En
este inicio del siglo XXI, con las generaciones Z y MILLENNIALS dominando las diferentes
escenas y redes sociales, todo el mundo da su opinión sobre lo que considera, quiere
y siente, así que hoy yo también he decidido compartir mi opinión sobre el FEMINISMO
y por consiguiente y en consecuencia del MACHISMO; aunque les advierto que realmente
nadie nunca me la pregunto, y muy posiblemente a nadie le interese, pero al fin
y al cabo solo se trata de una opinión como cualquier otra. Así que se las
comparto:
Creo
que gracias a Dios no fuimos, no somos, ni deberíamos ser nunca, iguales … … …
Creo
que Dios nos hizo totalmente libres y diferentes, pero eterna, perpetua y
obligatoriamente necesarios y complementarios; nos creó como distintos
aspectos, de UN MISMO TODO: INDIVISIBLE, SUPERIOR Y PRIVILEGIADO, de manera que
cada uno siempre necesitara del otro, al tiempo que cada uno siempre fuera
independiente, libre y autónomo del otro:
No
nos creó árbitros, ni jueces, para juzgarnos; Nos creó camaradas y compañeros,
para avanzar juntos
No
nos creó alumnos ni maestros, para educarnos o formarnos; Nos creó compañeros y
camaradas en un mismo y hermoso viaje sin fin, para crecer, formarnos, aprender
y alcanzar la meta juntos.
No
nos creó verdugos ni ejecutores, para disciplinarnos o castigarnos; Nos creó
pareja, dúo, yunta: para apuntalarnos, apoyarnos, consolidarnos y vencer
juntos.
No
nos creó reyes para ordenar, ni súbditos para obedecer; Nos creó necesarios y complementarios
para amarnos, sumarnos, acompañarnos y complementarnos.
Nos
creó desnudos, para que no necesitáramos de costos ni de precios, y valoráramos
únicamente, lo realmente valioso.
Nos
doto a cada uno de nuestras propias alas, para siempre volar juntos, pero jamás
atados, y así juntos pero libres, hacer que la relación y el amor surjan,
crezcan, perduren, se eleven.
No
nos creó como a Pigmalión esculpiendo Galatea, sino como un único y mismo
cincel, y un único y mismo matillo, para dos mármoles independientes, tallándose
al unísono en armonías libres y separadas, pero accesorias y sincronizadas.
Nos
creó autónomos, libres y con albedrio, para que estar juntos sea un deseo, una
aspiración, una decisión, una elección, y nunca una necesidad, un deber o una obligación.
No
nos creó independientes, ni dependientes, nos creó de manera que juntos seamos
más que la suma de las partes.
No
nos creó iguales, ni mejores, ni peores; Nos creó cóncavos y convexos para necesitarnos,
acoplarnos, enlazarnos, disfrutarnos y unirnos permanentemente.
Me
parece muy premonitorio que según El Talmud:
la
mujer salió de la costilla del hombre,
no
de sus pies para ser pisoteada,
no
de su cabeza para ser su superior,
pero
si lo más cercano posible al corazón,
para
ser eternamente amadas.
28 de enero 2020