viernes, 23 de junio de 2023

Las siete promesas de Chuchín EL PROMESERO - mi homenaje a Yare








El embarazo de Catalina – Catina le decían su madre y su abuela Crisalda – había sido difícil desde que comenzó, antes de la Navidad del año pasado; a la joven de 15 años que había quedado embarazada de «NO SÉ DE QUIÉN», le pasó lo que a muchas  adolescentes, que no planean ni desean embarazarse, pero que cuando les toca la lotería: la falta de preparación, la poca experiencia y la escasez de cuidados prenatales hacen que sus embarazos tengan riesgos adicionales tanto para la madre como para el bebé; pero para lo que a nuestra historia compete, solo recordemos que: el embarazo de Catalina – Catina le decían su madre y su abuela Crisalda – había sido muy difícil desde el comienzo, antes de la Navidad del año pasado.

 

Por eso Doña Pancha – la vieja partera responsable de los cuidados prenatales y los partos en San Francisco de Yare, desde los tiempos cuando el diablo andaba suelto por estas calles se llamaba Francisca Méndez, pero todo el mundo le decía Pancha – al ir a revisarla a la casa de la abuela Crisalda – en donde la ex señorita vive desde que su padre, la sacó de la casa, cuando se descubrió la lipa – le decía:

 

-    Verga carajita, esa barriga no se ve nada bien, el chamito viene como raro, seguro que va a llegar antes y pesando una mierda; es que, cuando las madres viven entre ayunos, tristeza y esas vainas, las crías vienen jodidas; oiga lo que le digo, yo sé de eso: coma plátano, pollo y, sobre todo, mucha yuca sancochada, no frita: ¡SANCOCHADA!; además déjese de lloraderas, que si supo goza ́ y grita ́ como hembra cuando se lo metieron, ¿pa ́qué va está gritando como niñita ahora?, eso le jode la cría y me da más trabajo a mí, mire Catalina, que yo no acostumbro perder las crías y no voy a cambiar con la suya

 

Así se habían venido los días, las semanas y los meses; Catalina en casa de su abuela materna, el padre que no le hablaba (ni la dejaba hablar con las hermanas porque aquello era contagioso), la madre y la niña Catina que lloraban todo el día, la barriga que no se veía bien, el chamito que venía como raro, la abuela Crisalda que le preparaba las recetas recomendadas por Doña Pancha, el pueblo que murmuraba a gritos que aquella barriga era de «NO SÉ DE QUIÉN» y ya era junio: la barriga llegaba a su séptimo mes y se llegaba el esperado jueves de Corpus Christi, el día que “SALEN LOS DIABLOS”, el día, cuando misioneros, amos y esclavos mezclan la tradición católica con la raíces africanas e indígenas, en una sincrética manifestación de venezolanidad repleta de riqueza y significación.

La abuela Crisalda, para convencerla de que se saliera a ver los altares y los diablos, le dijo:

 

-   Ultimadamente Catina, no es bueno que te quedes en la casa la “CALOR DE JUNIO”, eso no es bueno ni pa´ti, ni pa´la cria, y, además, tú no tienes nada que esconder, mira que a todas las hembras desde Eva nos lo han metido, ¿y en este pueblo, donde mandan los diablos?, mucho más – dijo la abuela con nostalgia, y luego remató, imperativamente – Coño Catina, a ti siempre te ha gustado visitar los altares el día de Corpus, ¡vístete que nos vamos!

 

Así que la niña Catalina, se sacudió las angustias, se lavó la cara – más no la vergüenza –, se vistió con los vestidos grandes que le había prestado su madre a modo de ropa de maternidad y salió a las calles de Yare a visitar los altares que los devotos colocan a las puertas de sus casas, para que cuando pasen los diablos de la cofradía, estos se paren a danzar y honrar frente a esa casa, lo que es una distinción y un privilegio para aquella familia.

 


La niña preñada y su abuela Crisalda, bajaron de la Plaza Bolívar, hacia la carretera intercomunal y casi saliendo del pueblo llegaron al altar, que Doña Carmen Andrea y sus descendientes, montan todas las vísperas de Corpus Christi, frente a la vieja estación del tren de Yare a Petare (recuerdos nostálgicos, de que cualquier tiempo pasado: fue mejor) y que ella había convertido en hogar para su familia; cuando llegaron, se encontraron que los promeseros habían terminado de danzar y rendir ante el altar de Carmen Andrea y ya se estaban retirando. Las otras niñas al verlas llegar se pusieron a murmurar sobre que, en Yare, nadie sabía pa´dónde había cogido «NO SÉ DE QUIÉN» y se alejaron como si Catalina tuviera lepra u otra enfermedad contagiosa en vez de estar preñada. Al verse solas con Carmen Andrea frente al altar, la niña y la abuela se dejaron llevar por la angustia acumulada y se lanzaron a sus brazos, las tres mujeres se abrazaron, lloraron, sollozaron y sin saber cómo, terminaron postradas frente al Santísimo Sacramento y entonces sin haberlo pensado, Catalina rompió a orar en voz alta:

 

-    Señor mío Jesucristo, me acerco a tu altar llena de temor por mis pecados, pero también llena de confianza porque estoy segura de tu misericordia. Sé que he pecado y que no he sabido dominar mi cuerpo, dejándome llevar por la lujuria, por eso, hoy estoy como estoy; Señor en tu bondad, te pido que no castigues al niño que llevo en mis entrañas, por las debilidades de su madre, hazlo crecer fuerte y sano, para que pueda servirte luego, por muchos años, en tu cofradía; PROMETO QUE, SI ME CONCEDES LO QUE HOY TE PIDO, ÉL TE SERVIRÁ DURANTE DOCE AÑOS, Y SERÁ PROMESERO CON LOS DIABLOS DESDE LOS DIECIOCHO A LOS TREINTA AÑOS. Pídeme cuentas a mí que soy débil y pecadora, concédenos tu misericordia y perdón, no para mí que te he fallado, sino para mi hijo que no tiene ningún pecado, amén

 

Cuando Catalina terminó de orar, las dos viejas la abrazaron como demostrando que aprobaban sus palabras, las tres se levantaron de la calle caliente, y comenzaron a caminar adentrándose en el pueblo, postrándose y rindiéndose frente a cada uno de los altares que se iban encontrando y en cada ocasión, Catalina oraba, prometía y sumaba de manera similar:

 

DOS: … … prometo que, si me concedes lo que hoy te pido, él te servirá durante cinco años más, y será promesero con los diablos de LOS TREINTA A LOS TREINTA Y CINCO AÑOS …  amén

 

TRES: … … prometo que, si me concedes lo que hoy te pido, él te servirá durante cinco años más, y será promesero con los diablos de LOS TREINTA Y CINCO A LOS CUARENTA AÑOS …  amén

 

CUATRO: … … prometo que, … A LOS CUARENTA Y CINCO AÑOS …  amén

 

CINCO: … … prometo que, … A LOS CINCUENTA AÑOS …  amén

 

SEIS: … … prometo que, … A LOS CINCUENTA Y CINCO AÑOS …  amén

 

Y SIETE VECES: … … prometo que, … A LOS SESENTA AÑOS …  amén

 

Cuando, regresaron a la casa de su abuela Crisalda, Catalina estaba decidida a que su hijo naciera sano para que pudiera cumplir con las SIETE PROMESAS que ella había realizado en su nombre, ese Jueves de Corpus Christi ante en Santísimo Sacramento, para que así pudiera ser promesero como mínimo hasta los sesenta años, de allí en adelante dependería de lo que él quisiera.

 

Así terminaron de correr los días faltantes y el 8 de septiembre de aquel año, día de la Virgencita del Valle y exactamente nueve meses más tarde de la última vez que salieron juntos Catalina y «NO SÉ DE QUIÉN», nacía Jesús Sacramentado – ese fue el nombre grandote que su madre le esbozó, aquel jueves de junio en que se fue postrando ante SIETE altares del pueblo – el niño nació, grande y sano, pero la niña madre, no sobrevivió al parto. Así que la ahora bisabuela Crisalda, prometió, ante la tumba de su nieta: acogerlo en su casa para criarlo como hombre de bien y así asegurarse que Jesús Sacramentado, cumpliera las siete promesas hechas por su madre en su nombre, y como si eso fuera poco, Carmen Andrea, que se sentía partícipe de aquella tarde de promesas, se comprometió a lo mismo.

 

Así que, a los pocos años, Jesús Sacramentado, o simplemente Chuchín – como terminaron apodando al niño en ese pueblo, en donde a todo el mundo le inventan apodos – creció corriendo de arriba abajo por las calles de Yare, perseguido por sus dos bisabuelas (Crisalda la heredada y Carmen Andrea la de adopción). Creció Chuchín como un niño amable, sano de mente y cuerpo, simpático, siempre cordial y afectuoso. Como era de esperarse las bisabuelas lo hicieron crecer conociendo, viviendo y disfrutando, de las tradiciones del pueblo: el día de San Francisco de Padua Patrono de Yare, cuando se corren los toros en la manga de coleo del pueblo; el día de La Cruz de Mayo, cuando el pueblo se llena de altares, cantos y flores en cada esquina; el día de San Juan, cuando se suelta y calienta la sangre negra de las abuelas esclavas, de un pueblo del centro que siempre se creyó de la costa; los carnavales, que según los yarenses son los mejores de Los Valles del Tuy, del estado Miranda, de Venezuela, del Mundo y de sus alrededores; de las navidades, cuando se hace una bochinche en cada esquina de Yare, con ron, gaitas y aguinaldos; y muy especialmente del noveno jueves luego de Semana Santa, cuando, al son de las maracas, del repique de la caja, de las campanas de la iglesia y de los fuegos artificiales, se sueltan los diablos por las calles del pueblo para celebrar el día de Corpus Christi, danzándole al Santísimo Sacramento; es el día de la fiesta mayor del pueblo, el día de LOS DIABLOS DANZANTES DE YARE.

 

Y así creció Chuchín – Jesús Sacramentado, quedó solo para la cédula de identidad, las abuelas y algunos profesores del liceo – hasta sus 18 años y un día, cuando sus abuelas se vistieron y lo vistieron de gala, para llevarlo a la casa del Capataz Mayor de la Cofradía de Los Diablos Danzantes de Yare, para que lo hiciera parte de la cofradía, y así iniciara, Jesús Sacramentado, a cumplir la primera de las siete promesas que su madre hiciera en su nombre ante aquellos siete altares al Santísimo Sacramento.

 

La estructura jerárquica de los Diablos Danzantes de Yare es algo serio para los miembros de la cofradía: El capataz mayor con la única máscara con cuatro cachos; el segundo y tercer capataz y los arreadores con sus máscaras de tres cachos – ojo que el primer arreador, usa el tercer cacho más largo para distinguirse de los demás – y finalmente el primer y segundo cajero que junto los diablos rasos o Promeseros, utilizan las máscaras simples de 2 cachos, que todos conocemos. Así comenzó el entrenamiento de Chuchín – de inmediato los diablos decidieron llamarlo solo con el apodo – aprendió a bailar los diferentes pasos, se leyó – varias veces – la historia de la cofradía, le pidió a sus bisabuelas que le hicieran el característico uniforme rojo y el mismo se fabricó sus maracas, sus crucifijos, sus contras y la máscara de dos cachos; y finalmente, llegó nuevamente el día o más bien la semana de Corpus Christi. Escuchemos en silencio como Chuchín se lo contaba sus bisabuelas el jueves en la noche, mientras se comía un plato de hervido en la cocina de Carmen Andrea:

 

-    Verga Viejas, eso fue arrechisimo, con mayúsculas. Comenzamos desde el martes con la misa por el alma de los diablos difuntos, ¡que son que jode!; allí el padre bendijo las aguas, las maracas, los crucifijos, las reliquias y contras de que cada uno y de ñapa a nosotros; pa ́ terminar el Diablo Mayor y los otros viejos nos dieron una charla a los nuevos de cómo comportarnos, por ser esto una vaina seria, no es una jodedera. El día miércoles caminamos todos por separado “pueblo arriba” hasta la misma pata del cerro, todos con las máscaras y los trajes escondidos en bolsas negras, allí nos esperaba el Diablo Mayor, quien, primero nos mandó a vestir, luego rezó por todos y nos enseñó a los nuevos a cruzarnos. Allí nos quedamos todos calladitos esperando el repique de las campanas, los cohetes y el Cajero; ¡Y PUN!, eso fue una sola bulla y salimos corriendo de una pa´la plaza, donde bailamos hasta que nos mandaron a visitar los altares hasta las cinco. A esa hora regresamos a la Plaza Bolívar, y nos dirigimos a la procesión que hacen en la parte alta del pueblo entre La Cruz del Empedrado hasta La Cruz del Arbolito; luego de la procesión los capataces nos mandaron a retirarnos hasta el día siguiente, diciéndonos que tuviéramos cuidado con lo que hacíamos esa noche, ya que al día siguiente era el jueves que es el propio día de Corpus, nada de estar echándose palos esa noche, muchos nos fuimos a La Cruz del Calvario a cantar fulías, pero yo dure poco, porque estaba full cansado.

 

Las bisabuelas escuchaban embelesadas y orgullosas a su pupilo y no quisieron interrumpir, por lo que continuó el nuevo diablo:

 

-  Carmen Andrea, este hervido esta buenisimo, sírvame otro plato, pero con mucha Yuca, ¡no sé por qué pero siempre me ha gustado la yuca sancochada!; por donde iba: El jueves cada quien se vistió en su casa y nos concentramos cerca de la plaza, entonces cuando terminó la misa, entramos todos a la Plaza Bolívar, con el cajero y el estandarte adelante,  nos llamaron al frente a los diablos nuevos, nos adelantamos, nos arrodillamos a la puerta de la iglesia y entonces los más viejos nos bautizaron a los nuevos – a mí me bautizó el mismito capataz mayor, ustedes saben bien que estoy apadrinado de siempre – luego El Capataz Mayor se subió en las escaleras de la iglesia pidió un minuto de silencio, por los diablos difuntos, y se lanzó un discurso, que gracias a Dios fue cortico, luego hizo un rosario en voz alta y mandó al Cajero a repicar. Entonces entró él de primero a reza´ y a paga´ su promesa, cuando salió fuimos entrando los demás por grupos, a mí me tocó entre los primeros porque estoy apadrinado por el capataz mayor. Después de que todos rezaron salimos juntos a recorrer los altares del pueblo, el altar de la Escuela, el altar de los lriarte, el altar de los pescadores, la calle Los Mangos, el altar de San Antonio, el altar Carmen Andrea, el de la calle #1 y así hasta la tarde cuando regresamos pal frente de la iglesia todos mamaos. Entramos en silencio, tranquilitos, calladitos, hasta que sonaron los fuegos artificiales, entonces el cura cerró las puertas de la iglesia y empezamos a bailar otra vez, un buen rato, como otra hora, hasta que el cura agarró el micrófono y nos dijo que todo había estado bien, nos dio la despedida, las felicitaciones y cada quien pa ́ su casa hasta el otro año.

 

-   Entonces, ¡Cómo que te fue muy bien! – comentó Doña Carmen Andrea, sirviéndole el tercer plato de aquella espesa sopa – mira que tu vida, también inició un jueves de Corpus como hoy, cuando tu madre, que Dios tenga en su gloria, visito esos mismos altares, haciendo tus siete promesas

 

-  Eso mismito me dijo el Capataz – contó Chuchín, que no quería perder el protagonismo de la conversación – y luego me puso a mí, ¡A UN NUEVO, RECIÉN BAUTIZADO!, a hacer el BAILE DE CRUZAR EL VASO frente a la casa de las Iriarte, me dijeron los viejos que yo lo hacía con mucha gracia, con mucho cuidado, con mucho ritmo, con mucha magia: como que yo había nacido pa´esto.

 

Y de esa manera se pasó aquella semana de los Diablos, cuando Chuchín comenzó a cumplir la PRIMERA de sus SIETE promesas.

 

Así, sin prisa, pero sin pausa se fueron sucediendo los días de Corpus; Chuchín, se había convertido en una de los principales prospectos de la cofradía. En menos de doce años ya era el 2do cajero – supuestamente el más joven de la historia – y visto que el cajero mayor estaba viejo, en la barra del Teque contaban:

-    A Jesús Sacramentado, ya lo están bañando, pa´ primer cajero

-    ¿A quién?

-    Al chamo Chuchín

-  Ah, es que ese chamo, desde el primer día hace todo con mucho fundamento y cuidado, baila con gracia, con mucho ritmo, con mucha magia: como que nació pa´esto y además, Chuchín desde siempre, ha estado como apadrinado, ¿este año termina su primera promesa?

-   Si, ya solo le quedan seis de las siete que hizo la Catalina, y, de allí en adelante, las que él quiera suma´

-   Verga Salud, para el Chuchín, recuerdos pa´ su madre la Catalina, estaba bien buena esa negrita, cono su madre ese «NO SÉ DE QUIÉN»

 

Siguieron pasando los años, Chuchín – Jesús Sacramentado, pa ́ la cédula, las abuelas y algunos profesores del liceo – ya iba a cumplir tres años como primer cajero y estaba entrenando al nieto del viejo Meneses, para que lo sustituyera, ya que él, siempre bien apadrinado, estaba apuntado para quedar como arreador antes de terminar su segunda promesa el próximo jueves de Corpus. Con sus treinta y cinco año el hijo de Catalina, era un apuesto joven, muy querido por todos en el pueblo, trabajador, bailador, declamador, cantador, serenatero, o como decían en el estadio del pueblo: «manager, pitcher, cuarto bate y novio de la madrina»; su carrera en la cofradía de los diablos era brillante, vertiginosa e indetenible; para todos era muy claro que permanecería en la cofradía, hasta los sesenta años, cuando terminaría de cumplir las siete promesas que su madre hizo en su nombre y de allí en adelante dependería de lo que él quisiera. Para todos en el pueblo era claro que todo lo hacía con mucha gracia, mucho cuidado, con mucho ritmo, con mucha magia: ¡como que había nacido pa ́eso!

 

Pero, para el cuarenta cumpleaños de Chuchin, el destino le había preparado otra cosa. Primero digamos que, aunque pretendientes no le faltaban, Chuchín nunca se había casado, novias había tenido muchas – tantas como temporadas de béisbol había jugado – pero para disgusto de sus dos bisabuelas (Crisalda la heredada y Carmen Andrea la de adopción), Chuchín nunca se había comprometido, nunca se había casado y ambas mujeres habían muerto hacía pocos años sin lograr cumplir su deseo de cargar a un hijo del amado Jesús Sacramentado. Pero ese año, para su cuarenta cumpleaños, los amigos de la cofradía, le organizaron una fiesta en el Teque, al llegar Chuchín, comenzó a saludar y abrazar a todos los presentes, cuando de repente, la vio en la pista de baile, era una bella negra de figura prieta, de unos veinte y tantos años, bella como él nunca había visto antes, de inmediato le preguntó a los amigos, ¿Quién era ella? Se llamaba Rosalinda, era cuñada del nieto del viejo Meneses, vivía en Higuerote, y se había venido a Yare a pasar unos meses con su hermana, la mujer de Meneses junior, que estaba preñada; Chuchin no lo podía creer, como su tocaya del poema de Ernesto Luis Rodríguez, que tanta veces había declamado: tenía los senos bonitos, como las rosas abiertas, pulpa de amor era el centro, de sus pupilas saltonas, como las frutas pintonas, que dicen mucho por dentro; así que para no extendernos mucho, digamos que lo de Chuchín con Rosalinda fue amor a primera vista.

 

Esa noche Chuchín la sacó a bailar, y, para reponer la entrada, bailaron la noche enterita. Ya justo antes del amanecer, Rosalinda, le dijo sonriendo que la acompañara hasta su casa, y, para celos de las damas y envidia de los caballeros, ambos salieron del local, agarrados de la mano, como novios de mucho tiempo; Chuchín, aplicó todas sus tretas, de galán, pensando que, esa noche, ya había coronado y que al llegar al rancho, lo invitaría al chinchorro, PA´ DECIRLE UN COROTICO; así que cuando llegaron a la puerta del rancho, y ella se empinó para llagarle a la altura de sus labios, esperaba un beso que fuera un pase libre al chinchorro y a ese cuerpo de ébano, pero Rosalinda buscó las comisuras de los labios, y le dio un beso entre goloso y tímido, luego la negra sonrió y se despidió diciéndole melodiosamente: «FELIZ CUMPLEAÑOS MI NEGRO, LO PASE CHEVERÍSIMO, QUE SE REPITA», y antes de que nuestro cuarto bate se repusiera de aquel slider, entro al rancho, cerró la puerta y apago, tras de sí, la luz de la entrada, dejando a Chuchin ponchado, sin tirarle.

 




De allí en adelante, se hicieron inseparables y pa´ donde iba uno aparecía el otro.  En todo Yare se hablaba de como aquella negrita, había conquistado al inconquistable, los vieron juntos en los juegos de pelota, donde Chuchín seguía siendo manager, pitcher y cuarto bate, pero no novio de la madrina; durante las navidades, cuando se les vio de esquina en esquina, de bochinche en bochinche, tomando ron, cantando y bailando gaitas y aguinaldos; en los carnavales, cuando amanecieron bailando en lo que según los yarenses son los mejores Carnavales de Los Valles del Tuy, del estado Miranda, de Venezuela, del Mundo y de sus alrededores; en abril el día de San Francisco de Padua Patrono de Yare, cuando juntos se sentaron en las gradas de la manga de coleo del pueblo para disfrutar de los toros coleados; el día de La Cruz de Mayo, cuando entre cantos y flores, recorrieron juntos todos los altares del pueblo; y así llegó junio, y con junio al son del repique de la caja, el día en que se sueltan los diablos por las calles Yare para celebrar Corpus Christi;  y una noche, cuando faltaba solo unas semana pa´ Corpus, estaban enchinchorrados luego de hacer el amor, cuando Rosalinda, apretó su negro cuerpo desnudo, al de Chuchín y le dijo golosa:

 

-   ¿Pa´ la semana de Diablos, te dan libre miércoles, jueves y viernes?

 

-   Sí mi negra – contestó ingenuamente Chuchín, sin ver o sospechar que se le venía la trampa

 

-   Cónchale mi negro: ¿y si nos vamos esa semana pa´ Higuetore, pa´ estrenar el bikini blanco, que me regalaste de cumpleaños?, mira que tu negra necesita Sol de playa – arremetió Rosalinda con voz sexi

 

-   Pero, negra – contestó el hombre sorprendido – sabes que debo cumplir mis promesas, este año termino la tercera, ya solo me quedan cuatro promesas, veinte años y luego solo depende de mí

 

-   Miria Negro, definitivamente no voy a esperar veinte años pa´ estrenar el bikini blanco – contesto Rosalinda, acariciando con sus senos desnudos al cuerpo de su hombre – ¡Mira que tengo mucha ilusión de mostrarte como me queda puesto! – y cambiando de tono – total, tú has bailado más de veinte años seguidos, nadie te va a decir nada si te tomas un descansito para complacer a esta negrita – y para acentuar su petición, se montó sobre el negro iniciando el acto, antes de que él pudiera reclamar algo.

 


Esto se repitió, varias veces aquella noche y las noches que siguieron, así que – demostrando que aquello jala más que una yunta de bueyes – el miércoles de la semana de Corpus Cristi, antes de que saliera el Sol, se montaron ambos enamorados, en el viejo Escarabajo negro, que Chuchín, había heredado de su bisabuela Crisalda y tomaron rumbo a Higuerote, por la ruta de Guatopo-Caucagua. La idea del fugitivo era pararse a tomar café en el RESTAURANTE PARADOR LOS ALPES, ubicado en la encrucijada a donde llegan las vías de Los Valles del Tuy, el Parque Nacional Guatopo y Caucagua, y de allí seguir para llegar a Caucagua antes de que salieran las gandolas. Y aunque Chuchín, no lo decía, la verdadera razón para madrugar era poder salir de Yare, antes de que los compañeros de la cofradía lo vieran y lo señalaran como desertor.

 

Salieron pues, los enamorados muy temprano en el escarabajo heredado de la abuela Crisalda, antes de arrancar Chuchín se santiguó, se cruzó y tocó el rosario de la abuela que colgaba del retrovisor; por la hora, no había tráfico y antes de las ocho de la mañana estaban desayunando arepas de queso de mano y café con leche en Los Alpes, al terminar fueron a los sanitarios para asegurarse que aquella fuera la única parada y retomaron el viaje hacia Higuerote. Al rato de estar rodando, dice Rosalinda:

 

-          Épale Negro, ¿seguro que vas en la dirección correcta?

 

-          Sí claro, vamos vía a Caucagua.

 

-          Si tú lo dices – porfió la mujer – pero es que me pareció, pasar por aquí esta mañana, temprano.

 

-          ¡Verga negra, tienes razón, me estoy regresando pa´ Yare! – reaccionó el hombre – menos mal que te diste cuenta.

 

Con prudencia, Chuchín, bajo la velocidad, hasta llegar a un lugar amplio en la carretera, allí dio la vuelta en U y tomó nuevamente la ruta en la dirección deseada; media hora más tarde, volvían a pasar por el parador Los Alpes:

 

-    Chuchín necesito que te pares para ir al baño – anunció Rosalinda.

 

-    Otra vez – contestó con fastidio el hombre – ¿pero si fuimos antes de salir de allí?

 

-   Ajá, pero ahora tengo ganas, ¿Qué quieres que haga?, ¿Qué me haga? – lo corto la negra

 

-     Así, nunca vamos a llegar – murmuró Chuchín

 

Se volvieron a parar en aquella encrucijada, Rosalinda se bajó para volver a utilizar los sanitarios y Chuchín se quedó en el carro, con el motor prendido, “para meterle presión”; al rato – a Chuchín le pareció muchísimo rato – regresó la mujer, pidiendo excusas, porque había mucha cola en el baño, se montó, cerró rápidamente la puerta y regresaron a la carretera, donde el chofer aceleró a lo máximo que permitían la carretera y el viejo escarabajo, de manera de poder reponer el tiempo perdido, en eso estaba cuando:

 

-    Coño, ¡qué vaina no lo puedo creer! – dijo molesto Chuchín.

 

-    ¿Qué pasa? – respondió Rosalinda preocupada.

 

-   Mira, es que vamos de nuevo de regreso, esto se cuenta y no se cree, así no vamos a llegar nunca a la playa – contestó molesto el hombre, sin saber a quién echarle la culpa, mientras buscaba un sitio para volver a dar la vuelta en U y tomar la dirección correcta.

 

Cuando llegaron por tercera vez a la encrucijada de Los Alpes, Chuchín no pensaba ni en bajar la velocidad ni en detenerse, y le pregunto a Rosalinda:

 

-   ¿Qué hora es? – nótese que ya no le decía: ni mi amor, ni mi negra, ni querida, ni nada parecido

 

-   Van a ser las 10 – contestó Rosalinda, mirando el reloj

 

-   ¡Como la hora bajamos los diablos, los miércoles! – respondió Chuchín sin pensarlo mucho

 

No había terminado de hablar el hombre, cuando ¡PUN, PUN, PUN!, el carrito se llenó del repique de las campanas, los cohetes, el cajero; ¡PUN, PUN, PUN!  Ambos sentían que las maracas, las campanas, los cohetes y el cajero estaban junto a ellos en el pequeño carro. El ruido se les entrometía en la cabeza, ¡PUN, PUN, PUN!. Aquello no se terminaba, sentían como si los diablos, las maracas, la campana, los cohetes, el cajero, estuvieran dentro de ellos, como si estuvieran dentro de sus cabezas.

 

Con suerte, Chuchín logró parar el carro aun lado de carretera y, de inmediato, se puso al cuello el rosario de la abuela Crisalda, que colgaba del espejo retrovisor, ambos se santiguaban se ponían en cruz, hacia garabatos, rezaban, lloraban, volvían a rezar, seguían llorando, hasta que finalmente, así como empezaron, cesaron los ruidos; aún llorando ambos se abrazaron, no decían nada, solo lloraban. Sin hablar, Chuchín le puso el rosario a su amada, le dio un beso en la mejilla, metió la primera velocidad, regresó a la carretera, dio la vuelta en U y se dirigió en la dirección correcta, hacia San Francisco de Yare.

 


Aquel año, Chuchín – Jesús Sacramentado, quedó solo para la cédula de identidad, las abuelas difuntas y algunos profesores del liceo – llegó algo tarde a la fiesta de los diablos, pero no dejó de cumplir con la promesa que su difunta madre Catalina – Catina le decían su madre y su abuela Crisalda. Los años siguieron pasando, Chuchín seguía pagando promesa tras promesa hasta los sesenta años, cuando fue con su esposa la negra Rosalinda y sus cuatro hijos para cumplir finalmente con la séptima promesa que su madre había hecho en su nombre aquel jueves de Corpus antes de que él naciera; al de irse con los diablos, el nuevo Primer Capataz de Yare abrazó a sus hijos, besó a su negra en los labios, sonrió mostrando su blanca dentadura y dijo mirando al cielo: «BUENO MAMITA QUERIDA, YA BAILE CUARENTA Y DOS AÑOS, YA TENGO SESENTA AÑOS, FINALMENTE CUMPLÍ CON TUS SIETE PROMESAS, DE AQUÍ EN ADELANTE SOLO DEPENDERÁ DE LO QUE YO QUIERA … … …»

 



PTERODÁCTILO ANCESTRAL,

Juan Rodrigo Rodriguez

Caracas, 14 de junio 2023


NOTAS DEL AUTOR:

  • Los protagonistas, personajes y hechos incluidos en este relato son completamente ficticios e inventados por nosotros. La utilización de personas e instituciones verdaderas o hechos reales se realizó solo con fines de enmarcar a nuestros personajes en un tiempo y espacio determinado. Cualquier otro parecido con la realidad es pura y simple coincidencia. Nuestro mayor respeto y consideración para San Francisco de Yare, para los diablos danzantes y para aquellas personas que mencionamos con sus nombres verdaderos y que fueron, son y serán referencia de esta fiesta en Yare

  • Esta historia comenzó a darme vueltas en la cabeza desde marzo del año 1983, cuando aun no conocía a San Francisco de Yare, en ese año recibí un regalo maravilloso de Andreina Borzacchini y Gustavo Silva; se trataba de un bellísimo libro de la Fundación La Salle titulado DIABLOS DANZANTES DE VENEZUELA, hoy finalmente termino mi historia, sazonada con los veintitrés años que trabaje en este pueblo y con su gente


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GLOSARIO POR ORDEN DE APARICIÓN

Partera: quien, sin tener estudios o titulación, ayuda o asiste a las parturientas durante el embarazo y específicamente en el parto; en los pueblos, este oficio es ejercido solo por mujeres basándose en la experiencia y tradiciones, normalmente se hereda el cargo

San Francisco de Yare: fundada en 1714, es la actual capital del municipio Simón Bolívar del Estado Miranda, Venezuela. Está situado en Los Valles del Tuy, entre Sta. Teresa y Ocumare, a unos 70 kilómetros al sur de la ciudad de Caracas. El autor trabajo desde dic 1991 hasta febrero de 2014, en ese pueblo mirandino, allí le correspondió “conocer” a mucho de los protagonistas de esta historia, para todos ellos nuestro respeto y cariño

La ex señorita: expresión, para referirse a niñas, que se encuentran en la situación de nuestra Catalina, acuñada por el poeta panameño Rubén Blades en su canción Decisiones

El chamito: Diminutivo de chamo, que en Venezuela quiere decir muchacho, Chamito o una forma familiar y cariñosa de denominar a un muchachito

Corpus Christi: El Corpus Christi conmemora la creencia católica de la presencia real de Jesucristo en el pan y el vino consagrados durante la Santa Misa, se celebra el noveno jueves después de Semana Santa

SALEN LOS DIABLOS: Los Diablos Danzantes son una festividad cultural y religiosa que se celebra el día de CORPUS CHRISTI, en Naiguatá (La Guaira), Chuao (Aragua), Turiamo (Aragua), Cata (Aragua), Cuyagua (Aragua), Patanemo (Carabobo), San Millán (Carabobo), Tinaquillo (Cojedes), San Rafael de Orituco (Guárico) y por supuesto en SAN FRANCISCO DE YARE en el estado Miranda, donde la lleva a cabo la SOCIEDADES DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO, su origen se remonta al siglo XVIII​, siendo considerada una de las hermandades más antigua y más grande del continente americano

Sincrética (sincretismo): fusión y mezcla religiosa, noción teológica, que no sólo se usa para hablar de los ritos y las religiones, sino también en otros contextos, cuando se unen dos partes distintas. En América y particularmente en el Caribe, el término se usa generalmente en el contexto religioso en sentido de una amalgamación de tradiciones, ritos y conceptos mágico-religiosos, fruto de un proceso que empezó con la evangelización obligada por los conquistadores y la conversión superflua de los esclavos.

Plaza Bolívar: en todos los pueblos de Venezuela, se guarda un lugar preferencial e importante, normalmente junto a la iglesia y a los edificios oficiales, para colocar una plaza en donde honrar al Libertador Simón Bolívar, la única excepción que nosotros conocemos, es el Pueblo de Petare en donde la plaza central es en honor al Precursor Francisco de Miranda

Tren de Yare a Petare: la imagen que se adjunta, y la referencia del autor, corresponde a la estación SAN FRANCISCO DE YARE perteneciente al lamentablemente desaparecido FERROCARRIL CENTRAL DE VENEZUELA, que funcionó desde 1883 (año en que empezó su construcción) hasta mediados de 1954 y que cubría la ruta desde la estación de “Santa Rosa en Quebrada Honda” Caracas, hasta la estación ubicada en el sector Aponte de la Hacienda de la Guadalupe hoy Pampero de Ocumare del Tuy. El Ferrocarril Central de Venezuela tuvo una distancia total de 83,20 Km, con 75 puentes y viaductos, 14 Túneles y un total de 18 estaciones: Caracas – Sabana Grande – Chacao – Los Dos Caminos – Petare – El Encantado – La Lira – Tusmare – La Envidia – Los Mangos – Arenaza – Pichao – Boca de Siquire – Santa Lucía – Soapire – Santa Teresa – San Francisco de Yare – Ocumare del Tuy

Promeseros: termino que utilizan los danzantes para denominarse a sí mismos, alude a que los diablos bailan para pagar una promesa ofrecida al Santísimo Sacramento

Rendir: término utilizado por los diablos danzantes, aludiendo la acción de postrarse ante el Santo Sacramento, actitud que generalmente se acompaña de rezos y cruzados

Que ella había realizado en su nombre: de manera general las promesas hechas por las madres en nombre de los hijos pequeños o aun no nacidos, se consideran validas, ineludibles y de obligatorio cumplimiento, por esos hijos, ASÍ SON LAS COSAS

Virgencita del Valle: conocida también como Nuestra Señora del Valle del Espíritu Santo, advocación de la Virgen María originada en el Estado de Nueva Esparta, Venezuela. Se la venera en los Estados Sucre, Anzoátegui, Nueva Esparta, Monagas, Delta Amacuro, parte de Bolívar, en la ciudad de Zaraza en el Estado Guárico y, en general, en toda Venezuela; es patrona del Oriente venezolano, de los pescadores y de la Armada. El 15 de agosto de 1910 el Papa Pío X, concedió la Coronación canónica para Nuestra Señora del Valle y el 8 de septiembre de 1911 el Obispo Antonio María Durán realizo la Coronación correspondiente, por eso, ese día se celebramos a la Virgencita del Valle

Chuchín: diminutivo cariñoso de chucho, que en Latinoamérica y especialmente en México y Venezuela es el hipocorístico más utilizado para Jesús

Cuando se corren los toros en la manga de coleo del pueblo: Se conoce como toros coleados al deporte ecuestre nacional de Venezuela, y de los llanos orientales colombianos, el cual consiste en derribar a un toro agarrándolo por la cola — dentro de una manga de coleo — la mayor cantidad de veces durante cinco minutos. El coleo deriva de la faena ganadera que consiste en derribar un toro o res, a caballo o a pie, jalándolo de la cola. La faena surgió en la época colonial para derribar una res en dado caso que algún otro método, como el derribo con la garrocha, y tiempo después el lazo, fallaran. Esta técnica/disciplina es practicada por todo el continente, principalmente en México, Panamá, Venezuela, Colombia y Brasil con variación de estilos y normas. En Venezuela, las medidas reglamentarias de una manga de coleo son largo: de 250 a 330 metros, ancho: de 10 a 15 metros

Contras: alude al uso de cruces, escapularios, rosarios y otros amuletos como protección contra los malos espíritus, que ese día andan suelos

Arrechismo: superlativo de arrecho, en Venezuela la palabra ARRECHO (generalmente usada como adjetivo o verbo) tiene varias acepciones: ESTAR MUY ENOJADO: Chuchín está muy arrecho con su jefe; ACCIÓN DE ENOJARSE: Rosalinda se arrechó con Chuchín; ALGO MUY DIFÍCIL: Aprenderse todos los pasos de los diablos, es una cosa muy arrecha; SINÓNIMO DE ENOJO, RABIA EN ALTO GRADO: Catina estaba arrechismo con «NO SE DE QUIEN»; ALGO MUY EXTRAORDINARIO O FUERA DE LO COMÚN: Verga Viejas, eso fue arrechismo, con mayúsculas (que es la acepción utilizada en este relato)

Cruzarnos: según la tradición el miércoles los diablos asisten a un baño ritual en el río, se untan un bálsamo que les dará fuerza para la penitencia y realizan un “cruce de reliquias” que consiste en una serie de rezos  con oraciones conocidas como el Padre Nuestro y oraciones secretas  mientras se colocan en el pecho, la espalda y debajo de los brazos las reliquias que han sido realizadas con sacos de tela rellena con palma bendita, una vez terminado el cruce de reliquias los diablos se van vistiendo mientras continúan las oraciones

Mamao (mamado): expresión muy utilizada en la jerga venezolana refiriéndose al cansancio, físico, emocional e intelectual; en Venezuela a manera popular es sinónimo de cansado o exhausto: «Todo el día he estado trabajando; ando mamao», «Me tienes mamao, con esa llegadera tarde»

Ya lo están bañando: en el argot hípico venezolano, se refiere a que alguien va ganando, o mejor dicho: ya gano; la frase viene de la costumbre de que a los alazanes los bañan al terminar la carrera, y la GACETA HÍPICA, para decir que un caballo era favorito, decían que ya lo están bañando, es decir que ya llego a la meta, que ya gano

Nieto del viejo Meneses: ver su historia en JUICIO EN EL CONUCO, en este mismo blog, diciembre 2016 https://melocontaronalrdedordelfuego.blogspot.com/2016/12/juicio-en-el-conuco-yare-antes-de.html

Manager, pitcher, cuarto bate y novio de la madrina: En el argot del béisbol manager es el entrenador o estratega del equipo, pitcher es el lanzador (la posición clave del equipo), cuarto bate el mejor bateador, por lo tanto, la frase indica que esa persona hace todo, y todo bien; tanto que hasta es el novio de la madrina, que por lo general es la dama más bella del pueblo

Rosalinda: es un poema del Ernesto Luis Rodriguez, trovador venezolano nacido en Zaraza estado Guárico, considerado uno de los nombres más destacados de la poesía popular venezolana. El poema trata de la mujer llanera, es un poema muy autóctono, de gran fama y emblema de nuestro llano y folklore. Ernesto Luis Rodríguez, escribió Rosalinda a sus 18 años, murió el 24 de octubre de 1999, en Caracas. Tenía 83 años. Quince meses atrás había fallecido Esperanza su compañera de vida. Queremos resaltar, que Ernesto Luis Rodriguez, es el autor del himno de la UNIMET, alma mater de dos de los hijos del autor de esta historia

Slider:  En el béisbol, lanzamiento de bola rompiente que gira lateralmente y hacia abajo a través de la zona de bateo. Se lanza a una velocidad que es más baja que una bola rápida, pero más alta que la bola curva

Ponchado, sin tirarle: En el argot del béisbol el ponche (o strike-out), se produce cuando un bateador acumula tres strikes durante su turno al bate. Cuando el tercer strike se produce sin que el bateado haga swing, se dice que fue ponchado sin tirarle; por extensión, cuando a alguien le pasa algo sin darse cuenta, se dice que fue ponchado sin tirarle, sin que se diera cuenta

Enchinchorrados: Aunque en el diccionario de americanismos indica que es referido a persona floja, inactiva; en el contexto de este relato se refiere a estar abrazados, acurrucados, relajados luego de hacer el amor

Jala más que una yunta de bueyes: refrán castizo, lugar común de los refraneros hispanos; significa que para los hombres, no hay fuerza que los atraiga más que la que proviene de una mujer.

RESTAURANTE PARADOR LOS ALPES: antiguo restaurante, ubicado en la encrucijada a donde llegan las carreteras que conectan Los Valles del Tuy, el Parque Nacional Altagracia de Orituco y Caucagua, sitio de parada “obligada” para los que hacían esta ruta, actualmente está cerrado

Garabatos: alude el acto de realizar figuras a través del movimiento de las manos, normalmente en forma de cruz, que a la vez sirve como “contra” para protegerse del maligno

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