miércoles, 28 de septiembre de 2016

De Guías y Sub-Guías & El Mejor Maíz


Ya en varios relatos anteriores les comente que considero que mi formación se sostuvo sobre tres pilares fundamentales: mi familia, los salesianos y los scouts. En estos mas de 50 años de vida estos pilares se han ido entrelazando y confundiendo, por lo que hoy se me hace muy difícil diferenciarlos: la familia ha crecido y se ha fortalecido (y todos somos scouts), con “los hermanos que Don Bosco me dio” ya tengo casi 50 años (acabo de  reunirme  con muchos que conocí al entrar al kínder en 1968), y finalmente mi participación en el Gran Juego del escultismo es desde los 11 años en 1974 por lo que a muchos de mis compañeros en este Camino Hacia los Bosques los conocí hace ya más de 40 años. Y aquí cabe perfectamente la frase de Stephen King en su novela El Cuerpo: "Nunca más volví a tener amigos como los que tuve a los doce años. Cielos, ¿acaso alguien sí?", por lo que puedo confirmar que mis mejores amigos fueron los de los 12 años y aun los mantengo.



Dionisio
mi SGP, mi primo, mi amigo
Y, aunque cada amigo tiene algo que lo hace diferente, hay uno que me ha acompañado de una manera verdaderamente especial. Si todos damos por un hecho que en buena medida el funcionamiento de una patrulla se fundamenta sobre la relación que exista entre el Guía y su Sub-Guía, en este caso en particular se dio el caso de que a mi Sub-Guía lo conocí mucho antes de ingresar a la patrulla Tigres, me refiero a mí querido primo Dionisio Martín. Nuestra relación se fundamentó sobre varias sinos: (i) somos primos dobles, él es Martín-Rodríguez y yo Rodríguez-Martín, (ii) sus queridos Padres son mis Padrinos, (iii) de todos los primos Martín y Rodríguez – que somos muchísimos – Dionisio era el único contemporáneo conmigo (nos llevamos menos de seis meses) que vivía en Caracas, (iv) nuestra amistad se fortaleció con una larga y fructífera relación en los scouts y particularmente como Guía y Sub-Guía de Patrulla (siempre pertenecimos a la misma patrulla), (v) pero definitivamente creo que principalmente se fundamentó en que siendo tan diferentes como aun somos, ambos aprendimos a respetarnos y querernos,  aceptándonos como éramos y sin pretender cambiarnos, de esa manera nos complementábamos como amigos, como primos y como Barras Blancas de Los Tigres.



En la mitología griega Dionisio es el dios de la vendimia y el vino, y


por lo tanto el inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y en ese contexto estoy convencido de que cada patrulla necesita “su Dionisio”, y nosotros sin duda teníamos el original. Histriónico por naturaleza, siempre alegre y presto a un chiste en el momento justo y necesario, asumía con orgullo y agrado su rol de alma y espíritu en los actos tanto de la Tigres como de la Tropa, gozaba con la música en general y con las canciones scouts en particular, y estaba presto a improvisar o adaptar letras para cada momento. Dionisio siempre tenía algún AS bajo la manga, como por ejemplo las latas de Pepitonas que siempre llevaba “caletas” a los campamentos.


En la foto de la Tigres en 197x,
adelante a la izquierda Rodolfo Marquina, atrás a su derecha Denis Piccinato, atrás a su derecha Dionisio
yo creo que tomaba la foto 


Por circunstancias de la vida – hoy creo que muchas forzadas por el mismo Dionisio – la Tigres de mi época disfruto de un “gobierno demasiado amplio y democrático” en el que destacaban el mismo Dionisio, Denis Piccinato (quien termino llenando con mucho éxito muchas de nuestras carencias), y Rodolfo José Marquina quien de muchas maneras era el más scout de todos nosotros (para dolor de cabeza de nuestro Jefe de Tropa, aquella Tigres tenía un GP y tres SGP, y en muchos pero muchos casos éramos cuatro SGP). Por eso no fue de extrañar que cuando la tropa San Cayetano, tuvo que mandar a una patrulla al CAMPORE ’79 en IZTARU, Costa Rica, la misma se constituyó sobre los cuatro miembros de la Tigres, y por imposición de nosotros la patrulla se llamó Tigres, para ese viaje estrenamos un nuevo y hermoso banderín que diseño Denis (con ayuda de su madre), quien el ultimo día (aún no sé cómo) me hecho tierrita en los ojos y se lo regalo a una Tica (aun me lo debes Denis), por lo que al regresar a Caracas debimos que sacar el viejo y añejo banderín del baúl de los recuerdos.



Luego de ese viaje a Costa Rica, Dionisio no continuo su vida formal en el escultismo, pero de muchas manera siempre se mantuvo orgulloso de esa etapa de su vida y pendiente de mi transitar en los scouts tanto en el San Cayetano como en la vida institucional de la ASV, y aunque muchas veces no lograba entender el porqué de algunas de las cosas que nos sucedían (quien lo puede culpar de esto cuando yo desde adentro tampoco las entendía todas), continuamente y en la medida de sus posibilidades colaboro conmigo y con los Scouts, esto siempre se lo agradeceré.

Y hablando de agradecer a mi primo le debo agradecer muchas cosas: el haberme invitado a SER SCOUT, el haberme acompañado y haber hecho mas grato NUESTRO CAMINO HACIA LOS BOSQUES, el haber GUARDADO MUCHAS VECES MIS PENAS EN EL FONDO DE SU MORRAL, y cuando a cada uno le toco REMAR SU PROPIA CANOA siempre estuvo presto para encontrarnos en un remanso o playa del RIO DE LA VIDA para reunirnos alrededor del fuego, contar gastadas historias y entonar añejas canciones.

Regresando al Dionisio "mi sub-guía", quiero pensar que su naturaleza siempre ha sido la de disfrutar compartiendo, y en ese sentido les refiero un comentario de Leonardo José Aranguren Sandoval (scout contemporáneo con nosotros y vecino de infancia de Dionisio en la Av. Angostura de Horizonte), quien la semana pasada me conto por FaceBook: “No sé cómo Dionisio se enteró de que debido a que mi familia estaba viviendo una época económicamente difícil no tendría uniforme que utilizar en mi Promesa Scout en el Grupo Francisco de Miranda, pero sí sé que en ese momento se presentó en mi casa y me cedió el suyo para que lo utilizara en mi Promesa”.


Hoy 40 años más tarde Dionisio continua siendo igual en muchas cosas, por lo que de alguna manera la filosofía de vida de mi Primo y Sub Guía de Patrulla, siempre se me pareció a la de aquel Agricultor de Maíz de la Oración de la Rana de Anthony de Mello.



Esta semana en agradecimiento por tanto, y en su honor a mi sub-guía les comparto:




EL MEJOR MAÍZ…



Un agricultor, cuyo maíz siempre había obtenido el primer premio en la Feria del Estado, tenía la costumbre de compartir sus mejores semillas de maíz con todos los demás agricultores de los contornos.

Cuando le preguntaron por qué lo hacía, dijo: - En realidad, es por puro interés. El viento tiene la virtud de trasladar el polen de unos campos a otros. Por eso, si mis vecinos cultivaran un maíz de clase inferior, la polinización rebajaría la calidad de mi propio maíz. Esta es la razón por la que me interesa enormemente que sólo planten el mejor maíz -.



Todo lo que das a otros

Te lo estás dando a ti mismo



Pterodáctilo Ancestral

Septiembre 2016

1 comentario:

  1. Gracias Juan por incluirme en tus comentarios... Me quede en una pieza al enterarme de tu afinidad con Dionisio. Envíales mis mejores deseos y recuerdale que contribuyo a cambiar la vida, para bien, de una persona... quistas sin saberlo ni esperar recompensa... S. L. P. S. VIEJO HALCÓN.

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