Este es mi primer PARA
CONTAR ALREDEDOR DEL FUEGO…
… rondaba el año 1993,
y me invitaron A SER GUÍA DE TROPA DEl Insignia de Madera (imt33) que se dictaría
durante Semana Santa en el Hipódromo La Rinconada DE CARACAS; entre mis responsabilidades
estaba programar y ejecutar la FOGATA DE LEY Y PROMESA, y PARA ELLO tome una
historia que siempre me había gustado “El sueño de Jaimito” del manual: "8 REUNIONES
DE MANADA", del Consejo Interamericano del Escultismo. SOBRE ELLA, CON LA AYUDA
DE DESIREE, ESCRIBÍ UNA ADAPTACIÓN SÚPER LIBRE (LIBÉRRIMA) PARA CONTARLA DURANTE
LA FOGATA INTERCALANDO VARIAS CANCIONES SCOUT. ENSAYE CONTÁNDOLA MILES y miles DE
VECES (DESIREE LA ESCUCHO CASI TODAS), PERO EL EFECTO FUE ESTUPENDO Y AUN
RECURSO con SATISFACCIÓN LAS CARAS DE LOS CURSANTES (NO NOMBRE A NINGUNO PORQUE SON MUCHOS Y NO QUIERO DEJAR A NINGUNO POR FUERA, PERO LES ANEXO LA FOTO) DURANTE LA
FOGATA. AL PASAR el tiempo la CONTÉ infinitas veces y la fui adaptando a los cambios
de la asv, pero esta es la ORIGINAL. SIN MÁS: “vida en la tropa”
Carlos fue un joven como ustedes que hace algunos años llegó
a la Tropa, e ingreso en la patrulla Los Gatos y durante aproximadamente dos
meses, con ayuda de su Guía de Patrulla y de todos los otros Gatos, fue
preparando sus pruebas de 3ra Clase para ser admitido como miembro de la Tropa.
Por fin llego el día, por primera vez Carlos portaba el uniforme de Los Scouts
de Venezuela, su Guía de Patrulla lo llevó frente al jefe de Tropa, y allí,
delante de toda la Tropa, Carlos realizó su Promesa Scout.
Aquel día de su Promesa, Carlos llegó muy feliz a su casa y
entre bocado y bocado le contaba una y otra vez a su papá sobre las pruebas que
había tenido que aprender para ser hoy un Scout.
En la noche, Carlos lleno de alegría va a acostarse. Se quita su uniforme y se queda por largo rato contemplando las insignias de su camisa, está muy orgulloso de poder portarlo, antes de meterse debajo de sus cobijas, y todavía con la pañoleta en la mano, reza la Oración Scout, y se promete a si mismo hacer todo lo que de él dependa para cumplir la Ley Scout.
Por fin, apoya la cabeza en su almohada, y pronto se queda dormido. Aquella noche Carlos tuvo un sueño...
Se encontraba en un gran bosque, que era cruzado por un
alegre río, mientras caminaba Carlos, pudo ver arroyos, lomas, llanuras y a lo
lejos una gran montaña. Fijándose mejor, Carlos vio a un grupo de muchachos, la
mayoría un poco mayores que él. Unos cocinaban, otros construían un puente,
otros más reparaban una carpa, al acercarse reconoció a los miembros de su
tropa, allí estaban Damián, su Guía de Patrulla, y Javier, su Sub-Guía, y todos
alegremente le dieron la bienvenida, y su Jefe de Tropa lo invitó a caminar
junto con ellos hasta llegar a las montañas.
Se quedó con ellos, meses, quizás años. Juntos emprendieron el camino a través del bosque hacia aquella gran montaña, recorrieron todos los rincones, navegaron por el río, acecharon animales, cocinaron, cantaron y en todo lo que hacían siempre había algo que aprendían, algo que Carlos nunca olvidaría.
La mayor parte del tiempo compartían las actividades con las
patrullas de su tropa, pero algunas veces se encontraban con otras patrullas,
en esos casos hablaban, competían, jugaban, todo esto, siempre dentro de la
mayor camaradería, y Carlos comprendió lo que había querido decir su Jefe de
Tropa el día de su Promesa cuando comento, “...ahora perteneces a una Gran
Hermandad”.
Algunas veces en sus recorridos, se encontraban con muchachos nuevos, que pedían que los dejaran participar con ellos, en esos casos el Guía de Patrulla se los presentaba al jefe de Tropa y este le hablaba del gran Juego en el que estaban participando, y los invitaba a acompañarlos en su camino hacia las montañas a través de aquel bosque.
Otras veces llegaban, muchachos que ya traían el uniforme, a
estos los traía el jefe de Tropa y se los presentaba como hermanos menores que
llegaban de un largo recorrido por la selva.
Todos estos se iban integrando a la patrulla de Carlos, o a
otras de la Tropa, y juntos seguían se recorrido por aquel gran bosque, siempre
hacia la anhelada montaña.
Al pasar el tiempo Carlos en su recorrido por aquel bosque, aprendió el lenguaje de sus amigos, luego a ir de excursión, más adelante a acampar y finalmente un día, en compañía de otro miembro de su patrulla, se fue de excursión durante veinticuatro horas, ellos dos solos caminaron, trabajaron, acamparon y al volver fueron recibidos como héroes, y su Jefe de Tropa les dijo que ya eran, verdaderos scouts, que ya eran “SCOUTS DE PRIMERA CLASE”.
Carlos se da cuenta da cuenta de que a crecido, muchos de
sus compañeros ya no estan, Damián su Guía de Patrulla, y Javier su Sub-Guía,
se han ido; observa que ahora él dirige la patrulla y los demás Gatos lo llaman
Guía, él es el que mejor conoce los secretos del bosque, y por lo tanto todos
en la patrulla lo escuchan. A la patrulla siguen llegando nuevos muchachos y
Carlos los recibe y les ayuda a recorrer
aquel camino que ya el conoce tanto.
Un día mientras caminan, llegan a un Gran Lago, y al final
del, se encuentran con la imponente montaña, Carlos se acerca al lago y allí se
consigue con su Jefe de Tropa y le pregunta, ya que lo ignora, de qué manera
cruzaran ese gran lago para llegar a su destino. El Jefe de Tropa, lo mira y le
señala una pequeña canoa que flota a la orilla del lago, juntos se acercan a
ella, pero al llegar Carlos se da cuenta que en ella solo hay un remo, y además
en una canoa tan pequeña no podrán entrar todos los Gatos.
Mira a su Jefe de Tropa, y este sonriendo le dice que en aquella
canoa el recorrerá aquel lago llamado ROVERISMO, hasta llegar a aquella
anhelada montaña llamada CIUDADANO. En ese momento Carlos percibe otras canoas
en el lago del roverismo, a algunos de los que las llevan los reconoce, allí están
Damián y Javier, y todos aquellos amigos que se habían ido de la tropa.
Carlos con ayuda de su Jefe de Tropa se monta en la canoa y
le pide a esté que lo acompañe para que lo ayude con sus consejos, JT le
contesta que él no puede hacer esto porque, los demás de la patrulla lo
necesitan y que Arturo, que ahora es el Guía de Los Gatos, necesita de sus
consejos, pero que en este lago encontrara a algunos que lo ayudaran, que el
jefe de Clan estar allí para orientarlo y finalmente le promete que siempre que
se acerque a la orilla a pedir consejo, allí estará él para dárselo.
Carlos hiere al lago con el remo y en aquel momento escucha
el grito de las patrullas que lo despiden, gritos que se confunden con los de
bienvenida que les dan sus viejos amigos ahora en el Clan y en ese momento se
da cuenta de lo que dijo su Jefe de Tropa, aquél día hace mucho tiempo cuando
llego al borde del bosque y él lo invito a que los acompañara en ese camino
hacia las montañas, y comprende que el camino no termina hasta llegar a la
cumbre de aquella montaña, y que definitivamente cuando las cosas se hacen bien
la recompensa es mayor al trabajo, en ese momento Carlos decide que llegara a
la cumbre del CIUDADANO.
Ya es de mañana, es hora de despertar, pero Carlos aun sueña
y al entrar su papá al cuarto esa mañana, lo consigue dormido, sonriendo y con
su pañoleta fuertemente abrazada a la mano.
Pterodáctilo
Ancestral
Semana Santa 1993
Adaptación
libre de:
“El sueño de
Jaimito” (4ta reunión de manada)
8 Reuniones
de Manada,
Consejo
Interamericano del Escultismo
San José de
Costa Rica
3ra Edición
- 1981