Un frio lunes de febrero de 2018 en la Sucursal del Cielo, hace tanto frio que hasta las estrellas cierran los ojos, alumbradas por las luces de la otrora ciudad de Los Techos Rojos … … … …
Aún está oscuro cuando la CHANGA
TUKI del DJ DANIEL EL ESPECTÁCULO comienza a sonar, es el despertador del
celular de Johenry en el barrio La Vuelta del Águila de Filas de Mariche, el
hombre se levanta apurado del catre que comparte desde hace tres meses con
Rosinés, y sin muchos miramientos ni amapuches despierta a la menuda mujer que
aún se arropa para exorcizarse de la resaca causada por los infinitos palos de Ventarrón
que se echaron el domingo, luego como autómata sale pa´tras del rancho donde luego
de “mear
pal monte”, se lava como puede en el bidón con que recogen el agua de
lluvia (estaba como culo de foca, le cuenta luego a la mujer). Ambos se visten apurados
a la luz del único “bombillo cubano” que alumbra el salón que les sirve de: living,
sala, cocina, comedor, vestier y alcoba, y tomarse siquiera un guayoyito que
les caliente los huesos, se encaraman en la moto Empire Sport Touring que
la UBCh
le asigno a Johenry hace unos años – y que: pa´cuidar unas elecciones, de
nuestro comandante – y sin pensarlo se internan por las pequeñas calles del
barrio, buscando la carretera Petare – Sta. Lucia. Ahora utiliza el vehículo,
para trabajar en una la línea de moto taxi que da servicio, desde la estación
del tren de La Rinconada hasta Chacaíto.
Al entrompar la carretera, el
motorizado acelera para rebasar a un colectivo antes de llegar a la curva, al
pasarlo a Rosinés le llama la atención y se queda mirando a “una
joven. con alma de vieja”, que va durmiendo con el cachete pegado a la
ventana. Se llama Elena y todos los fines de semana los pasa en su rancho construidos
en unos terrenos invadidos de la Zona Industrial El Paraíso del Tuy en Sta.
Teresa. De muchacha estudio electrónica en la escuela técnica y a partir de ahí
hizo carrera hasta supervisora de cableado en MADOSA de Sta. Teresa, pero desde
que la planta fue expropiada hace más de quince años se colocó como trabajadora
doméstica (sus amigas y no tan amigas le dicen “cachifa”) para una familia que
vive en las quintas “de arriba” en la Urbanización Miranda, allí vive de lunes
a viernes y – aunque sabe y siente que todos la tratan bien – no es lo mismo. Con
el cachete en la ventana Elena dormita soñando en la época en que los obreros
la llamaban JEFA, trabajaba solo de 7½ a 4½, y normalmente se ganaba los bonos trimestrales
que asignaban “por contrato” a los supervisores que superaran las metas de producción
(esos viernes se deba el gusto de comprar una, dos y hasta tres cajas de
Polarcitas para celebrar con “sus obreros”), hasta un Chevettito usado se había
podido comprar con lo que ganaba (luego se lo robaron a punta de pistola, una
tarde~noche en La Raíza, pero eso es otra historia).
Mientras Elena sueña, a su
lado va sentada la Sra. Simona que desde hace mucho tiempo pasa las noches en
vela porque no puede dormir, es una pensionada del Seguro Social que según su
cedula de identidad y el registro civil de San José de Barlovento ya tiene
setenta y ocho años (pero su madre siempre le conto que la inscribieron cuando
ya había cumplido los cinco). Durante la mayor parte de su vida Simona se
dedicó a planchar, para diferentes casas de familia en las urbanizaciones de
clase media de Caracas, y aunque nunca fue adinerada, su trabajo le dio para
criar con comodidad y convertir en hombres y mujeres de bien a sus múltiples
hijos. Pero desde hacen ya más de diez años, las rodillas comenzaron a cederle
y por lo que ya no pudo pasar los días parada ante la tabla de planchado. Y
aunque la mayoría de las familias buscaron ayudarla (la contrataron por ½´s
días, la dejaron planchar sentada – que nunca es lo mismo, le separaban la ropa
“liviana” de la “pesada”, y múltiples ideas más), al poco tiempo ya no pudo
ejercer su profesión. Al tiempo debió vender su rancho (ubicado en la parte
alta de Carapita), y mudarse “arrimada” con una de sus hijas a Mariche, hoy
vive de su pensión y de lo que gana vendiendo sus vasitos de “guayoyo
colado en manga e´tela” (que en estas tierras jamás debe ser confundido
con un simple negrito), en la cola del distribuidor metropolitano. Por eso cada
madrugada antes de la salida del sol, la vieja Simona se levanta del catre que comparte
con su nieta y tocaya – decir que se despierta, sería una total y completa falacia
ya que les reiteramos que desde hace mucho tiempo Simona pasa las noches en
vela –, para preparar dos ollas de infusión sobre “la única hornilla del primo”
que le sirve de cocina al rancho, con ellas repleta dos termos de cuando los
chinos hacían “chucherías” y los mete en un viejo bolso de playa que le regalo
uno de sus viejos clientes, con su bolso a cuesta camina hasta la Carretera
Petare – Sta. Lucia, en donde se monta en un colectivo que la lleva hasta el
Distribuidor Metropolitano, en donde finalmente puede vender sus vasitos. Hoy
solo pudo hacer una olla, porque se le terminó el gas a la bombona, por eso
solo lleva un termo, y solo “facturara” la mitad. Pero volvamos con Elena que
sigue soñando a su lado.
A pesar del altísimo volumen en
que Ruben Blades les cuenta a todos la vida y muerte de Camilo Manrique: ♪♫♬ Después de una tunda e´palos,
que te mueras es normal ♪♫♬,
Elena esta tan metida en sus sueños que casi se le pasa la parada a la entrada
de la Urbanización Miranda, despierta y apurada le grita al colector:
-
¡En la parada!
-
Aquí no hay parada – le contesta “el chamo”,
aprovechando y disfrutando su autoridad prestada
-
¡Coño, que me dejes aquí, te dije! – replica con
el tono bien aprendido de supervisora, mientras se para y se abre paso a
empujones hacia la puerta
Finalmente, el chofer, se detiene
como a doscientos metros del semáforo que alumbra el rostro de EL
PRECURSOR, y Elena – sin disimular su arrechera - empuja al Colector al
bajarse. El Colector se llama Nelmar y tiene “casi” 16 años, desde muy chamo su
madre le había conseguido cupo para estudiar en el antiguo Instituto Experimental de
Formación Docente Luis Beltrán Prieto Figueroa de la Rómulo Gallegos –
o simplemente El Experimental, como le dicen los alumnos desde su creación haya
en el lejano 1959 -, pero cuando su hermano mayor “por parte de pa´e”
consiguió chamba como avance en la línea Petare-Sta. Lucia, Nelmar dejo el
liceo y la casa materna – donde lo
obligaban a perder el tiempo estudiando – para mudarse con su viejo y hacerse
colector en LA PICA-PICA (así llaman en la línea al ENCAVA que maneja su
hermano, debido a la calcomanía de la MAJESTUOSA, CELEBRE Y MILAGROSA ANIMA DEL
PICAPICA que adorna el vidrio de atrás), la verdad es que como colector
no gana casi nada, pero su hermano le da, de vez en cuando la oportunidad de
manejar la unidad, y así cuando tenga la edad estará listo para meterse también
a avance, y luego con el tiempo, se comprara su propia unidad, y es que Nelmar sabe
que él no tiene las bolas pa´malandro, que es donde todos saben que están los
reales de verdad, y POR AHORA – como dijo el malandro aquel - se contenta disfrutando
de: la oportunidad de aprender a manejar la buseta, los reales que le dan como
colector y sobre todo de la autoridad sobre los pasajeros y sobre los otros
conductores que viene conexos con el puesto de colector, él es quien maneja la
disciplina en la unidad. Hablando de la autoridad, al reincorporarse a la
carretera LA PICA-PICA le corta la vía a una TOYOTA MERU que viene
saliendo de La Miranda, la conductora clava los frenos y pega la corneta,
Nelmar saca medio cuerpo por la puerta y guindado le grita:
-
¡No me jodas “MARIA CORINA”, las
calles son pal pueblo, ja ja ja ja ja ja ja ja !!!!!!!!!!!!!!! – se ríe el
chamo de su ocurrencia
La chica de la MERU se llama
Valeria, y se dirige a la UNIVERSIDAD MONTEÁVILA en donde está
terminando la carrera de Comunicación Social, esta mañana esta apurada para
reunirse temprano con su compañera de tesis (aunque en esta universidad le
dicen: Proyecto Final de Carrera), se hicieron “mejores amigas” desde hace ya “muchísimos
años” cuando comenzaron a estudiar en el maternal de INSTITUTO ANDES DE LOS NARANJOS y se dieron cuenta de que
“casualmente” ambas se llamaban Valeria (como que ese nombre estaba muy de moda
para las madres del ´94), desde entonces ambas fantasearon con que estudiarían
juntas: en el instituto, en la universidad y en el posgrado. La otra Valeria viaja
esta misma tarde a Madrid, para visitar a su novio que está sacando un
diplomado de Business Administration para Emprendedores en la COMPLUTENSE, y
esta Valeria quiere que revisen juntas el avance del Proyecto Final antes de
que su amiga baje a Maiquetía, y no lo pudieron revisar durante el fin de
semana, porque esta Valeria lo paso en Pto. Azul con Pablito, el chico con
quien está saliendo desde que “su novio de toda la vida” se fue
para Alemania a estudiar Ingeniería Mecatrónica en la Universidad de Hannover.
Además, quiere pedirle por “enésima quinta vez” que investigue cuales
son los posgrados que pueden hacer juntas en la capital española después que se
gradúen. Gracias a sus abuelos ambas tienen pasaportes de la Comunidad Europea
(una por España y la otra por Italia), y desde hace tiempo son de la idea de
quedarse por el viejo mundo, este fin una de la Valeria retwitteó «Realidades:
a mi Venezuela ya no me duele, me duele seguir aquí en esta vaina, en este: “ya
no se puede vivir”».
Al llegar a la altura de
Terrazas del Ávila, el ánimo de Valeria se desinfla al encontrarse una tremenda
cola que “no debería haber a esa hora”, revisa que los seguros de la MERU estén
cerrados, apaga a Luis Fonsi y Daddy Yankee que a todo volumen le
cantan Despacito, y con el “manos libres de su nuevo Samsung S8-Plus
que le trajo Santa en Navidad”, comienza a llamar a Vale (así se llaman
las amigas entre ellas), para decirle que cree que va a llegar tarde. Está en
eso cuando escucha, que le tocan corneta, voltea y ve a un joven como de su
edad, que desde un VOLKSWAGEN ESCARABAJO, NEGRO METALIZADO CON RINES DE ALUMINIO (el
vehículo esta tan nuevo, que parece recién sacado de HAPPY DAYS), le hace
señas para cederle el paso. El joven se llama Jorge, y aunque es Economista
egresado sumacunlaude de la UCAB, hoy se dedica a ser BACHAQUERO
PREMIUM. Y es que, gracias a los múltiples y diversos, contactos de sus
padres, tíos, hermanas y primos, Jorge se ha hecho de una muy exclusiva
clientela entre los que están empeñados en mantener toda costa, algo o toda su
calidad de vida, y él les consigue desde JAMÓN IBÉRICO DE BELLOTA o ACEITE
DE OLIVA ESPAÑOL EXTRA VIRGEN MONOVARIETAL (para los amigos sus padres),
hasta pañales y pastillas anticonceptivas para las amigas de sus hermanas y
primas. El sistema lo tiene montado estrictamente en divisas (que en casos
excepcionales pueden ser pagadas en Bs, al cambio del día). Su negocio ha crecido
gracias a los múltiples amigos – tanto del San Ignacio como de la UCAB - que
han emigrado a disímiles Países, por eso ya cuenta con “representantes” en:
España (para Jamón Ibérico, Aceite de Oliva, Cava Catalán, vinos de la Ribera
del Duero y turrones para Navidad), Italia (desde donde le envían El Parmesano
Reggiano - el Rey del parmesano, Pasta ZARA de todos los tipos y el Panettone
Bauli que fue un éxito el diciembre pasado), Miami (desde donde una ex- novia le
envía medicinas contra pedido, productos de tocador y de maquillaje en general,
productos de baño, celulares – específicamente Iphone o Samsung de última
generación desbloqueados, y zapatos de marca, esto es el último de sus inventos
y fue todo un éxito entre los panas durante las últimas Navidades) y Chile (de
donde trae vinos de varios tipos, cepas y precios). Su lema es “LE
CONSEGUIMOS DE TODO, SI TIENE COMO PAGARLO”, ya ha ahorrado suficiente como
para poder irse al exterior (le tientan Australia y/o Canadá para hacer su Doble
Maestría En Globalización Y Economía Mundial), pero el negocio va tan bien que
ha demorado esos planes, sus padres le dicen que eso es PAN PA´HOY Y HAMBRE PA´MAÑANA,
pero Jorge piensa que debe aprovechar para hacer unos churupos mientras le dure,
y aunque se confiesa total, completa y activamente opositor del régimen – ahora
repite lo que siempre dice su padre: CON LOS ADECOS SE VIVE MEJOR –, sabe
que tan pronto como regrese la democracia al País, su carrera como MARCO
POLO VIP AND TROPICAL DEL SIGLO XXI deberá ser totalmente revisada.
Por ahora Jorge vive bien, y se
da lujos que en el exterior jamás podría, por ejemplo, el pasado viernes su
padre cumplió años y le regalo una botella de RON CARÚPANO LEGENDARIO CON VEINTICINCO
AÑOS DE AÑEJAMIENTO EN BARRICA, que le costó más de doscientos dólares,
sabe bien que no podría darse el gusto de pagarlo en ningún otra parte del
mundo. Al recibirla su Padre le decía con orgullo:
-
Es increíble que, en medio de esta crisis, una
destilería venezolana haya hecho posible un ron vintage como este, hecho con
una única reserva de 25 años de añejamiento y sin mezclas con rones de otras
edades, eso es en cualquier parte del mundo es una auténtica rareza lo que
llaman un incunable
-
Y una prueba más de que aquí vivimos en BIZZARO´S
WORLD THE SUPERMAN – contesto el hijo
Además, para el beneplácito de
sus padres Jorge puede aplicar en su negocio buena parte de lo aprendido en la
UCAB (sobre todo lo relacionado a mover y colocar los ingresos de su negocio),
y para su beneplácito personal, puede continuar con disfrutando de su afición de:
vivir en el País de las mujeres más bellas, por eso cuando ve a una doña
portando un significativo par de DOUBLE HANDS, que lucha por
incorporarse a la cola desde la salida de Terrazas del Ávila, con una amplia sonrisa
le hace señas para darle paso. La Señora
se llama Patricia y trabaja en la oficina principal de Seguros Caracas, tiene 45
años, y está divorciada desde los 41, sus dos hijos viven con el ex y su nueva
esposa en Weston, pero ella no se ha ido para La Florida porque está saliendo
con Juan Carlos que fue su primer jefe cuando se inició en Banesco Seguros durante
el último año de la democracia, y “el pendejo” metió la mayor parte de sus dólares
en una franquicia de CENTURY21 y no “se puede” o “no se quiere” ir, pero ella ya
no aguanta ver cómo pasan los días, teniendo que permanecer lejos de sus hijos. A pesar de eso
a Patricia le va bien aquí con su Juan Carlos, este fin de semana se fueron A LOS
ROQUES en la avioneta de un pana, y sin lo pasaron de lo mejor. Si bien
no pudieron tomar whisky 18 años (como cuando trabajaban juntos en Banesco), si
cataron varias botellas de RON ANTIGUO DE SOLERA SANTA TERESA 1796
que a todos les parecieron “buenísimas”, y ella estreno un diminuto biquini
para demostrar que la operación de año pasado – para afianzar cada cosa en su
lugar – había sido todo un éxito:
-
Por los reales mejor invertidos de mi vida –
brindo Juan Carlos con el pana, cuando la vio salir de las azules aguas del archipiélago.
Patricia estaba contenta, esos
“lujos” le hacían olvidar por instantes, tiempos mejores cuando pertenecía a la
“Clase Media Alta de Caracas”, por lo que hoy se había envalentonado con ganas,
y lucía una diminuta minifalda en juego con una transparente camisa sin mangas que
le permitían modelar su bronceado por toda la oficina
-
Que se mueran de envidia las palurdas esas –
reía para ella
Ya en la cola, prendió la
radio de la AVEO, para escuchar 99.9 FM – desde cuando tenía que llevar a sus
chamos a La Salle se había inventado la competencia de poder prender la radio
antes que Cesar Miguel dijera su ya mítica frase: «Determina el azar del Señor
portero … …», antes Cesar la decía a través de la radio de una EXPLORER
del año que le compro el ex, ahora es en la de esta AVEO que heredó de su
vieja, pero siempre es la misma frase – y se alegró al escuchar que aun sonaba Asia con
su Heat
of the Moment, la primera canción del día estaba por terminar y de
inmediato se escucharía la melodiosa frase de la voz radial que despierta al País
de lunes a viernes, la mujer sonrió pensando: «Patricia has vuelto a ganar».
En eso estaba cuando su vista
divago hacia un excursionista que descendía de La Julia luciendo una
sudadera de la Universidad de BERKELEY – California, se llama
Eduardo y tiene casi sesenta años. Eduardo es Ingeniero Mecánico de la Simón
Bolívar y desde que se graduó hacen ya treinta y cinco años ha ejercido
fuera de Caracas (la sudadera de Berkeley se la debe a su hijo mayor, que
estudio y egreso como Arquitecto de la Universidad Californiana, gracias a una
beca de soccer). Ahora Eduardo vive en Punta e Mata (Estado Monagas) en donde ejerce
la Gerencia General de una empresa que procesa maderas y que aun lucha por
sobrevivir a la inmensa crisis venezolana. Edu (así le decían de siempre en su
casa) no nació en Caracas, pero siempre se ha sentido totalmente caraqueño – Caraqueño
siempre, Caraquista jamás – y por eso disfruta mucho cuando tiene la
oportunidad de quedarse algunos días en la capital. Tanto es así que a ha
negociado para que las reuniones de Junta Directiva se realicen en la capital
durante la segunda semana de los meses pares, así cada dos meses el Gerente
General “se muda” a la casa familiar – en donde aún vive su madre – la cual
está ubicada en la parte alta de El Marqués (justo en la calle ciega que queda
entre el Parque La Aguada y el Colegio Bolívar y Garibaldi). Unas de los ritos
de Edu durante esas semanas es subir a la Julia bien temprano en la mañana, lo
que sin duda es una de esas tradiciones del pasado que le hacen reconciliarse
con su infancia, la subida revive muchos domingos cuando su padre los llevaba a
él y a sus hermanos hasta el puesto del guarda bosques:
-
Hay cosas que nunca cambian, aunque la ciudad sea
otra – piensa siempre que sube
Y, la
verdad, es que no todos los cambios son malos, Edu disfruta muchísimo de la
nueva competencia entre Guacamayas, Loros y Zamuros por dominar los cielos del
Valle, con claridad recuerda que, en el año 1983, cuando le toco mudarse al
interior, para ver una Guacamaya en Caracas uno tenía que ir al Parque del
Este, o a Tarzilandia.
Al
salir de cerro, Edu espera que terminen las últimas notas de Mercedes de Simón Diaz, se quita los audífonos de su IPod, y comienza a bajar
por la Av. Sans hacia la casa de su vieja. A esta altura de su vida “la ecuación”
le da a Edu la tranquilidad del deber cumplido: tiene la seguridad de tener a sus
dos hijos ya profesionales y viviendo en el exterior, disfruta de una cómoda
(aunque no exuberante) cuenta en divisas, es propietario de una casa construida
para complacer sus gustos (aunque la misma este ubicada “en el monte”), goza de
la tranquilidad de poder dormir todas las noches sobre la almohada que da una
conciencia limpia (como le enseño su padre), y sobre todo la inmensa satisfacción
que de saber que comparte la vida con una mujer que lo ama, lo admira, lo desea,
y además de que se lo demuestra todos los días, para envidia de muchos, todo
esto es reciproco. Lo único que empaña su entrada a los 60´s es la trágica incertidumbre
de como convivirá con sus nietos, estando un hijo en California, la otra en
Barcelona y el en Monagas. En eso piensa cuando observa una TOYOTA
4RUNNER 2018 color vinotintó que viene saliendo de la Cota Mil hacia la
Avenida Sanz del Marques, en el asiento de atrás va un joven barines de treinta
y cinco años WhatsAppeando en su IPhoneX, se llama Ignacio – pero desde
siempre propios y extraños le dicen Nacho – y es un enchufado de la
revolución. Nacho tenia quince años cuando inicio la dictadura en 1998, y estaba
totalmente encandilado por su paisano que iba a freír cabezas y a darle el
gobierno al pueblo, por lo que de inmediato se inscribió en las filas de la
juventud del partido, y desde entonces ha trabajado por y para el régimen. Hoy
está casado con Natacha, una estilada morena de Puerto La Cruz que participo sin
mucho éxito en un Miss Venezuela de inicio del siglo, pero al finalizar el
concurso, el mismo Rey de La Belleza la había contactado con Nacho que siempre
estaba en la búsqueda de “bellas mujeres” para trabajar en las diversas
exposiciones, asambleas, congresos, cumbres y sancochos, que el Líder
disfrutaba organizar para llenar su ego y que Nacho tempranamente había
convertido en su más directa y efectiva entrada de dinero. La mayoría de estas
bellas mujeres desarrollaban lucrativas carreras como “prepagos” para los
visitantes, los jerarcas, los oficiales y en general para todos los enchufados
que gravitaban alrededor del régimen. Pero nada más conocerla, el llanero había
quedado prendado por la oriental, y había esgrimido todas sus influencias para
alejarla del grupo y convertirla en su mujer, entre alagada por el galán y
molesta por que la alejaran de las propinas, Natacha se dejó seducir, pero su
nueva tarifa fue el matrimonio. Hoy ya tienen diez años de casados, y aunque muy
internamente la mujer se lamenta de las amigas perdidas (muchas de sus amigas
de la infancia, ya ni la saludan) y de no poder llevar a sus hijos a Orlando a
ver a Mickey (hay un envidioso y pendejo fiscal del Sur de New York que se
empeña desde hace meses en abrirle a Nacho un falso expediente por lavado de
dinero, y en consecuencia los imbéciles de la embajada americana no les quieren
aprobar las visas ni a ella ni a sus hijos), el favoritismo, el dinero, los
lujos y el inmenso poder que vinieron como dote con el marido son suficientes
para acallar esas voces.
Esta
mañana Nacho se dirige a una entrevista en Globovisión, para promocionar la
serie de festividades que le asignaron diseñar como inicio la campaña electoral
durante los Carnavales, en eso está distraído afinando los detalles mediante el
WhatsApp, cuando levanta la vista y observa que están por salir de la Av.
Romulo Gallegos para llegar a la planta televisiva, esta tan creído y cegado por
el poder que no es capaz de percatarse que desde la acera una mujer está
observando su 4RUNNER con expresión de reproche, su aspecto denota que desde
hace varios lustros esta sufrido una difícil crisis, pero la sonrisa que
ilumina su rostro manifiesta que su corazón tiene el total convencimiento de que
«no
hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista», y que en
consecuencia las cosas pronto mejoraran tanto para ella, como para todos aquellos
que verdaderamente la aman, por eso sigue luchando en todos los frentes posibles
para que esto suceda, ella tiene la fe y la esperanza de que sus múltiples
hijos pronto volverán a casa, y que las experiencias que ellas han vivido, las inmensas
ganas que tienen y la ciclope fuerza que les da la unidad, serán ingredientes suficientes
para “reconstruir
el hogar” y verlo renacer como ave fénix, de las cenizas generadas por
la catástrofe a la que han sido sometidos. La mujer se llama Venezuela y aunque
su edad es indefinida, se siente como una quinceañera que tiene toda la vida
por delante y espera con esperanza a su príncipe – o, mejor dicho – a sus príncipes
azules. Por eso cuando cruza la calle les sonríe a todos y con inmensa
esperanza va tatareando la última estrofa de Viajera del Rio:
♪♫♬ Por
eso en mis sueños, ♬♫♪
♪♫♬ cuando
la recuerdo, ♬♫♪
♪♫♬ triste
voy al malecón, ♬♫♪
♪♫♬ para
ver si el río, ♬♫♪
♪♫♬ cambia
la corriente, ♬♫♪
♪♫♬ y
vuelvo a ver mi flor ♬♫♪
Pterodáctilo
Ancestral
Caracas,
febrero 2018
Y recuerda
la consigna de este blog: SI TE GUSTA, COMENTA y COMPARTE
NOTA: La cámara de todas las bellas fotos que acompañan este relato,
son de nuestro gran amigo Ildemaro Trías,
a quien le agradecemos infinitamente su permanente, e impagable colaboración
para con #MeLoContaronAlrededorDelFuego.
Para disfrutar de más fotos de Ildemaro,
puedes buscarlo en todas las redes sociales como @IldeTrias – Fotografía.
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