Durante
muchísimos años la CARACAS SCOUT estuvo dividida por el GRAN CAÑON DE CHACAITO,
y porque no soy antropólogo y muchos menos sociólogo para estudiar y comentar
las diferencias entre los miembros de la Entidad Miranda y los de la Entidad
Distrito Federal, termine pensando que en buena parte fue una segmentación forzada
por motivos más “politiqueros” que políticos.
Sin
embargo, a lo largo del tiempo, existieron diversos y exitosos ejemplos de
trabajo en equipo que desmontaron la naturaleza de esta desintegración. La que
yo conocí en primera persona fue la liderada por los responsables de Recursos
Adultos (Desiree Eiris por Miranda e Ignacio Marino por Dtto. Federal), quienes
de manera muy exitosa sumaron recursos para diseñar y ejecutar un cronograma
consolidado de cursos y talleres, además acertadamente sumaron a la Entidad
Guaicaipuro que si bien eran muy pocos, apuntalaba y reforzaba el concepto de
unidad que se requería. El éxito de esta experiencia, seguramente sirvió de
fundamento para lo que estaba por venir.
Entre
estas sensaciones de amor y odio, conocí a Néstor Lohengry Vento, yo un sifrino
del Este de Caracas (en Dtto. Federal en una oportunidad me llegaron a acusar
de: “tener carro y estudiar en la Universidad Simón Bolívar”) y él un bohemio
de Caricuao al Oeste más lejano de Caracas. Hacíamos un escultismo totalmente
diferente.
Aunque
me toco compartir y conversar superficialmente con él en varias oportunidades
(en el marco del esfuerzo de RRAA ya mencionado), creo que lo conocí realmente
en el Insignia de Madera en Tropa #33 del Hipódromo La Rinconada durante la
Semana Santa de 1993, y confieso que durante los primeros días del curso no pasó
nada que motivara la reconsideración de mi perspectiva, pero a Lohengry le correspondió
organizar la Feria de Especialidades con que se cierra el curso de tropa (no
recuerdo si el jueves o el viernes), y en ese momento pude apreciar toda su
capacidad para en una muy alegre y efectiva actividad, enseñarnos a cursantes y
capacitadores, la manera correcta de desarrollar esta herramienta con los jóvenes.
Confieso que esa fue la primera vez en mi vida que tuve la oportunidad de “partir
cocos en una Semana Santa”.
De
allí en adelante (muy poco a poco), aprendí a apreciar y admirar las
capacidades de Lohengry como capacitador, como scout y como persona (sin duda importantemente inducido por mi relación con
su gran amigo Alberto Andrade). Al punto que hoy no dudo en llamarlo con el
mayor respeto Profesor Vento, y me aprecio de contarlo entre mis amigos.
Por
todo esto para #MeLoContaronAlrededorDelFuego es un verdadero honor y el mayor
orgullo tener la oportunidad de prestar su especio para este relato de sus
inicios como Jefe de Tropa.
Adelante
Profesor…
Agradezco
a Juan Rodrigo el “hablador de los scouts en Venezuela“ en darme la oportunidad
para dar cuenta de mis pininos como dirigente de tropa y la barra blanca que me
acompañaba para el momento, hay muchos nombres que se me pasan y que sin duda alguna,
si leen este articulo tienen derecho a enojarse con este servidor, sin embargo
no hay nada que no se pueda reparar con una taza de café y el acompañamiento
del omitido ir mas al fondo de lo que relato es para mí un éxito no solo porque
me corrijan si no por saber que alguien más estuvo pendiente de esos momentos
para mi importantes
También
escribo este testimonio en pro de esos jóvenes bisoños que se comprometen a
trabajar en una unidad con solo las buenas intenciones de contribuir y para la
gran cantidad de dirigentes que pasaron situaciones parecidas valoren los
esfuerzos que hicieron llegasen a sus metas
MI
RELATO
A
las 12 del mediodía era la hora que me preparaba para ir a los scouts mi
uniforme de rover ya estaba preparado: short, medias, camisa y entusiasmo
sacaba del armario para asistir a mi compromiso sabatino. Ustedes estarán
pensado en este momento en que mi relato está equivocado ya que yo debo contar
una experiencia como dirigente de tropa y no como rover y tienen razón, por eso
les aclaro que por allá, a mediados de los años 70 los rovers eran los entes
propulsores del escultismo venezolano más conspicuo que existiesen, no era raro
que un clan ayudara a formar un grupo scout nuevo como si se tratara de una
franquicia, muchos de ustedes recordaran las experiencias en este sentido en
grupos como los Don Bosco, Catatumbo, Calasanz, Rolland Phillips, San Benito y
pare usted de contar, además el rover después de obtener su investidura acto
que formaba parte de su plan de adelanto ayudaba a las otras unidades de su
grupo como rover en servicio, ese era mi caso y a mí me toco ayudar en la tropa
a Jesús Rondón un joven sin experiencia scout que fungía como sub jefe de tropa
en poco tiempo Jesús no apareció mas por el grupo scout dejándome a mí con el
gran problema de conducir unos pocos muchachos que quedaban en la tropa y recibir
programa en la unidad de clan cuando todavía no cumplía 18 años.
Los
dirigentes ya retirados que se me acercaban me pedían no dejar caer el grupo y
que confiaban en mí y otros rovers que estaban en la misma situación, el
romanticismo de la adolescencia y los relatos del honor scout hicieron que el
defraudar no estuviese en mis planes.
Toco
entonces empezar a armar una tropa de las ruinas de un grupo: sin muchachos,
sin local, sin apoyo de adultos pero con varios rover que como yo querían tener
un producto exitoso-
Mi
primer trabajo fue acercarme a la tienda scout de Sabana Grande y elegir una
bibliografía que me ayudase a conformar mi tropa conseguí varios libros pero
con mi presupuesto estudiantil adquirí “Los Primeros 4 meses de una Tropa” , El
folleto indicaba que debía empezar con una patrulla que más tarde serian los
futuros guías de patrulla, tome ”mi camino hacia los bosques” que para los que
no sepan era el manual de iniciación para los scouts de la tropa en ese tiempo
y actuando como si fuese un preparador universitario quise se aprendieran el
texto al pie de la letra y al poco tiempo algunos de los muchachos dejaban de
ir por lo tedioso que se la pasaban, teniendo que empezar de nuevo con otros
reclutas, si a esta altura alguno de ustedes me pregunta si tuve acompañamiento
les diré que muy poco aunque sería injusto omitir la presencia en el nuevo
local de Marcel Joseph y Carlos Padilla comisionados de los distritos 8 y 7
respectivamente quienes me obsequiaron un manual scout y un manual para el guía
de patrulla, supongo que para esa época comenzaban a dársele importancia a los
cargos institucionales pero lamentablemente ya no los vi mas
Después
de 6 meses y con muy malos programas promese a los tres primeros guías y al
poco tiempo a sus sub guías aunque todavía no cumplía los 18 años comprendí que
mi tiempo como Rover se había acabado y que mi futuro en el escultismo era como
dirigente de tropa
Antes
de asistir a mí capacitación formal ya comprendía varias cosas que me ayudaron
en mi experiencia como jefe de tropa
-
Mi rol era el de un hermano mayor para los scouts,
no el del profesor, ni sargento, ni instructor
-
No existe una buena tropa sin local, por mucho
tiempo vagamos por la urbanización, hasta no tener un local estable no pudimos
crecer
-
Empecé a ver resultados cuando el trabajo lo
compartía con otro dirigente
-
El ser autodidacta en el escultismo hace el camino
a los resultados más largo y riesgoso
-
Capacitarme era la mejor opción
-
Un programa que llamara la atención era mi
prioridad
Antes
de llegar a este colofón entiendo que deje con un mal sabor a varios jóvenes
sobre lo que es el Escultismo, fue el costo de dejar que un joven solo
comenzara una tropa a ellos mis disculpas
Y
mi gratitud para aquellos muchachos que crecieron junto a mí en valores del
Escultismo
Lohengry
Compartida
por:
Pterodáctilo
AncestralEnero 2017
gracias Loengry y gracias Juán...
ResponderEliminarAmbos disfrutamos escribiendolo
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