miércoles, 11 de mayo de 2016

LOS HALCONES EN LA FORJA DE VULCANO


Una tarde de 1974 en el local del Grupo Scout San Cayetano, con mi Jefe de Tropa Sebastián Rodríguez al frente y mi GP Alfonso a la derecha, recite: “POR MI HONOR Y CON LA GRACIA DE DIOS ME OBLIGO A SERVIR LO MEJOR QUE PUEDA A MI IGLESIA Y A MI PATRIA, AYUDAR A MI PRÓJIMO EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CUMPLIR FIELMENTE LA LEY SCOUT”.

En esos más de cuarenta años que han pasado desde entonces, tuve la dicha de conocer y hacer amistad con muchos y diferentes Buenos Hermanos Scouts. En este blog he nombrado y agradecido a muchos de ellos, hoy quiero recordar a una persona que para muchos de nosotros enmarca el 8vo artículo de la Ley Scout, el Dr. Luigi Luongo C. – o simplemente GINO para sus amigos – fue y es un brillante capacitador a quien conocí cuando lideraba un proyecto para transformar el movimiento scout en Venezuela, al que ellos bautizaron MISIÓN A CUMPLIR, proyecto con el que uno podía estar o no de acuerdo pero que sin duda merecía el respeto de muchos de nosotros. Aunque MISIÓN A CUMPLIR logro profuso arraigo y respaldo a nivel nacional, lo disímil y desigual de las condiciones de la contienda no permitieron que el objetivo se materializara en ese momento, sin embargo viéndolo en retrospectiva si tuvo secuelas y evidentes efectos en la exitosa ASV de principios del siglo XXI.



Nunca tuve la suerte de conocerlo como dirigente de Clan, ni que se contara entre mis capacitadores formales, pero si compartí con Gino en muchas actividades formales e informales (primero de la Entidad Miranda, luego de la Región Metropolitana y finalmente del Nivel Nacional), y además logre que me acompañara en algunas de las actividades de Programa y Capacitación que me toco programar y dirigir. Y allí siempre me demostró que encarnaba lo que aun algunos llamamos el Espíritu Scout. Con eterno agradecimiento y agrado recuerdo su carta a los participantes del IMT41 del 2002, invitándoles a buscar el Grial dentro de cada uno de ellos (prometo publicarla pronto) y activa participación en el conversatorio sobre Espíritu Scout en el PRIMER PROGRAMA ESPECIALIZADO DE PROGRAMA de 2008 & 2009. Gino siempre me contestó afirmativamente cuando lo invite a acompañarnos o participar en alguna actividad.

Recuerdo a Gino disfrutando de lo que hacia, siempre pensando en un chiste o en una broma (por cierto aun me debes al menos dos algo pesadas, y la distancia no te protegerá). En la foto de la derecha preside el Jurado en un concurso de cocina que organizo la Comisión de Actividades de Tropa de la Entidad Miranda en el Patio de Monta del Hipódromo La Rinconada en los años 90’s, aquí degusta los platos de la patrulla Búfalos del San Cayetano #26, que representaba a Italia. Y es que Gino simplemente disfrutaba ser dirigente scout, era feliz y lo sabía. 

El relato que hoy le comparto, se lo escuche varias veces y siempre me gusto, por lo que le pedí permiso para escribirlo de mis recuerdos y desde su lugar de retiro - en su Italia querida - me envió su permiso y algunos datos que lo enriquecieron, gracias Gino por confiarme tus recuerdo. Sin más les cuento:





LOS HALCONES VISITARON
LA FORJA DE VULCANO



Tenía 13 años, en aquel ya distante 1959, cuando Luigi – Gino para sus amigos – ingreso a la tropa de los scouts en su natal Italia, su primera actividad en fue un campamento con la patrulla Halcones, en las adyacencias de un pueblo llamado Bolzaneto ubicado en los Alpes de La Liguria. 


Esta bella zona del Norte de Italia, está plagada de montañas y valles que esconden innumerables y propicios escenarios para para desarrollar y disfrutar del GRAN JUEGO DEL ESCULTISMO. Hasta allí se dirigieron los Halcones dirigidos por un «GP de los de aquella época», que no concebía y ni toleraba la posibilidad de perder, y que daba todo de su parte para el triunfo de los Halcones, pero de la misma manera exigía a cada uno de ellos el cien por ciento de esfuerzo y entrega para esta labor. Su complemento y mano derecha, sin embargo, era más relajado y condescendiente, no se engañen el SGP daría la vida por los Halcones y su líder, pero tenía siempre un chiste o una canción en los labios que servían para balancear, amortiguar y liberar las tensiones del día de manera de armonizar el trabajo con el disfrute de cada momento. Él encarnaba el 8vo artículo de la Ley Scout (con los años el aguador de este cuento heredo ese rol), por cierto y antes de que se me olvide: ya podrán imaginarse Ustedes a quien le correspondió el honorable puesto de aguador de los Halcones en su primer campamento.



Salieron de madrugada, seguramente cantando aquello de:


Stamattina mi sono alzato
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
Stamattina mi sono alzato,
e ho trovato l'invasor.



Tardaron varias horas en llegar al lugar escogido, cargando aquel pesado equipo en nada parecido al que usamos cincuenta años más tarde, y luego pasaron el resto del día preparando el campamento, el entusiasmo de Gino se fue reemplazando por un cansancio que conocemos todos los que hemos sido “pie-tierno”. Al final de la tarde la mirada “experta” del GP advirtió unas negras nubes que llegaban a través del valle, y aunque le pareció que estaban más abajo que ellos tomo la previsión de llamar a su SGP y mostrarle las nubes, ambos decidieron que lo mejor era ajustar la carpa, y demás “construcciones” del campamento y poner a buen resguardo los peroles para estar preparados por si los alcanzaba la lluvia.





De esa manera, el trabajo de los Halcones se alargó algunas horas más, y ya había entrado la noche cuando finalmente, pudieron reunirse alrededor de la fogata para cenar. EL cocinero se había esmerado con un minestrone – la típica sopa de La Liguria con trozos de verdura – confeccionado con lo que cada halcón había podido «rubare dalla dispensa di sua mama», eso sin olvidar que en La Liguria el pesto se echa a todo, incluso al minestrone.





Totalmente vencido por el cansancio, Gino había logrado ignorar los ronquidos de sus nuevos amigos y hacia un buen rato que dormía a “pierna suelta”, cuando sintió que alguien lo sacudía y le hacía señas de que saliera de la carpa. Al salir observo que se trataba del GP, quien estaba enfundado en una vieja chaqueta alpina y se cubría la cabeza con un “Alpine cappello”, que había pertenecido a un tío. Sin muchos miramientos, le dijo que fuera por su cobija y zapatos, y que lo siguiera, ambos salieron del lugar del campamento y subieron durante unos 15’ hasta llegar a un mirador desde el que podía observar el valle cubierto por las negras nubes que habían observado en la tarde. Gino no sabía que esperar, ni que preguntar, en eso estaba cuando su GP le dijo mira «Mira Luigi, allí es donde se forjan los rayos», y al mirar nuestro aguador hacia donde le señalaba su líder, quedo impresionado con las luces que se esparcían por todo el valle, y que allí debajo de ellos parecía que el mismo Vulcano forjaba los rayos en las forjas de Júpiter.



En diciembre de 1987, cincuenta años más tarde, a ocho mil quinientos kilómetros de allí, Gino acepta una invitación para la actividad de Fin de Año de la Comisión de Actividades de Tropa de la Entidad Miranda, luego de la cena estamos reunidos en el Campo de Fogatas del Campo Escuela Paramacay, en algún momento alguien entona la vieja « Una mañana, de Sol radiante, »,  aunque la letra es distinta, al escuchar la música el antes aguador se llena de nostalgia y por un momento fija la vista en las chispas que saltan de la hoguera y sus ojos se llenan de recuerdos, al terminar la canción levanta la voz y nos dice: «les voy a contar de cuando me llevaron a ver como se forjan los rayos… … … »



compartido por
Pterodáctilo Ancestral / mayo 2016
como lo recuerdo de lo que me contó Gino en Paramacay en 1987



1 comentario:

  1. Saludos Scouter, evocadores y realistas sus escritos. Me gustaria que publicara la carta del Scouter Gino a los participantes del IMT41 del 2002. Tuve el placer de estar alli recibiendo sus instrucciones y me gustaria volver a analizar ese escrito. Carlos Jose Diaz Garcia

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