tuve a los doce años. Cielos, ¿acaso alguien sí?", por lo que puedo confirmar que mis mejores amigos fueron los de los 12 años y aun los mantengo.
Dionisio
mi SGP, mi primo, mi amigo
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Y,
aunque cada amigo tiene algo que lo hace diferente, hay uno que me ha
acompañado de una manera verdaderamente especial. Si todos damos por un hecho que
en buena medida el funcionamiento de una patrulla se fundamenta sobre la relación
que exista entre el Guía y su Sub-Guía, en este caso en particular se dio el
caso de que a mi Sub-Guía lo conocí mucho antes de ingresar a la patrulla Tigres,
me refiero a mí querido primo Dionisio Martín. Nuestra relación se fundamentó
sobre varias sinos: (i) somos primos dobles, él es Martín-Rodríguez y yo
Rodríguez-Martín, (ii) sus queridos Padres son mis Padrinos, (iii) de todos los
primos Martín y Rodríguez – que somos muchísimos – Dionisio era el único
contemporáneo conmigo (nos llevamos menos de seis meses) que vivía en Caracas,
(iv) nuestra amistad se fortaleció con una larga y fructífera relación en los
scouts y particularmente como Guía y Sub-Guía de Patrulla (siempre pertenecimos
a la misma patrulla), (v) pero definitivamente creo que principalmente se
fundamentó en que siendo tan diferentes como aun somos, ambos aprendimos a
respetarnos y querernos, aceptándonos
como éramos y sin pretender cambiarnos, de esa manera nos complementábamos como
amigos, como primos y como Barras Blancas de Los Tigres.
En
la mitología griega Dionisio es el dios de la vendimia y el vino, y
por lo
tanto el inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y en ese contexto estoy
convencido de que cada patrulla necesita “su Dionisio”, y nosotros sin duda teníamos
el original. Histriónico por naturaleza, siempre alegre y presto a un chiste en
el momento justo y necesario, asumía con orgullo y agrado su rol de alma y
espíritu en los actos tanto de la Tigres como de la Tropa, gozaba con la música
en general y con las canciones scouts en particular, y estaba presto a
improvisar o adaptar letras para cada momento. Dionisio siempre tenía algún AS
bajo la manga, como por ejemplo las latas de Pepitonas que siempre llevaba
“caletas” a los campamentos.
En la foto de la Tigres en 197x,
adelante a la izquierda Rodolfo Marquina, atrás a su derecha Denis Piccinato, atrás a su derecha Dionisio
yo creo que tomaba la foto
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Por
circunstancias de la vida – hoy creo que muchas forzadas por el mismo Dionisio
– la Tigres de mi época disfruto de un “gobierno demasiado amplio y democrático”
en el que destacaban el mismo Dionisio, Denis Piccinato (quien termino llenando
con mucho éxito muchas de nuestras carencias), y Rodolfo José Marquina quien de
muchas maneras era el más scout de todos nosotros (para dolor de cabeza de
nuestro Jefe de Tropa, aquella Tigres tenía un GP y tres SGP, y en muchos pero
muchos casos éramos cuatro SGP). Por eso no fue de extrañar que cuando la tropa
San Cayetano, tuvo que mandar a una patrulla al CAMPORE ’79 en IZTARU, Costa
Rica, la misma se constituyó sobre los cuatro miembros de la Tigres, y por
imposición de nosotros la patrulla se llamó Tigres, para ese viaje estrenamos
un nuevo y hermoso banderín que diseño Denis (con ayuda de su madre), quien el
ultimo día (aún no sé cómo) me hecho tierrita en los ojos y se lo regalo a una Tica (aun me lo debes Denis),
por lo que al regresar a Caracas debimos que sacar el viejo y añejo banderín del
baúl de los recuerdos.
Luego
de ese viaje a Costa Rica, Dionisio no continuo su vida formal en el
escultismo, pero de muchas manera siempre se mantuvo orgulloso de esa etapa de
su vida y pendiente de mi transitar en los scouts tanto en el San Cayetano como
en la vida institucional de la ASV, y aunque muchas veces no lograba entender el
porqué de algunas de las cosas que nos sucedían (quien lo puede culpar de esto
cuando yo desde adentro tampoco las entendía todas), continuamente y en la
medida de sus posibilidades colaboro conmigo y con los Scouts, esto siempre se
lo agradeceré.
Y hablando de agradecer a mi primo le debo agradecer muchas cosas: el haberme invitado a SER SCOUT, el haberme acompañado y haber hecho mas grato NUESTRO CAMINO HACIA LOS BOSQUES, el haber GUARDADO MUCHAS VECES MIS PENAS EN EL FONDO DE SU MORRAL, y cuando a cada uno le toco REMAR SU PROPIA CANOA siempre estuvo presto para encontrarnos en un remanso o playa del RIO DE LA VIDA para reunirnos alrededor del fuego, contar gastadas historias y entonar añejas canciones.
Y hablando de agradecer a mi primo le debo agradecer muchas cosas: el haberme invitado a SER SCOUT, el haberme acompañado y haber hecho mas grato NUESTRO CAMINO HACIA LOS BOSQUES, el haber GUARDADO MUCHAS VECES MIS PENAS EN EL FONDO DE SU MORRAL, y cuando a cada uno le toco REMAR SU PROPIA CANOA siempre estuvo presto para encontrarnos en un remanso o playa del RIO DE LA VIDA para reunirnos alrededor del fuego, contar gastadas historias y entonar añejas canciones.
Regresando
al Dionisio "mi sub-guía", quiero pensar que su naturaleza siempre ha sido la de disfrutar
compartiendo, y en ese sentido les refiero un comentario de Leonardo José
Aranguren Sandoval (scout contemporáneo con nosotros y vecino de infancia de Dionisio
en la Av. Angostura de Horizonte), quien la semana pasada me conto por FaceBook:
“No sé cómo Dionisio se enteró de que
debido a que mi familia estaba viviendo una época económicamente difícil no tendría
uniforme que utilizar en mi Promesa Scout en el Grupo Francisco de Miranda, pero
sí sé que en ese momento se presentó en mi casa y me cedió el suyo para que lo
utilizara en mi Promesa”.
Hoy
40 años más tarde Dionisio continua siendo igual en muchas cosas, por lo que de
alguna manera la filosofía de vida de mi Primo y Sub Guía de Patrulla, siempre
se me pareció a la de aquel Agricultor de Maíz de la Oración de la Rana de
Anthony de Mello.
Esta
semana en agradecimiento por tanto, y en su honor a mi sub-guía les comparto:
EL
MEJOR MAÍZ…
Un
agricultor, cuyo maíz siempre había obtenido el primer premio en la Feria del
Estado, tenía la costumbre de compartir sus mejores semillas de maíz con todos
los demás agricultores de los contornos.
Cuando
le preguntaron por qué lo hacía, dijo: - En realidad, es por puro interés. El
viento tiene la virtud de trasladar el polen de unos campos a otros. Por eso,
si mis vecinos cultivaran un maíz de clase inferior, la polinización rebajaría
la calidad de mi propio maíz. Esta es la razón por la que me interesa
enormemente que sólo planten el mejor maíz -.
Todo
lo que das a otros
Te
lo estás dando a ti mismo
Pterodáctilo
Ancestral
Septiembre
2016
Gracias Juan por incluirme en tus comentarios... Me quede en una pieza al enterarme de tu afinidad con Dionisio. Envíales mis mejores deseos y recuerdale que contribuyo a cambiar la vida, para bien, de una persona... quistas sin saberlo ni esperar recompensa... S. L. P. S. VIEJO HALCÓN.
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