Hay una frase bastante utilizada en el movimiento scout, que fue registrada por Percy Siebold (del World Scout Bureau), la cual – aunque al parecer no figura en ninguno de los escritos documentados del fundador – creo que resume perfectamente bien lo que muchos consideramos sus ideales y anhelos más profundos sobre el Escultismo: «Primero tuve una idea. Luego vi un ideal. Ahora tenemos un Movimiento y si alguno de ustedes no tiene cuidado terminaremos con sólo una Organización», es decir que el Jefe nos previene de tener cuidado de no llevar este GRAN JUEGO a una simple organización.
Eso nos
dijo el Jefe, e inmediatamente «obedeciendo a conciencia» nos dijimos «el Viejo
debe estar muy mal, ¿¿Que va a saber Él del Escultismo, si nunca fue Guía de Patrulla??, ¡¡Como que se fumó una lumpia!!», y nos precipitamos a
instituir la mayor cantidad posible de: costumbres, tradiciones, ritos, cultos,
Guardianes de Leyenda, y cualquier otra cantidad de artificios que nos
aseguraran que estábamos guardando adecuadamente la voluntad, los ideales y los
sueños del fundador (Por cierto ¿¿Quién PROMESO a BADEN POWELL??), y así a medida que crecía la popularidad y fama del
movimiento, también crecía el deseo de ser asociados con tan excelente labor e
ideal. Por lo que muchos nos mostramos generosos a la hora de ofrecer tiempo
o dinero, de manera de “ampliar el movimiento scout”. En consecuencia: poco a poco las carpas
fueron sustituidas por confortables oficinas; por asambleas, conferencias y
foros en lujosos Hoteles Cinco Estrellas; por lugares de peregrinación y por
Templos capaces de salvaguardar y honrar la historia, las leyendas y las
tradiciones sagradas de nuestro Fundador y Jefe (Dios lo Tenga en su Gloria).
Con el paso del tiempo nacieron Clubes de Coleccionistas (que reúnen insignias y no sonrisas de muchachos), Museos de todo tipo (tanto
Concretos como Virtuales), CONSEJOS DE LOS ANTIGUOS (formados por NOTABLES e ILUMINADOS que han sido UNGIDOS para ser capaces de guardar las tradiciones de nuestro queridísimo y amado Grupo), "Grupos de Facebook" que pretenden "mantener unidos" a Grupos
Scouts de donde los muchachos se marcharon hace ya muchísimos años, e infinitas Reuniones de Reencuentro en las que
todos ostentamos orgullosamente insignias y condecoraciones, cantamos viejas
canciones, y contamos repetidos relatos (a mí ni siquiera me hacen falta las
reuniones, yo los cuento desde este blog a mi medida).
Y claro (MUY IMPORTANTE): evitamos el
fastidio de invitar a los muchachos, porque ellos disfrutan de correr, cantar,
reír y algunos hasta quieren servir, además la mayoría suelen estar
sucios, mojados y sudados cuando llegan de campamento (aunque no lo crean
conocí a un Jefe de Grupo - capacitador de 4 tacos para mas señas - que en un encuentro de Barras Blancas Regional,
guardaba las camisas de sus GP y SGP en la camioneta para que no se les arrugará y
estuvieran impecables para la inspección; “muy buena idea” lástima que una
mañana le correspondió salir a comprar víveres al pueblo y regreso en plena
Ceremonia de Bandera, para observar a su flamante patrulla BB formada sin
uniformes).
Ya me
parece escuchar a algunos gritando: ¡HEY, No te hagas el Güili Mei!!!!!!!.
Esta bien discúlpenme, sé que esta vez me pase (aunque confieso que esa era la
intención). Entiendo perfectamente que como cualquier movimiento que trabaje
con personas, valores y espiritualidad, El Escultismo ha cultivado y mantenido
múltiples tradiciones desde El Campamento de La Isla de Brownsea en 1907, y lo
que es más importante: en estos 100 años nos hemos servido de estas tradiciones
para alcanzar nuestros Objetivos, y las hemos cultivado y convertido en parte
esencial de la correcta aplicación del Método Scout.
Ahora ya
Ustedes estarán mas confundidos que ADAN EL DIA DE LA MADRE: «¿y a este que le pasa hoy: está escribiendo a
favor o en contra de nuestras tradiciones?». Y debo confesar que ni la una ni la
otra, la cosa no es tan simple ya que si bien estas tradiciones han demostrado ser
importantes y educativas (además de muy sabrosas), también es cierto que en
este primer siglo, han sido innumerables las veces en que hemos confundido el
fin con los medios, dándole más valor e importancia a esas tradiciones que al
objetivo mismo del escultismo. Los ejemplos de esto son incontables, y
seguramente que muchos de nosotros reconoceremos y recordaremos algunos con
solo mirarnos al espejo en las mañanas.
Pero eso
no es todo, en paralelo a los guardianes de tradiciones tenemos los cambios
cosméticos, es decir cuando cambiamos todo para mantener todo igual, estos
cambios (a veces convenientes y otras veces apresurados), abarcan desde el
uniforme, la estructura, la nomenclatura, hasta los valores esenciales como
nuestra Ley y Promesa.
En este
sentido, les cuento que me aparte de escultismo activo durante mis cinco años
de universidad (1981/1985), y cuando regrese me conseguí (o abominación y
sacrilegio) que «me habían cambiado la Ley Scout del Jefe», ya no obedecíamos
SIN REPLICA sino que lo hacíamos A CONCIENCIA. Con pena y vergüenza, pregunte:
¿Qué había pasado? y de inmediato muchos me explicaron que un Movimiento
Moderno e Innovador, en un País Democrático, no podíamos inculcar a los Jóvenes
que estaban llamados a ser los líderes del Siglo XXI, a obedecer como borregos
que van al matadero. “Además – me decían - no somos militares ni vasallos
sometidos a un Líder Absoluto y Arbitrario, que toma decisiones únicas, finales
e inapelables”.
Y ya que
poco o nada se podía decir contra una lógica tan terminante y contundente: a mí
- un Sub Jefe de Tropa sin ninguna capacitación; que seguramente por cariño,
costumbre o tradición me gustaba la versión original del fundador - solo me
quedo la opción de aprenderme la nueva redacción y dejar la vieja en el baúl de
los recuerdos junto a mi querido «Viejo Uniforme». Es decir que sin darme
cuenta termine: Obedeciendo Sin Replica, sobre aquello de Obedecer a
Conciencia.
Meses después ya totalmente inmerso en mi capacitación – y aquí correspondería un «bello y largo» paréntesis sobre si lo que hacemos en los scouts se trata de capacitación o adiestramiento, pero ya esto está muy largo, y mi conciencia me dice que no abra el paréntesis, por lo que cerraremos este paréntesis que nunca abrimos – como les decía: ya totalmente inmerso mi capacitación me correspondió leer El GRAN JUEGO del Dr. ADOLFO ARISTEGUIETA GRAMCKO, que acababa de ser re-editado por la Editorial Scout Interamericana, y - aquí si hago un paréntesis para decir que “para en mi” ADOLFO - tuteado pero en mayúsculas como acostumbramos a tratarlo los capacitadores en Venezuela - se encuentra entre los más excelsos y claros protagonistas del escultismo, y sin duda es una de las personas que mejor entendió el mandato del Jefe de mantener este GRAN JUEGO PERMANENTEMENTE EN MOVIMIENTO, y ahora cierro el paréntesis que si abrí - les decía que me correspondió leer el Gran Juego, y allí me encuentro que el mismo ADOLFO consideraba que la redacción original del Jefe, no tenía desperdicios y que si se realizaba una lectura e interpretación seria y clara del 7mo artículo del Decálogo Scout, podíamos entender que la redacción original no daba cabida a elementos que limitaran o invalidaran el poder de discernimiento, de la crítica, del juicio, o que restara libertad o democracia a la conducta humana. ADOLFO, incluía una interpretación reveladora que desencriptaba aquel centenario mensaje del Jefe: «El sentido que encontré siempre a este concepto no fue obediencia sumisa a la voluntad de otro, sino decisión firme, entereza ante la convicción. Se emplea la palabra réplica porque es en la obediencia a la jerarquía, donde con más frecuencia aparecen los conflictos derivados de la ambición de poder; las más de las veces bellamente disimulados en bien sustentadas teorías, con las cuales, la ambición pretende y logra legitimarse. La obediencia sin réplicas quiere decir la disposición a acometer la acción convenida hasta lograr su objetivo.
En
consecuencia y “obedeciendo a mi conciencia”,
hoy yo declaro que me adhiero y prefiero la interpretación de ADOLFO
(que adjunto y comparto al final de este relato), y que considero que la
utilización que le hemos dado a la nueva redacción en muchos casos solo nos ha
servido para justificar la indisciplina, el desorden y la anarquía de adultos y
jóvenes dentro del Movimiento (bochinche, bochinche, y más bochinche), por lo
que estoy totalmente convencido que a la vista de los hechos BP también
preferiría y ratificaría su redacción original.
Pterodáctilo
Ancestral
ADJUNTO:
Interpretación del 7mo artículo de la Ley Scout por Adolfo Aristeguieta Gramcko
El Gran Juego, Editorial Scout Interamericana / 2da Edición, 1989 (páginas 71 a
73):
7). El
Scout obedece si réplica y no hace nada a medias.
!Aquí
estallaron tantos¡ !Obedecer sin réplicas¡. Eso llevó a un país moderno a la
ruina. Si hubieran replicado a quien los guiaba no habría llegado el desastre.
La democracia supone réplica, discusión, denuncia, confrontación. ¿Cómo exigir
a un muchacho una obediencia sin réplicas?
Dicen que
la letra mata al espíritu. Tratemos de salvarlo entendiendo lo que la
obediencia sin réplicas quiere decir.
Cuando se
ha estudiado de cerca, más aún; se ha leído a Baden-Powell, es imposible pensar
ni remotamente, que contenga en alguna parte, un elemento que limite o invalide
el poder de discernimiento, de crítica, de juicio, que reste libertad a la
conducta humana.
El
sentido que encontré siempre a este concepto no fue obediencia sumisa a la
voluntad de otro, sino decisión firme, entereza ante la convicción. Se emplea
la palabra réplica porque es en la obediencia a la jerarquía, donde con más
frecuencia aparecen los conflictos derivados de la ambición de poder; las más
de las veces bellamente disimulados en bien sustentadas teorías, con las
cuales, la ambición pretende y logra legitimarse.
La
obediencia sin réplicas quiere decir la disposición a acometer la acción
convenida hasta lograr su objetivo.
Muchas
son las razones por las cuales en una empresa difícil se puede flaquear y
llevar a la desunión. Generalmente quien se ve con temor ante la acción a
acometer, comienza por discutir y vacilar, y con ello relaja la moral del
grupo. Una vez decididos, si ella es difícil y supone esfuerzo, no se puede vacilar.
Se requiere decisión y entereza con toda energía.
¿Hay algo
incierto o falso en esto? ¡No lo hay! Militares, políticos, hombres de empresa,
navegantes, todos reconocen que es así.
Los
antiguos consideraban un valor a la entereza, la firmeza y la constancia en la
aplicación del esfuerzo.
Toda
sociedad humana supone una organización de la cual surge un orden jerárquico.
De acuerdo a él en cada circunstancia, los integrantes de esa sociedad deben
ocupar sus puestos y seguir instrucciones de quienes deben comandar.
Cuando
esta condición no se cumple el cuerpo social estalla y se produce una nueva
organización con nuevo ordenamiento, con otra estructura, porque con una habrá
que contar siempre.
En el
cuerpo social hay formas de presentar las discrepancias, hay niveles en los
cuales se hace oír la opinión de los participantes. Tales son: asambleas,
reuniones, cuerpos legislativos, la prensa y otros medios de expresión; pero
una vez tomada la decisión hay que actuar disciplina, o no se llega a término.
La observación
a hacer cuando un reajuste o rectificación sea necesaria, habrá de saberse
hacer, de manera que ello no signifique una réplica que debilita la acción,
reste seguridad, relaje la disciplina y exponga al fracaso disolviendo al
grupo.
Las más
de las veces que he visto replicar a alguno en la vida práctica, ha sido por
una necesidad de enfrentamiento en competencia de poder mal canalizada; o por
temor a la acción emprendida y sus consecuencias; nunca por repuesta a la
privación de la capacidad y el derecho de opinión, ni al ejercicio del juicio
crítico.
Y vamos a
la otra parte de esta ley. No hacer nada a medias. Qué tremendo poder de
enseñanza para un joven decirle no hacer nada a medias. Ser capaz de llevar lo
comenzado hasta el grado de desarrollo en resultado útil y agradable, capaz de
ser gozado.
Obsérvese
que no dice lo hace perfecto. Eso es imposible. Nada es perfecto. Las cosas
deben ser para que funcionen, sirvan y traigan un beneficio, para que logrando
el resultado, se pueda gozar de su capacidad de realización.
Terminar
las cosas, rematarlas, no dejar cabos sueltos, es la prueba de ejercicio de una
ciencia y arte, llevada al nivel del magisterio.
La acción
responsable, de la que estamos dispuestos a dar cuenta; la que ofrecemos a toda
conciencia y con toda garantía, no admite fallas, tiene que ser acabada y
completa.
Quien
asume una responsabilidad responde por lo que hace, y está dispuesto a hacer lo
que le corresponde a toda conciencia, de acuerdo a todas las reglas del arte
que él conoce y con destreza maneja. No hace nada a medias.
Daría para
muchas páginas desarrollar la importancia y significado que tiene en la
educación del niño, el recordarle la importancia de hacer las cosas bien.
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