lunes, 24 de abril de 2017

¡Llegaremos a Washington, o moriremos con gusto!, la gesta de Rafael Ángel Petit & Juan Carmona


@totoaguerrevere escribió: Este es uno de mis cuentos favoritos sobre perseverancia: El 11 de enero de 1935, los jóvenes venezolanos Rafael Ángel Petit y Juan Carmona, ambos Boy Scouts, salieron con solo 5 Bolívares en el bolsillo desde la Plaza Bolívar de Caracas en una caminata hacia el primer Jamboree Nacional de Scouts en Washington D.C. Los chamos atravesaron 10 países, recorriendo 18.000 kilómetros hasta llegar el 16 de junio de 1937 (dos años después) a las escaleras del Capitolio en Washington donde le entregaron la bandera nacional al Embajador de Venezuela en EEUU. Fueron recibidos por el Presidente Franklin D. Roosevelt en la inauguración del Jamboree el 30 de junio de 1937 al ser los únicos exploradores, de 26 mil, que llegaron al evento a pie desde su país de origen. Aquí la foto de los dos venezolanos a su llegada a Washington. Todavía no entiendo como este cuento no lo han convertido en película. #totolocuenta https://www.instagram.com/p/BTKtmSsF_UB/?taken-by=totoaguerrevere


Este “Instagram” me lo envío mi hermano mayor Pedro Santiago el pasado sábado 22 de abril con un simple comentario: “Juan hay tienes material”, y que excelente material nos envían: el relato de un viaje que aunque hemos escuchado miles de veces (creemos que la primera vez de la boca de Carlos EL INTERNACIONAL Rodríguez), no deja de impresionarnos con la infinita cantidad de aventura, drama y suspenso que contiene, lo que, para nosotros, lo hace comparable tanto con LOS VIAJES EXTRAORDINARIOS DE JULIO VERNE como con EL REALISMO MAGICO DE EL GABO (Jules Gabriel Verne y Gabriel José de la Concordia García Márquez para los puristas que nos leen).  Y que (posiblemente por tanto escucharla) hemos dejado de darle la importancia y el contexto que se merece dentro de la historia venezolana en general y del escultismo venezolano en particular.



No conocemos a Toto Aguerrevere, y siquiera sabemos si tuvo el privilegio de hacer su Promesa Scout y de participar en el GRAN JUEGO DEL ESCULTISMO, pero debemos estar de acuerdo con él cuando indica: “Todavía no entiendo como este cuento no lo han convertido en película”. Y es que decidirse a salir “con la mochila a la espalda y a la derecha un bordón” a recorrer 18.000 Km de territorio desconocido (y mucho de él virgen) para llegar veintinueve (29) meses más tarde a Washington DC, convierte la gesta de Rafael Ángel Petit (Guía de Patrulla, maracucho de 19 años, quien ya había recorrido con dos compañeros 1.500 Km entre Maracaibo y Caracas para promocionar el escultismo en todo el territorio nacional) y Juan Carmona (Scouter 1ra Clase, maracucho de 22 años), en unos de los momentos imperecederos del Escultismo y de la Juventud Venezolana. Pero es que desde aquel viernes 11 de enero de 1935, cuando los jóvenes partieron de Caracas, con las bendiciones del Ministro del Ejército y la Marina, Gral. Eleazar López Contreras (quien los equipó con la munición regular del ejército de 45 kilos de peso) hasta que se pudieron presentar ante el Embajador de Venezuela en los Estados Unidos (nada más ni nada menos que con el mismísimo Diógenes Escalante EL PASAJERO DE TRUMAN de la novela de Francisco Suniaga)  los jóvenes vivieron las más emocionantes e inimaginables aventuras.

Afortunadamente en internet existe abundante y precisa documentación de la inolvidable gesta de estos dos Marco Polo Tropicales incluyendo detalles como: El extravío de Petit durante veintiocho (28) días en la Selva del Chocó (al noreste de Colombia y frontera con Panamá), el reencuentro de los viajeros en un hospital de la ciudad de Colón con el Scouter enfermo y a punto de que los médicos panameños le cortaran una pierna gangrenada, el cruce de varios ríos crecidos e infectados de cocodrilos, el ataque de una manada de monos agresivos, la retención por parte una tribu de indígenas recelosos en Panamá, la inminencia de unas botas destrozadas (imaginamos que no se trataba de las Botas Frazzani que nosotros utilizamos en los 70's / 80's), el caminar descalzo sobre el lecho martirizador de las
vías férreas en Costa Rica, la dolorosa muerte por deshidratación de un perro policía que habían recibido como obsequio, los dos intentos fallidos de ser asaltados por una banda de cuatreros (eso en 1935 no en la Caracas actual), las múltiples molestias de las autoridades de Honduras por una perentoria revolución para derrocar al Presidente en ese país, el descanso merecido en El Salvador, el ultimátum urgente para abandonar Guatemala ante la insistencia del visado para entrar y transitar México, la barrera del idioma inglés que en ocasiones provocaba percances desagradables como dormir al aire libre, en el andén de las estaciones del ferrocarril y muchas veces, en el «departamento de negros» en algunos pueblos de los Estados Unidos y ser los primeros en llegar e inscribirse en el Jamboree luego de más de dos años de travesía , haciendo bueno el compromiso de «¡Llegaremos a Washington, o moriremos con gusto!» (para escribir estos detalles me estoy basando en http://www.iconosdevenezuela.com/?p=20505 pero hay muchas otras, entre ellas recomiendo http://lagaitadeldecano.blogspot.com/2015/01/petit-y-carmona.html, además, aunque no lo hemos leído, entendemos que en 2008 se publicó el libro La Extraordinaria Hazaña de Petit y Carmona, que recuerda detalladamente esta asombrosa epopeya).

Nosotros consideramos que la historia de la Juventud Venezolana está repleta de muchos Rafael Ángel Petit & Juan Carmona, que con heroísmo y entusiasmo propios de la edad, han emprendido viajes, proyectos y luchas en la búsqueda de ideales, valores y logros, para nosotros el mayor ejemplo fueron los jóvenes universitarios de la “Generación del 28”: quienes finalmente nos regalaron los únicos cuarenta (40) años de verdadera democracia que hemos disfrutado en toda la historia Patria (1958 a 1998). Hoy con inmenso respeto, admiración y orgullo aplaudimos a los miles y miles de jóvenes que desde las calles de todos el territorio nacional están liderando cada día la lucha por LA VENEZUELA POSIBLE que ellos tanto anhelan como merecen, y como dijimos hace unas semanas: claro que tienen miedo de la tortura, de la cárcel injusta, de las desapariciones y de la muerte, pero mucho más miedo tienen de seguir viviendo en una sociedad que nos les permite vivir, ni ser felices. Queremos soñar que muchos de esos miles de jóvenes participaron en el GRAN JUEGO y que hoy salen a las calles siguiendo el mensaje del fundador de simplemente DEJAR ESTE MUNDO MEJOR DE COMO LO ENCONTRAMOS, por eso le deseamos a la “Generación del 17”: QUE LARGA SEA SU HISTORIA Y ETERNA SU LEYENDA.

Pterodáctilo Ancestral,
Abril 2017



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