Una de las razones que me llevo a
retomar la escritura de estas crónicas y a abrir mi Me Lo Contaron Alrededor Del Fuego fue el entusiasmo
de mi hijo Ernesto Alexander por la escritura y su blog.
La crónica que hoy les comparto, lo escribió al salir de una marcha y lo público
en su blog: CRÓNICAS INVENTADAS el 10 de junio de 2012, es de los que más me
gustan de los que ha publicado hasta el momento, con muchísimo respeto y su permiso se los comparto
con: todo mi orgullo por el autor y toda la tristeza de que cuatro años más
tarde la situación en nuestra Caracas está mucho peor.
Al compartirles esta crónica en mi alma se mezclan:
mi Corazón Caraqueño (Caraquista Jamás), mi infinita admiración por el autor, el
inmenso placer de leerlo, mi amor hacia él y sus hermanos, y mi desbordada impaciencia porque él sus
hermanos tengan el derecho de conocer y vivir en la Caracas que yo aprendí a amar.
Se te quiere muchísimo hijo…
Nota: les agrego los enlaces para que puedan disfrutar de sus Crónicas inventadas
Caracas
de Ernesto Alexander
Caracas, mi Caracas como te quiero como te odio, tus calles
rotas y sucias pintadas del rojo derramado por tus falsos hijos, tus casitas de
cartón que se arrugan con la lluvia, donde los sueños huyen de las balas. Pero
debajo de petare y de las mercedes, de la riqueza y de la pobreza, de la
izquierda y de la derecha, hay personas, algunas que se aferran a tus calles
otras que están locas por irse.
Personas que suben y bajan cientos de escalones para tocar un
violín, y otros que los esperan para quitarles lo del pasaje, están quienes
sueñan con mejorar y los que usan polvos y humo para soñar, los que con
guitarras hablan de cambiar, los que te suplican que por algún bando vayas a
votar, quienes creen es mayor problema es la moda de los zapatos que acaba de cambiar
o que se ponen la misma cresta que el de al lado para expresar su
individualidad y los que no tienen idea de si podrán volver a su casa.
Todos convivimos aquí bajo la sombra del Ávila, marchamos por
futuros distintos pero por las mismas calles, creemos en dioses distintos pero
en una misma cuadra hay una sinagoga, una mezquita y una iglesia, y muy cerca
hay una casa hecha de luz que un grupo de barbaros se empeñan en ver arder,
donde los sueños envejecen esperando en el tráfico de la hora pico.
Pero en las calles se escuchan los buenos días, bajo la tierra
hay gente que se apoya en su bastón para que otros se sienten, el taxista aun
busca conversación, las plazas se llenan de libros y de músicos, los semáforos
están llenos de circos portátiles de 30 segundos que sobreviven con unas pocas
monedas tanto como las armas automáticas se los permitan.
Es que eres un contraste de ciudad mi querida Caracas, que
quien se para y deja un puesto en el metro luego no reconoce el verde del rojo,
los rayados son invisibles, y la única pintura blanca en el suelo que se puede
ver es para marcar donde termino uno de tus hijos, al parecer nadie te aprecia
hasta que no te tiene, pero cuando se van no dejan de hablar de lo bella que
eres, eres como la Madrid de Sabina insoportable pero también irremplazable,
que por más que me encantaría no lidiar con tus problemas no tengo ni la menor
intención de irme, eres mi hogar y mi corazón está aquí.
Supongo que parafraseare a Sabina de nuevo, pues cuando la
muerte me visite deseo lo mismo que el, no me despierten, estoy bien aquí a la
sombra del Ávila, con las guacamayas y la lluvia, en esta loca ciudad que se ha
convertido en mi hogar.
Ernesto Alexander Rodríguez
10 de junio de 2012
compartido por
Pterodáctilo Ancestral
en #MeLoContaronAlrededorDelFuego
Junio 2016
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