EL RESTO DEL MUNDO SE ILUMINA POR ELLA,
Entre ayer en la tarde y este
momento he leído miles de mensajes y comentarios con relación a que occidente,
el mundo y la humanidad debemos actuar de inmediato para acabar con la amenaza
del terrorismo, en paralelo mis hijos adolescentes también discutían y Rodrigo
Javier consideraba injusto que imagináramos a los musulmanes, y por lo tanto al
Corán, como “genéticamente e históricamente culpables” de ese sanguinario terrorismo
que azota al mundo. Por lo tanto para mí no es sencillo, tomar posición en este
sentido, aunque sin duda alguna considero abominables e imperdonables, las
acciones de Isis en contra de occidente en general y de los cristianos en particular,
y denuncio como aborrecible e injustificable los cobardes atentados contra La
Ciudad Luz.
No podemos olvidar que esta no es
la primera vez que la humanidad realiza acciones de esta calaña, como muestra
recordemos que recién hacen 70 años que Hitler ordeno destruir Paris con su
sempiterna pregunta ¿Arde Paris?, sin embargo la modernidad y la socialización
de las comunicaciones hace que ahora lo sintamos en vivo y directo, durante los
mismos instantes en que se desarrolla. Por lo que se desborda nuestra indignación,
nuestro miedo y nuestro deseo de venganza, lo que justifica los mencionados
mensajes llamando a tomar represalias y acabar no solo con Isis, sino con el
islán.
Y entonces no me quedo más que
recordar dos sentencias la primera del Mahatma Gandhi con relación a la
venganza “OJO POR OJO Y EL MUNDO SE
QUEDARA CIEGO” y la segunda de Albert Einstein, con relación a la guerra "No se como será la tercera guerra
mundial, sólo se que la cuarta será con piedras y lanzas", ambos
estadistas vieron con claridad que el futuro de la humanidad como la conocemos
depende de que sepamos estar por encima de la satisfacción que nos da la
venganza.
Con esa ensalada de ideas me
acosté anoche, pero esta mañana muy temprano me enviaron un mensaje con la foto
de las principales del mundo iluminadas con la bandera francesa, que decía
CUANDO LA LUZ SE APAGA EN PARIS, EL RESTO DEL MUNDO SE ILUMINA POR ELLA, y creo
que a eso nos llaman las circunstancia: a unirnos y apoyarnos contra las
amenazas que se ciñen contra nuestra manera de vivir y contra nuestras vidas,
pero debemos hacerlo con cordura y criterio, con sabiduría y sensatez y sobre
todo con el convencimiento de que aunque lo llamemos Yahveh, Jesus, Ala, Buda o
de cualquier otra manera, todos somos hermanos e hijos del mismo Dios, y que
nuestra sobrevivencia en este pequeño planeta verde depende de que nos entendamos
y aprendamos a amarnos.
Algunos pensaran que mis ideas
son muy ingenuas y hasta cobardes e irresponsables, otros pensaran que son una
utopía inalcanzable e insensata que nos debilita y nos deja en riesgo contra
nuestros enemigos, yo prefiero pensar como Mandiba, quien luego de permanecer
27 años inmoral e injustamente encerrado en La Isla Robben, salió para predicar
y demostrar que << si quieres igualdad y reconciliación, tienes que
educar a todos los sudafricanos juntos >>. En la historia de la humanidad
es muy difícil conseguir a un grupo social que fuera más segregado, repudiado y
degradado que los negros sudafricanos durante los años del apartheid, y sin
embargo, con el respeto que se forja al calor del ejemplo, Mandela demostró que
la única manera de resolver los conflictos en Sudáfrica era mediante la
verdad, el perdón y la reconciliación.
Por eso estoy convencido y
predico que para las guerras que se están librando entre Isis y el mundo y también
para la que luchamos cada día en nuestra convulsionada Venezuela del Siglo XXI,
la única solución para resolver y edificar una sociedad sostenible, es a través
de esa fórmula de verdad, perdón y reconciliación que concibió y aplico Mandela
al salir de prisión.
Rezo por que El Señor ilumine a nosotros
sus hijos, y nos de la sabiduría para
afrontar estos difíciles momentos.
Juan Rodrigo Rodríguez
Caracas, 14 de noviembre 2015
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