Una tarde de 1974 en el local del
Grupo Scout San Cayetano, con mi Jefe de Tropa Sebastián Rodríguez al frente y
mi GP Alfonso a la derecha, recite: “POR MI HONOR Y CON LA GRACIA DE DIOS ME
OBLIGO A SERVIR LO MEJOR QUE PUEDA A MI IGLESIA Y A MI PATRIA, AYUDAR A MI
PRÓJIMO EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CUMPLIR FIELMENTE LA LEY SCOUT”.
En esos más de cuarenta años que
han pasado desde entonces, tuve la dicha de conocer y hacer amistad con muchos
y diferentes Buenos Hermanos Scouts. En este blog he nombrado y agradecido a
muchos de ellos, hoy quiero recordar a una persona que para muchos de nosotros
enmarca el 8vo artículo de la Ley Scout, el Dr. Luigi Luongo C. – o simplemente
GINO para sus amigos – fue y es un brillante capacitador a quien conocí cuando
lideraba un proyecto para transformar el movimiento scout en Venezuela, al que
ellos bautizaron MISIÓN A CUMPLIR, proyecto con el que uno podía estar o no de
acuerdo pero que sin duda merecía el respeto de muchos de nosotros. Aunque
MISIÓN A CUMPLIR logro profuso arraigo y respaldo a nivel nacional, lo disímil
y desigual de las condiciones de la contienda no permitieron que el objetivo se
materializara en ese momento, sin embargo viéndolo en retrospectiva si tuvo
secuelas y evidentes efectos en la exitosa ASV de principios del siglo XXI.
Nunca tuve la suerte de conocerlo
como dirigente de Clan, ni que se contara entre mis capacitadores formales,
pero si compartí con Gino en muchas actividades formales e informales (primero
de la Entidad Miranda, luego de la Región Metropolitana y finalmente del Nivel
Nacional), y además logre que me acompañara en algunas de las actividades de
Programa y Capacitación que me toco programar y dirigir. Y allí siempre me
demostró que encarnaba lo que aun algunos llamamos el Espíritu Scout. Con
eterno agradecimiento y agrado recuerdo su carta a los participantes del IMT41
del 2002, invitándoles a buscar el Grial dentro de cada uno de ellos (prometo
publicarla pronto) y activa participación en el conversatorio sobre Espíritu
Scout en el PRIMER PROGRAMA ESPECIALIZADO DE PROGRAMA de 2008 & 2009. Gino
siempre me contestó afirmativamente cuando lo invite a acompañarnos o participar
en alguna actividad.
Recuerdo a Gino disfrutando de lo que hacia, siempre pensando en un chiste o en una broma (por cierto aun me debes al menos dos algo pesadas, y la distancia no te protegerá). En la foto de la derecha preside
el Jurado en un concurso de cocina que organizo la Comisión de Actividades de Tropa
de la Entidad Miranda en el Patio de Monta del Hipódromo La Rinconada en los
años 90’s, aquí degusta los platos de la patrulla Búfalos del San Cayetano #26,
que representaba a Italia. Y es que Gino simplemente disfrutaba ser dirigente
scout, era feliz y lo sabía.
LOS HALCONES VISITARON
LA FORJA DE VULCANO
Tenía 13 años, en aquel ya
distante 1959, cuando Luigi – Gino para sus amigos – ingreso a la tropa de los
scouts en su natal Italia, su primera actividad en fue un campamento con la
patrulla Halcones, en las adyacencias de un pueblo llamado Bolzaneto ubicado en
los Alpes de La Liguria.
Esta bella zona del Norte de
Italia, está plagada de montañas y valles que esconden innumerables y propicios
escenarios para para desarrollar y disfrutar del GRAN JUEGO DEL ESCULTISMO.
Hasta allí se dirigieron los Halcones dirigidos por un «GP de los de aquella época», que no concebía y ni toleraba la
posibilidad de perder, y que daba todo de su parte para el triunfo de los
Halcones, pero de la misma manera exigía a cada uno de ellos el cien por ciento
de esfuerzo y entrega para esta labor. Su complemento y mano derecha, sin
embargo, era más relajado y condescendiente, no se engañen el SGP daría la vida
por los Halcones y su líder, pero tenía siempre un chiste o una canción en los
labios que servían para balancear, amortiguar y liberar las tensiones del día
de manera de armonizar el trabajo con el disfrute de cada momento. Él encarnaba
el 8vo artículo de la Ley Scout (con los años el aguador de este cuento heredo
ese rol), por cierto y antes de que se me olvide: ya podrán imaginarse Ustedes
a quien le correspondió el honorable puesto de aguador de los Halcones en su
primer campamento.
♪♫ Stamattina mi sono alzato ♫♪
♪♫ o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao,
ciao, ciao! ♫♪
♪♫ Stamattina mi sono alzato, ♫♪
♪♫ e ho trovato l'invasor. ♫♪
Tardaron
varias horas en llegar al lugar escogido, cargando aquel pesado equipo en nada
parecido al que usamos cincuenta años más tarde, y luego pasaron el resto del
día preparando el campamento, el entusiasmo de Gino se fue reemplazando por un
cansancio que conocemos todos los que hemos sido “pie-tierno”. Al final de la
tarde la mirada “experta” del GP advirtió unas negras nubes que llegaban a
través del valle, y aunque le pareció que estaban más abajo que ellos tomo la
previsión de llamar a su SGP y mostrarle las nubes, ambos decidieron que lo mejor
era ajustar la carpa, y demás “construcciones” del campamento y poner a buen
resguardo los peroles para estar preparados por si los alcanzaba la lluvia.
De
esa manera, el trabajo de los Halcones se alargó algunas horas más, y ya había
entrado la noche cuando finalmente, pudieron reunirse alrededor de la fogata
para cenar. EL cocinero se había esmerado con un minestrone – la típica sopa de
La Liguria con trozos de verdura – confeccionado con lo que cada halcón había
podido «rubare dalla dispensa di sua mama»,
eso sin olvidar que en La Liguria el pesto se echa a todo, incluso al
minestrone.
Totalmente vencido por el cansancio, Gino había logrado ignorar
los ronquidos de sus nuevos amigos y hacia un buen rato que dormía a “pierna
suelta”, cuando sintió que alguien lo sacudía y le hacía señas de que saliera
de la carpa. Al salir observo que se trataba del GP, quien estaba enfundado en
una vieja chaqueta alpina y se cubría la cabeza con un “Alpine cappello”, que
había pertenecido a un tío. Sin muchos miramientos, le dijo que fuera por su
cobija y zapatos, y que lo siguiera, ambos salieron del lugar del campamento y
subieron durante unos 15’ hasta llegar a un mirador desde el que podía observar
el valle cubierto por las negras nubes que habían observado en la tarde. Gino
no sabía que esperar, ni que preguntar, en eso estaba cuando su GP le dijo mira
«Mira Luigi, allí es donde se forjan los rayos», y al mirar nuestro aguador
hacia donde le señalaba su líder, quedo impresionado con las luces que se
esparcían por todo el valle, y que allí debajo de ellos parecía que el mismo
Vulcano forjaba los rayos en las forjas de Júpiter.
En
diciembre de 1987, cincuenta años más tarde, a ocho mil quinientos kilómetros
de allí, Gino acepta una invitación para la actividad de Fin de Año de la
Comisión de Actividades de Tropa de la Entidad Miranda, luego de la cena
estamos reunidos en el Campo de Fogatas del Campo Escuela Paramacay, en algún
momento alguien entona la vieja «♪♫ Una mañana, de Sol radiante, ♫♪»,
aunque la letra es distinta, al escuchar la música el antes aguador se
llena de nostalgia y por un momento fija la vista en las chispas que saltan de
la hoguera y sus ojos se llenan de recuerdos, al terminar la canción levanta la
voz y nos dice: «les voy a contar de
cuando me llevaron a ver como se forjan los rayos… … … »
compartido por
Pterodáctilo Ancestral / mayo 2016
como lo recuerdo de lo que me contó Gino en Paramacay en 1987
Saludos Scouter, evocadores y realistas sus escritos. Me gustaria que publicara la carta del Scouter Gino a los participantes del IMT41 del 2002. Tuve el placer de estar alli recibiendo sus instrucciones y me gustaria volver a analizar ese escrito. Carlos Jose Diaz Garcia
ResponderEliminar