domingo, 4 de marzo de 2018

Algunos deberían saber sobre el honor, la confianza y la traición




Venezolanos coloquemos las banderas a media asta, rasguémonos las vestiduras, pintemos nuestros rostros con cenizas, la traición se castiga con la tabla. Confesamos la inmensa y deprimente decepción que nos embarga, por el grito de dolor, decepción y arrechera que recorrió toda Venezuela a mediados de esta semana: uno de nosotros cuyo nombre no merece ser recordado, (un nirgüeño–guaro–adoptado al que muchos considerábamos con las credenciales requeridas para aglutinar y liderar el País Democrático en la ardua labor de reconstrucción de la Patria Posible, y al que defendimos “a capa y espada” y de “propios y extraños” en múltiples y diversas oportunidades), un venezolano innombrable – insistimos – traiciono la inmensa confianza que muchos habíamos puesto en él, y se prestó para apuñalar por la espalda (algunos dicen que totalmente segado por su ego o arrogancia, y otros que simplemente dirigido por la codicia y el dinero), no solo a los que habíamos creído en él sino a todos los que tenemos fe, en que la unidad era la única vía para poder despertar de esta pesadilla, sin seguir tiñendo de sangre las calles de las ciudades y pueblos del terruño.


Casualmente el mismo día en que se consumó la traición, nos whatsappeo un excompañero de trabajo con el que no hablábamos hace varios años, y nos envió un texto relativo a visión de los mexicanos de la PALABRA DE HONOR, y de la relación que se hace en México entre los FUEROS o privilegios que gozan algunos empleados públicos, y el honor que se debería requerir para alcanzarlos, merecerlos, y disfrutarlos si abusar de ellos y sin olvidar que se trata de privilegios prestados por la Patria, y que el día en que sus acciones no se correspondan con la responsabilidad que se requiere para ostentarlos, la misma Patria te lo demandara. Y en entre estas prerrogativas nosotros incluimos el privilegio y la responsabilidad de poder disfrutar del respeto y confianza del Pueblo. Y es que estamos convencidos que otras cosas podrían haber ocurrido, si alguien le hubiera enseñado al mencionado traidor, aquello que los scouts resumimos en CIFRAR EL HONOR EN MERECER CONFIANZA.
Tres comentarios, sobre el texto que les adjuntamos a continuación: (i) Lo buscamos en internet, consiguiéndolo en diversas oportunidades, pero siempre catalogado como colaboración y por lo que se nos hizo imposible identificar cual es el texto original, y quien es su autor, por lo tanto, para efectos de esta presentación lo consideraremos anónimo (ii) La palabra fuero procede del latín forum, foro. En la España medieval los fueros eran los estatutos jurídicos aplicables en una determinada localidad, cuya finalidad era, en general, regular la vida local, estableciendo un conjunto de normas, derechos y privilegios, otorgados por el rey, el señor de la tierra o el propio concejo, es decir, las leyes propias de un lugar. Fue el sistema de derecho local utilizado en la Península Ibérica a partir de la Edad Media y constituyó la fuente más importante del Derecho altomedieval español. De esa muy antigua excepción medieval viene la extensión “tener fuero” para determinar que una persona o un grupo de personas gozan de leyes o normas particulares, (iii) Sin embargo, el que la relación indicada en el texto entre el honor demostrado por el General Carlos Fuero y la etimología de la palabra, no sea gramatical e históricamente correcta, no hace menos importante y oportuno, el hecho que el mencionado militar, supiera dar importancia a su PALABRA DE HONOR, y al fuero que por respeto le concedió a su colega.






Estamos totalmente convencidos de que si el ya anteriormente mencionado nirgüeño–guaro–adoptado (cuyo nombre aun no nos da la gana de recordar o mencionar), hubiera valorado, honrado y respetado, la franquicia y responsabilidad de contar con la confianza de todos aquellos venezolanos que lo designamos guardian de nuestros más valiosos sueños y esperanzas, seguramente habría preferido privilegiar esa sagrada confianza por sobre su arrogancia o codicia, para así actuar de manera diferente, y preferir la verdadera lucha antes de ser sometido a la vergüenza e indignidad de ser llamado traidor. Es que para dedicarse a la política algunos deberían saber sobre el honor, la confianza y la traición, algunos deberían saber que la traición se paga con la tabla. Guaro, creo que mejor ruegas para que nuestro Señor y la Divina Pastorcita de Barquisimeto te perdonen, porque algunos venezolanos no la haremos jamás.




Sin más preámbulo, para todos ustedes…










PALABRA DE HONOR


 ¿De dónde viene la palabra "FUERO"?
México año de 1892 murió Don Carlos Fuero, una calle en la ciudad de Saltillo, y Coahuila y una en Parral, Chihuahua (México), llevan su nombre. La historia es digna de ser conocida por todos nosotros, mis queridos amigos. A la caída de la ciudad de Querétaro, quedó prisionero de los "Juaristas", el General Don Severo del Castillo, Jefe del Estado Mayor de Maximiliano.
Rápidamente fue condenado a muerte, y su custodia se encomendó al Coronel Carlos Fuero. La víspera de la ejecución del General Don Severo del Castillo, el Coronel Fuero dormía cuando su asistente lo despertó.
El General del Castillo, deseaba hablar con él.  Fuero, se vistió de prisa y acudió de inmediato a la celda del condenado a muerte. No olvidaba que el Gral. Don Severo del Castillo, había sido amigo de su padre.
-       Carlos – le dijo el General – perdona que te haya hecho despertar. Como tú sabes me quedan unas cuantas horas de vida, y necesito que me hagas un favor. Quiero confesarme y hacer mi testamento. Por favor manda llamar al padre Montes y al licenciado José María Vázquez

-       Mi General – respondió el Coronel Fuero – No creo que sea necesario que vengan esos señores

-       ¿Cómo? – se irritó el General Del Castillo – Deseo arreglar las cosas de mi alma y de mi familia, ¿y me dices que no es necesario que vengan el sacerdote y el notario?
-       En efecto, mi General – repitió el Coronel republicano – No hay necesidad de mandarlos llamar. Usted irá personalmente a arreglar sus asuntos y yo me quedaré en su lugar hasta que usted regrese.
El General Don Severo se quedó estupefacto. La muestra de confianza que le daba el joven Coronel Fuero, era extraordinaria.
-       Pero, Carlos – le respondió emocionado –¿Qué garantía tienes de que regresaré para enfrentarme al pelotón de fusilamiento?

-       Su PALABRA DE HONOR, mi General – Contestó Fuero.

-       Ya la tienes – dijo Don Severo abrazando al joven Coronel.
Salieron los dos y dijo Fuero al encargado de la guardia:
-       El señor General del Castillo, va a su casa a arreglar unos asuntos. Yo me quedaré en la celda en su lugar como prisionero. Cuando él regrese me manda usted a despertar.
 A la mañana siguiente, cuando llegó al cuartel el superior de Fuero, General Sóstenes Rocha, el encargado de la guardia le informó de todo lo sucedido.
Corriendo fue Rocha a la celda en donde estaba Fuero y lo encontró durmiendo tranquilamente, pero lo despertó de inmediato.

      -       ¿Qué hiciste Carlos?, ¿Por qué dejaste ir al General del Castillo?
     
      -       Ya volverá. le contestó Fuero.  Y si no lo hace, entonces me fusilas a mí.
En ese preciso momento se escucharon pasos en la acera.
-       ¿Quién vive? – gritó el centinela.

-       ¡México!, y un prisionero de guerra – respondió la vibrante voz del General del Castillo.
Cumpliendo su PALABRA DE HONOR volvía Don Severo para ser fusilado.
El final de esta historia es feliz. El General Severo del Castillo, no fue pasado por las armas. Rocha le contó a Don Mariano Escobedo lo que había pasado, y éste se le informó a don Benito Juárez. El Benemérito, conmovido por la magnanimidad de los dos militares, indultó al General y ordenó la suspensión de cualquier procedimiento contra el Coronel Fuero.
Ambos eran hijos del COLEGIO MILITAR; ambos hicieron honor a la Gloriosa Institución. Ambos hicieron honor a su palabra.
De ahí deriva también la palabra "Fuero". Tener "Fuero" es tener un privilegio, que debe sustentarse en la PALABRA DE HONOR y en un juramento o "protesto" como le llaman, que muchos de nuestros políticos y ciudadanos -  han olvidado y hecho a un lado.
Afortunadamente aún existen muchas familias que inculcan a sus hijos el valor de su palabra, palabra de honor.

compartido por:
Pterodáctilo ancestral
marzo 2018




1 comentario:

  1. Nunca he sido de los que meten a todos los políticos en el mismo saco, considero que el trabajo de ellos en sumamente difícil y muchas veces ingrato, y de allí la decepción que tengo en esta oportunidad, con la traición que siento se realizó este guaro-adoptado. Más bien creo que lo que nos pasa en estos momentos, es que, en estos últimos veinte años de dictadura, nos acostumbramos a llamar político a cualquier animal con uña, yo particularmente extraño muchísimo a los políticos de la democracia venezolana. Había mejores, buenos, malos y peores, pero no esto que nos trajo la dictadura.
    Y estoy convencido que mucha de la responsabilidad es nuestra ya que dejamos que cualquiera sea político, y nos portamos como idiotas (IDIOTA En Grecia se usaba para los ciudadanos privados y egoístas q no se ocupaba de los asuntos públicos, y evoluciono de «persona normal y corriente», hasta «persona sin educación, ignorante»). Por eso creo que debemos evaluar si lo que nos pasa hoy es por ser TAN IDIOTAS en los 80´s-90´s

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