Hoy les comparto una crónica/reflexión que escribí
hace más de 10 años para utilizarlo como Motivación Inicial en un conversatorio
sobre el Sistema de Patrullas al que me invitaron. Al releerlo, lo considere
extraordinariamente oportuno y pertinente para esta época en que nos
corresponde remangarnos y aprestarnos para iniciar a reconstruir a nuestra
querida y maltrecha Venezuela. Siempre considere que la comparación – y el
mismo relato - era algo cruda y desgarrada o al menos muy forzada, pero creo
que el mensaje continúa siendo válido y adecuado, para esta época que nos exige
a todos y cada uno cumplir con nuestra responsabilidad. Parafraseare a los Angelinos
de Anaheim del 2002 y su Rally Monkey: «hoy requerimos formar un equipo con
cero estrellas, pero repleto de héroes».
Les comparto entonces:
LA MESA ITALIANA
«un equipo cero estrellas, pero repleto de héroes»
En los años que tengo ejerciendo la ingeniería, siempre
me a tocado trabajar con italianos, de ellos recuerdo especialmente a un señor
mayor llamado Giuseppe al cual le toco vivir a entre sus 17 y 20 años la
ocupación alemana de la ciudad de Roma durante la II Guerra Mundial.
Giuseppe siempre tenía en la boca una historia que
se adaptaban perfectamente a las situaciones que estabamos viviendo. Un día en
que estabamos revisando porque el personal de mantenimiento que teníamos en la
planta no se daba abasto nos contó la siguiente:
«Después de la muerte del Duce, al final de la
guerra», nos contó «La mayoría de los jóvenes romanos nos unimos a la
resistencia, ya que sentíamos que lo que estaba sucediendo era una invasión de
nuestra Patria por parte de los Alemanes. Pero las fuerzas de ocupación
normalmente buscaban italianos para que los ayudaran con los trabajos que ellos
no querían hacer en los cuarteles.
Una mañana estaba paseando con unos amigos, cuando
una patrulla nos intercepto y nos llevo a una casa en donde se estaba
instalando un nuevo cuartel de la
SS. A medio día ya éramos unas 50 personas las que estabamos:
moviendo muebles, pintando, cargando equipos y realizando otra serie de labores
para dejar lista la instalación.
En el sótano de la casona había una pesada mesa de
hierro, que el sargento quería mover a la habitación principal, unos 10 de
nosotros nos pusimos alrededor de la mesa pero nos fue imposible moverla, luego
el sargento busco a algunos más e intentamos nuevamente mover el pesado mueble
sin ningún efecto. Gritando maldiciones el suboficial, busco nuevamente a otros
italianos hasta llegar a un total de 20, que nos distribuimos alrededor de la
mesa para intentar moverla, teniendo el mismo resultado de las anteriores
veces.
En eso se presento en la habitación un oficial de la
SS y observo lo que estaba sucediendo. Ordeno que todos nos separáramos de la
mesa y luego eligió a 4 de nosotros y los mando a colocar en cada una de las
esquinas de la mesa, luego dijo: “Ahora cada uno de Ustedes es el único
responsable de su esquina y todas ellas deben levantarse”. Inmediatamente, al
no poder esconderse dentro de la “multitud”, cada uno de los designados levanto
la mesa y la comenzó a mover.
El oficial entonces le dijo a su subordinado: “Estos
para que aprendas, lo que no se pudo hacer entre 20 sin responsabilidad se
logro entre 4 con compromisos claros y específicos. No hay duda de que el miedo
influyo en el resultado de la operación, pero seguramente el que cada uno
tuviera bien definida su responsabilidad se tradujo directamente en el logro de
los objetivos trazados”»
Pterodáctilo Ancestral
Escrito
en la 1ra década del siglo XXI
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