Guarda
tus penas en el fondo del morral y ríe ya
Ponte
contento y así vencerás, la dificultad......
Siempre
estarás alegre, nunca triste estarás,
guarda
tus penas en el fondo del morral y ríe ya
Con la más inmensa alegría esta
semana le dedicamos este espacio a nuestros muy amados Rodrigo Javier y Juan
Carlos, que repletos de entusiasmo cargan morrales nuevos en sus canoas
e hincan los remos en el RIO DE LA VIDA para emprender nuevas
aventuras al iniciar sus recorridos como universitarios.
Amados hijos UNIVERSIDAD siempre nos sonó
a UNIVERSO,
por la diversidad de experiencias, conocimientos, personas, ideas y doctrinas –
sociales, religiosas, políticas – que se encontrarán, y con las que en mayor o
menor grado tendrán que coexistir y compartir, durante su navegar por esta
nueva experiencia. Morochos recuerden disfrutar y aprovechar a plenitud de están maravillosa experiencia, y no olviden cada mañana al ver salir el sol, dar GRACIAS A LA
VIDA por lo que les ha dado y por lo que, con la ayuda de Dios, les seguirá dando.
Un solo consejo les damos: « NO LLEVEN SOBREPESO EN ESE VIAJE QUE HOY
EMPRENDEN », concéntrense en escudriñar
y diferenciar lo realmente fundamental, vital, trascendente e importante para
ser felices y para hacer felices a los que aman, así podrán llenar sus morrales
de aquello que sea verdaderamente valioso y conveniente para sus vidas. Rogamos a
La Divina Pastora de Barquisimeto para que los guie y ayude a diferenciar,
y así puedan dejar las cargas infructíferas a las orillas del río, de esa
manera guardaran solo lo verdaderamente valioso y útil en sus corazones.
Los
aman: Sus
Padres
LOS
MONJES A LA ORILLA DEL RÍO
Dos
jóvenes monjes zen iban de regreso a su monasterio, luego de haber terminado
una larga peregrinación para meditar a las que los había enviado su Maestro.
Antes de llegar a su morada, debían de cruzar un caudaloso río, el cual encontraron
muy crecido. En la orilla se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que
también quería cruzar, pero tenía miedo de que sus fuerzas no la ayudaran. Uno
de los monjes sin decir nada, la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la
otra orilla.
Su
compañero estaba súper furioso. No dijo nada pero hervía por dentro: Eso estaba
expresamente prohibido. Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje
no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.
De
esa manera recorrieron el tramo que les faltaba, pero cuando llegaron al
monasterio y mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el
otro y le grito:
-
Tendré
que decírselo al Maestro. Tendré que informar acerca de esto. Está prohibido. ¡Eso
es pecado!!!!!!!
-
¿De qué
estás hablando? ¿Qué está prohibido? - le dijo el otro.
-
¿Te has
olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros - dijo el que estaba
enojado.
El
otro monje se rió y luego dijo:
-
Sí, yo la
llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás. Tú todavía la estás
cargando … … …
Pterodáctilo Ancestral
Septiembre 2017
relato escrito sobre mis memorias
luego de haberlo escuchado hace ya
mucho, mucho, muchísimo tiempo