La sonrisa
de los morochos el día de
su promesa en la manada San Cayetano |
Lo conocí en el
año 1993, cuando me toco ser su Guía de Tropa en el IMT#33 (vean el
Me lo Contaron del 27 de enero 2016),
pero desde ese momento él había crecido muchísimo: como Scout, como Jefe de Tropa de su
querido “Batalla…”, como dirigente institucional en "Donde Nació Venezuela", como
Capacitador, como Padre Ejemplar, como Amantísimo Esposo, como
Hombre de Bien. Esa fue una de las razones por las que tanto me alegre cuando
me invito a ser parte del equipo que estaba formando para su primera
experiencia como Director de un Nivel Avanzado, otra fue porque de esa manera
me demostraba su aprecio y valentía – muy pocos Directores Jóvenes se atreven a
incluir a alguien tan fastidioso en su equipo – y una de las mayores fue la
grata oportunidad de participar en una actividad tan bien Gerenciada. Porque habiéndose
formado como director de cursos en la "nova escola" – en la que nos enorgullecemos de conocer, pero no depender del viejo y querido manual de improvisaciones – él asumía su papel de
director de curso, como si de dirigir una gran orquesta se tratara, revisaba –
y nos hacía revisar - cada detalle
varias veces, se aseguraba que cada uno de nosotros estuviera afinado para
armonizar como armonizan los sonidos de diferentes instrumentos, asumía su
papel de director como el del responsable de transferir valores, y esto lo hacía
de la única manera que sabía hacerlo: a través del ejemplo. Un día – a pocas semanas
del curso – me llamo, y me pidió que ajustara la historia que yo había escrito
para la fogata de Ley y Promesa en su IMT#33:
- Me gustaría que cubriera,
desde el Pie Tierno hasta el Ciudadano – me dijo
- Na’ Guara, no pides nada –
le dije entre risas mientras forzaba mi gentilicio de guaro.
- Quiero que los participantes
se sientan “Dirigentes Integrales” y no dirigentes de una unidad
– continuo él, provocándome una sonrisa al reconocer una frase que yo sabía
que había salido de la Forja de Desiree
- oK, déjame ver que me sale –
le comente aun sin convencimiento
- Tu sabes que puedes hacerla,
y contarla – me adulo como buen gerente – tu sabes que es lo que necesitamos, y
seguro quedara excelente
- Bueno, está bien – me
escuche diciendo ya rendido a sus halagos – la escribo para que la contemos
entre todo el staff
De esa manera,
ajustamos nuestra adaptación libre de “El sueño de Jaimito” (4ta reunión de
manada - 8 Reuniones de Manada – Consejo Interamericano del Escultismo, San
José de Costa Rica, 3ra Edición – 1981), para el querido Eduardo Oropeza.
Hermano desde
donde estés intercede por nosotros - nos haces mucha falta - todos los
días te extrañamos, algún día tendré el valor de escribir más
largo sobre ti, y de cómo tu accidente cambio nuestra historia, parafraseando el viejo proverbio ingles: Por un
Clavo una Herradura, por una Herradura un Caballo, por un Caballo un Caballero,
por un Caballero la Batalla y por esa Batalla perdimos el Reino...
VIDA SCOUTS SERVIR
Carlos fue un niño como
ustedes que hace algunos años llegó a la manada, e ingreso en la seisena roja y
durante aproximadamente dos meses, con ayuda de Baloo y de todos los otros
Viejos Lobos, fue conociendo la Ley de la Manada para ser admitido como miembro
de la misma. Por
fin llego el día, por primera vez Carlos portaba el uniforme de Los Scouts de
Venezuela, su AKELA grito MANADA, MANADA , MANADA y todos corrieron a formar
una circulo de roca, luego el circulo se abrió y entonces su AKELA llamo a sus
Papá y a su Mamá a la formación e invita a Carlos a pararse en el frente, y
allí, frente a toda su manada, Carlos realizó su Promesa de Lobato.
"Prometo hacer cuanto de mi
dependa para ser leal a Dios, mi Patria, mis padres, mis superiores, obedecer
la Ley de la Manada y hacer un servicio a alguien cada día".
Aquel día de su Promesa, Carlos llegó muy feliz a su casa y
entre bocado y bocado le contaba una y otra vez a su papá sobre todo lo había
tenido que aprender para ser hoy un Lobato
En la noche, Carlos lleno de alegría va a acostarse. Se
quita su uniforme y se queda por largo rato contemplando las insignias de su
camisa, está muy orgulloso de poder portarlo, antes de meterse debajo de sus
cobijas, y todavía con la pañoleta en la mano, reza del lobato, y se promete a
si mismo hacer todo lo que de el dependa para cumplir la Ley Scout.
Por fin, apoya la cabeza en su almohada, y pronto se queda
dormido. Aquella noche Carlos tuvo un sueño...
Se encontraba en una tupida Selva llena de sonidos y olores
que Carlos desconocía, a la distancia vio una gran roca que era iluminada por
la luna y se acerco a ella y observo que los lobatos de su manada estaba todos allí,
de repente un Gran Lobo Gris surgió de detrás de la roca e integrándose al círculo
dijo:
-
Ya es
hora de ir de caza de nuevo, pero antes iniciemos a los nuevos miembros de la
manada que pasen los lobatos – y entonces comenzó a gritar a toda la manada –
YA SABEN LO QUE DICE LA LEY YA LO
SABEN, MIREN BIEN LOBOS!!! – y luego dirigiéndose
a los lobatos – HOY SUS PATAS SON NUEVAS Y DÉBILES TENDREMOS QUE IR FORMÁNDOLAS
POCO A POCO, LAS HUELLAS QUE DEJAN SON AUN MUY FRESCAS PERO SI ESCUCHAN Y
OBEDECEN A LOS VIEJOS LOBOS PRONTO SE FORTALECERÁN.
Y así Carlos se unió a la manada y todos los días aprendía
algo nuevo, Bagheera – la pantera negra – lo enseño a trepar y saltar. Baloo –
el oso gris – le enseñaba la ley.
Carlos creció sin darse cuenta y un día al regresar de la cacería
noto que sus huellas cambiaban, cada vez eran más profunda, demostraban que
Carlos estaba mas alerta y luego era más ágil.
Siguió esforzando y jugando con su manada y un día llego al
final de la selva, ante él se abría un bosque AKELA se le acerca y le dice –
CARLOS AHORA TUS PATAS ESTÁN FUERTES, YA DEJAS HUELLAS LIBRES Y DEBES DEJAR LA
MANADA, TE INVITO A SALTAR Y SEGUIR TU VIDA EN ESE BOSQUE QUE TIENES AL FRENTE
– BUENA CAZA
Carlos salta y llega al bosque, el mismo era cruzado por un
alegre río, mientras caminaba Carlos, pudo ver arroyos, lomas, llanuras y a lo
lejos una gran montaña. Fijándose mejor, Carlos vio a un grupo de muchachos, la
mayoría un poco mayores que él. Unos cocinaban, otros construían un puente,
otros mas reparaban una carpa, al acercarse reconoció a sus amigos lobatos,
allí estaban Damián, ahora era su Guía de Patrulla, y Javier, su Sub-Guía, y
todos alegremente le dieron la bienvenida, y su Jefe de Tropa lo invitó a
caminar junto con ellos hasta llegar a las montañas.
Se quedo con ellos, meses, quizás años. Juntos emprendieron
el camino a través del bosque hacia aquella gran montaña, recorrieron todos los
rincones, navegaron por el río, acecharon animales, cocinaron, cantaron y en
todo lo que hacían siempre había algo que aprendían, algo que Carlos nunca
olvidaría.
Algunas veces en sus recorridos, se encontraban con
muchachos nuevos, que pedían que los dejaran participar con ellos, en esos
casos el Guía de Patrulla se los presentaba al jefe de Tropa y este le hablaba
del gran Juego en el que estaban participando, y los invitaba a acompañarlos en
su camino hacia las montañas a través de aquel bosque.
Otras veces llegaban, muchachos que ya traían el uniforme, a
estos los traía el jefe de Tropa y se los presentaba como hermanos menores que
llegaban de un largo recorrido por la selva, Carlos reconocía en ellos la marca
de Akela.
Todos estos se iban integrando a la patrulla de Carlos, o a
otras de la Tropa, y juntos seguían se recorrido por aquel gran bosque, siempre
hacia la anhelada montaña.
Al pasar el tiempo Carlos en su recorrido por aquel bosque,
aprendió el lenguaje de sus amigos, luego a ir de excursión, más adelante a
acampar y finalmente un día, en compañía de otro miembro de su patrulla, se fue
de excursión durante veinticuatro horas, ellos dos solos caminaron, trabajaron,
acamparon y al volver fueron recibidos como héroes, y su Jefe de Tropa les dijo
que ya eran, verdaderos scouts, que ya eran “PIONEROS”.
Carlos se da cuenta de que a crecido, muchos de
sus compañeros ya no están, Damián su Guía de Patrulla, y Javier su Sub-Guía,
se han ido; observa que ahora él dirige la patrulla y los demás Gatos lo llaman
Guía, él es el que mejor conoce los secretos del bosque, y por lo tanto todos
en la patrulla lo escuchan. A la patrulla siguen llegando nuevos muchachos y
Carlos los recibe y les ayuda a recorrer aquel camino que ya el conoce tanto.
Un día mientras caminan, llegan a un Gran Lago, y al final
de el, se encuentran con la imponente montaña, Carlos se acerca al lago y allí
se consigue con su Jefe de Tropa y le pregunta, ya que lo ignora, de que manera
cruzaran ese gran lago para llegar a su destino. El Jefe de Tropa, lo mira y le
señala una pequeña canoa que flota a la orilla del lago, juntos se acercan a
ella, pero al llegar Carlos se da cuenta que en ella solo hay un remo, y además
en una canoa tan pequeña no podrán entrar todos los Gatos.
Mira a su Jefe de Tropa, y este sonriendo le dice que en
aquella canoa el recorrerá aquel lago llamado ROVERISMO, hasta llegar a aquella
anhelada montaña llamada CIUDADANO. En ese momento Carlos percibe otras canoas
en el lago del roverismo, a algunos de los que las llevan los reconoce, allí están
Damián y Javier, y todos aquellos amigos que se habían ido de la tropa.
Carlos con ayuda de su Jefe de Tropa se monta en la canoa y
le pide a esté que lo acompañe para que lo ayude con sus consejos, JT le
contesta que él no puede hacer esto porque, los demás de la patrulla lo
necesitan y que Arturo, que ahora es el Guía de Los Gatos, necesita de sus
consejos, pero que en este lago encontrara a algunos que lo ayudaran, que el
jefe de Clan estar allí para orientarlo y finalmente le promete que siempre que
se acerque a la orilla a pedir consejo, allí estará él para dárselo.
Carlos hiere al lago con el remo y en aquel momento escucha
el grito de las patrullas que lo despiden, gritos que se confunden con los de
bienvenida que les dan sus viejos amigos ahora en el Clan y en ese momento se
da cuenta de lo que dijo su Jefe de Tropa, aquél día hace mucho tiempo cuando
llego al borde del bosque y él lo invito a que los acompañara en ese camino
hacia las montañas, y comprende que el camino no termina hasta llegar a la
cumbre de aquella montaña, y que definitivamente cuando las cosas se hacen bien
la recompensa es mayor al trabajo, en ese momento Carlos decide que llegara a
la cumbre del CIUDADANO.
Ya es de mañana, es hora de despertar, pero Carlos aun sueña
y al entrar su papá al cuarto esa mañana, lo consigue dormido, sonriendo y con
su pañoleta fuertemente abrazada a la mano.
Pterodáctilo Ancestral
1993
Adaptación libre de:
“El sueño de Jaimito” (4ta reunión de
manada)
8 Reuniones de Manada,
Consejo Interamericano del Escultismo
San José de Costa Rica
3ra Edición – 1981
Grande Juan, Tuve el placer y el honor de oir este sensacional relato en ese curso, Eduardo es lo más parecido que he conocido a un scout perfecto, tu y yo compartimos el peso de su perdida y sus consecuencias, Dios lo tenga en su gloria y seguro a su lado.
ResponderEliminarlos extrañamos y nos hace falta
ResponderEliminarPor un Clavo una Herradura, por una Herradura un Caballo, por un Caballo un Caballero, por un Caballero la Batalla y por esa Batalla perdimos el Reino...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarnaguara chamo.... gratos recuerdos de eduardo con el cual tuve la maravillosa experiencia de compartir equipo de trabajo para una asamblea nacional "donde nacio venezuela" y recuerdo que nos exigia tanto o mas de lo que pudiesemos rendir, de esa experiencia en particular aprendi a perseverar y todavia lo aplico a mi vida cada vez que un compromiso se me presente... gran ejemplo el de nuestro hermano eduardo oropeza... QEPD
ResponderEliminarExcelente nota Juan para un gran scout Eduardo era uno de los pilares centrales de esta asociación (palabras de Ignacio) muchas enseñaba as de el cuando me toco hacer mi Precap alla en valencia y luego las veces que me toco capacitar en su equipo la supervisión que el aplicaba y su forma de motivar dejaron un hueco enorme difícil de llenar gracias de nuevo
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