miércoles, 8 de marzo de 2017

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? / Por Eunardo y Ronald desde Maracaibo

Ya anteriormente escribimos de lo difícil que es ser Precursor, Innovador o Emprendedor (como le dicen ahora) en cualquier área o tiempo de El Escultismo Venezolano (no sé si del mundial también), y es que cualquier cosa o idea que a uno se le ocurra como la mayor innovación, genialidad o invento, inmediatamente será comparada y equiparada (con o sin justicia) con algo “igualito, pero mejor” que ya hicimos en un CADIPAS hace 5 años, en un CURSO hace 10 años, en un RALLY de los 90’s en un MOOT de los 70’s,  en una ASAMBLEA o FORO de los 50’s o en el 1er CANAPAS y así hasta el mismo Campamento Experimental de Brownsea en 1907 o en el Sitio de Mafeking en 1899, y es que para muchos de nosotros en el escultismo «cualquier tiempo pasado fue mejor» y por lo tanto «los chamos de ahora, nunca lo podrán hacer como nosotros lo hacíamos».

Y ese es nuestro tema de hoy, e irónicamente los cronistas invitados son dos “jóvenes maracuchos” (insistimos que prefiero el gentilicio maracucho al de marabino) a quienes les correspondió dirigir y por lo tanto cuidar y proteger el legado y la historia de la primera tropa scout de Venezuela la SAN SEBASTIAN #1 DE MARACAIBO. Por supuesto que me refiero a Ronald Rivas y Eunardo Mármol, a quienes a finales del siglo pasado les correspondió realizar su capacitación como jefes de tropa en una asociación y en una región de cuyo nombre no quiero acordarme y en donde todos se sentían (y muchos aún se sienten) “Guardianes de Leyenda” y responsables de proteger el legado de Ramón Ocando Pérez, y a pesar de eso estos dirigentes tuvieron la valentía de cruzar el Puente Rafael Urdaneta y se dirigieron al frio y querido Paramacay para que unos caraqueños - liderados por Alberto Andrade - les mostraran y enseñaran a utilizar, las herramientas que ellos requerían para: regresar El GRAN JUEGO a los rincones de patrulla de la tropa precursora del escultismo venezolano (suena como un sacrilegio).


El de hoy es un relato, irónico, sarcástico y repleto de esa capacidad del maracucho de tomarse las cosas con humor y hacer de las desgracias y de cualquier tragedia un chiste. Y a pesar de referirse a unos sucesos muy propios, personales y particulares de Ronald y Eunardo, su crónica también puede pasar por atemporal y geográficamente genérica en una asociación en que como anteriormente dijimos: las cosas se vienen repitiendo desde hace más de cien años, por lo que pudo sucederle: a cualquiera, en cualquier tiempo y en cualquier región.

A algunos (o muchos) podría parecerles una crónica cargada de humor negro y sentirse afectados, a ellos les recordamos lo dicho por El Poeta: «Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio». A otros podría parecerles un relato "demasiado scout", a ellos les digo que lo pueden transpolar a cualquier area de las instituciones en donde hacen vida, ya que los scouts en muchos sentidos somos un reflejo de la sociedad, por lo que estos hechos seguramente se repiten y reflejan en el deporte, la educación, la política, en la vida.  Por todo  eso que con inmenso placer y orgullo esta semana #MeLoContaronAlrededorDelFuego se internacionaliza, para traerles en directo vía satélite desde Maracaibo… …
  

SOBRE AQUEL MITO QUE DICE
TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR

Dice el famoso refrán que: “todo tiempo pasado fue mejor...” pero, cuando hablamos de escultismo, sobre todo en una fogata, reunión de antiguos scouts o INDABA, jamás faltaba quien nos contara una historia (y de hecho nos convenciera) que “antes en el escultismo las cosas eran mejores” pero, Ja ja ja, no será en lo que a nosotros respecta! Y así les compartimos parte de nuestra historia:

Ser un nuevo staff de dirigentes de tropa en el Zulia, de finales de siglo pasado, e inicios de este, era una empresa, digamos que, para describirla, era como mínimo “pintoresca”, por no decir arriesgada y cuesta arriba e incluso una locura; el Zulia había pasado un difícil proceso en los 90's (que no pensamos contar, tranquilos!) y en nuestros inicios como dirigentes de Tropa (los cuales emprendimos juntos por razones que aún no nos explicamos), encontramos una Región con una generación de antiguos scouts recapturados para cubrir las fallas (venían de los 80, de los 70 y algunos hasta de antes de eso), y una de jóvenes con ansias, ánimos, ganas y tesón... ah, pero sin ninguna experiencia, capacitación, orientación ni modelos cercanos a los que seguir. Además, acababa de cambiar el sistema de capacitación, planes de adelanto, uniforme, proyecto educativo, imagen institucional, etc. Y nadie sabía muy bien como mezclar todo eso, así que la brecha generacional trajo sus consecuencias, sobre todo, cuando lo único que tus antecesores te podían enseñar es que “antes las cosas eran mejores”.

Por ejemplo, nuestro nivel II en tropa (fuimos de los que tuvimos que hacer básico y luego nivel II y III, porque no estaba completo el esquema actual que todos conocen) contó con un staff donde había más IM en Manada que en tropa, y el promedio de edad del staff debía ser la suma de las edades de los cursantes de alguna de las patrullas! Creemos que incluso, debieron inventar sesiones de curso para que no se les quedara ningún viejo dirigente en la Región sin decirnos que “antes todo era mejor”. Allí por primera vez vimos un documento de “objetivos intermedios” en una fotocopia de otra fotocopia que le sacaron a un fax. Y literalmente lo vimos solamente, porque no nos lo prestaron, mucho menos entregaron, por lo que no pudimos leerlos. El sábado de dicho curso, luego de un día de intenso trabajo (no recordamos que hicimos, pero trabajamos), nos despertaron a la 1 de la madrugada, para una “sesión flash de curso” (de esas sesiones “flash” que duraban 3 horas), que creemos sólo entendieron los 2 que lograron mantenerse despiertos durante la explicación. Siempre sospechamos que si hacían un antidoping al staff, en ese momento alguno no lo pasaba... La preparación era tal, que una de las 3 patrullas ni siquiera llevó banderín.

Luego de aprobado el vivencial de ese Nivel II, tocaba hacer un taller de planificación y programación (columna vertebral del trabajo con la unidad). Lo administramos nosotros mismos (je, cursante-administrador, ¿que tal?). Lo dirigió un señor IM en tropa (no estamos seguros si de la década del 60 o del 70 pero si estamos seguros de que en su época todo era mejor), que no tenía nombramiento de director de cursos. Comenzó el sábado a las 9 de la mañana y como a la 1 “estábamos listos”.

Con esas bases tan sólidas, pero con la certeza de que seríamos lo suficientemente necios hasta  aprender a hacer las cosas bien, nos atrevimos, 6 de nosotros, a irnos al temido Insignia de Madera enTropa Nro. 38 (IMT#38) en el mítico Paramacay. Nos recibió “un tal” Alberto Andrade, con su verbo imponente nos dio una charla motivacional, de esas que te ponen a pensar que en tu casa te veías más bonito, y que nadie te mandó a gastar tu tiempo y dinero en meterte en tamaño predicamento. Los resultados del cuestionario inicial (si hubieran quitado puntos por respuesta errada nos habríamos quedado en negativo) solamente confirmaron que no había sido la mejor de las ideas...



Como por suerte, ambos quedamos en la misma patrulla (probablemente porque entre los dos no pesábamos más de 100 kg y prefirieron que tratáramos de sobrevivir juntos), y además acompañados de Jorge Sega, gran amigo del grupo San Jorge, por lo que, al menos pudimos establecer una dictadura maracucha en nuestra patrulla, para dolor de los 2 caraqueños que querían que nos portáramos bien.

Si no hubiera sido por las sesiones en las que no entendíamos nada, las actividades que para todos eran normales menos para nosotros, y las tutorías de Ydalmis Zerpa, que cada día se asombraba más de nuestra capacidad de no entender nada pero aun así estar decididos a continuar, nos hubiera ido de lo mejor!. Toque pintoresco fue el empeño de un gran amigo y compañero de patrulla llamado Rómulo Arvelo (QEPD) de querernos hacernos dormir afuera para meter los morrales a la carpa por aquello de la inseguridad (¿Cómo es???? Dos maracuchos en Paramacay, El morral calentico y nosotros afuera? Tais clarito pues... huelga decir que Rómulo durmió en la mesa toda la semana, y nosotros no), en la excursión nos perdimos en el Ávila porque los dos caraqueños no conocían bien el camino y terminamos durmiendo en casa de uno de ellos, y que al fin, luego de casi dos años dirigiendo tropa, logramos descubrir que una “chicora” es en realidad un BARRETÓN (esta historia es famosa en la capacitación venezolana, pero la contaremos en otra oportunidad), cosa que nos permitió por fin evaluar correctamente a los muchachos (nuestra política era que al promesarse ya tenían aprobada la dichosa prueba del uso y mantenimiento de la “chicora” porque nadie en Maracaibo sabía lo que era).


Luego de dos años dirigiendo, logramos ser los primeros IM en Tropa de la región en los últimos 10 años (quizá más porque cuentan, que antes del nuestro, hubo cursos Insignia de Madera en el Zulia que fueron anulados o al menos eso nos comenzó diciendo en la cálida bienvenida nuestro director de Curso), rompimos el celofán y de allí en adelante para otros, la cosa fue mucho más fácil (para los otros, porque a nuestra generación, los pregoneros de los “tiempos mejores” nos la siguieron haciendo difícil por mucho tiempo). Una Tropa exitosa en números, vivencias y valores, que fue el inicio de muchas cosas que hoy no vendremos a contar…  así que amigos, cuando la edad nos atrape a este par de relatores de este cuento, no dejen que les digamos que “antes todo era mejor”, porque vaya que tuvimos que luchar para que las cosas mejoraran!, y pues, hoy nos quitamos el sombrero ante quienes dirigen una buena tropa, en estos tiempos, que con los difíciles que de por sí son, más la dirección de los 70s y 80s que aún intentan convencer de que “antes todo era mejor” les aseguramos por mucho, y sin temor a equivocarnos, que estos convulsionados tiempos son mejores que los inicios de los 90s y seguros estamos, que esta generación que no tendrá el lastre de hacer volver esos “tiempos mejores” y por ello si podrá avanzar y hacer escultismo de calidad, con nuevas ideas y libres de estereotipos que no les corresponden.


Como buenos maracuchos echones, podríamos terminar diciendo que cambiamos el escultismo de inicios de este siglo o que nuestros tiempos eran mejores que los actuales, pero no, preferimos por una vez, ser humildes y agradecidos y dedicarle estas vivencias a nuestro hermano y amigo, hoy en otro plano, “el tal” Alberto Andrade, al cual tenemos dos cosas que decirle: 1) Hermano, este año ganaron las Aguilas del Zulia y Magallanes no clasificó (quienes lo conocieron saben cuál sería su respuesta) y 2) Nuestro agradecimiento infinito, por una semana que nos enseñó a desaprender todo lo que llevábamos previo a nuestro Insignia de Madera y entender que, si queríamos hacer algo grande, la mejor idea no era revivir los “tiempos mejores” sino hacerlo todo de nuevo, escribir la historia sin emular a nadie, 18  años después podemos decir sin temor alguno que lo hicimos bien, y no fue por nosotros, fue por todo lo que nos apoyaron grandes amigos en  el proceso, sin imponernos sus “tiempos” y confiando en lo que hicimos, que es poco al lado de lo que quienes hoy nos leen, podrán hacer por esta asociación cuando como nosotros, se deslastren de los “tiempos mejores” Buena Caza!


Cronistas:
Eunardo Mármol y Ronald Rivas



Publicado por:
Pterodáctilo Ancestral
Marzo 2017

2 comentarios:

  1. Jajajaja, gracias por hacerme reír y llorar al mismo tiempo recordando ese IM que tuve la dicha de participar como parte del staff. Un saludo y un gran abrazo para uds!

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    1. Que bueno Carlos Briceño que disfrutaras esta crónica maracucha, y que alegría que activara tus sentimientos. Esa es la idea de #MeLoContaronAlrededorDelFuego
      Saludos
      JR

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