jueves, 30 de enero de 2020

Feminismo vs Machismo, mi opinión





En este inicio del siglo XXI, con las generaciones Z y MILLENNIALS dominando las diferentes escenas y redes sociales, todo el mundo da su opinión sobre lo que considera, quiere y siente, así que hoy yo también he decidido compartir mi opinión sobre el FEMINISMO y por consiguiente y en consecuencia del MACHISMO; aunque les advierto que realmente nadie nunca me la pregunto, y muy posiblemente a nadie le interese, pero al fin y al cabo solo se trata de una opinión como cualquier otra. Así que se las comparto:








Creo que gracias a Dios no fuimos, no somos, ni deberíamos ser nunca, iguales … … …





Creo que Dios nos hizo totalmente libres y diferentes, pero eterna, perpetua y obligatoriamente necesarios y complementarios; nos creó como distintos aspectos, de UN MISMO TODO: INDIVISIBLE, SUPERIOR Y PRIVILEGIADO, de manera que cada uno siempre necesitara del otro, al tiempo que cada uno siempre fuera independiente, libre y autónomo del otro:





No nos creó árbitros, ni jueces, para juzgarnos; Nos creó camaradas y compañeros, para avanzar juntos





No nos creó alumnos ni maestros, para educarnos o formarnos; Nos creó compañeros y camaradas en un mismo y hermoso viaje sin fin, para crecer, formarnos, aprender  y alcanzar la meta juntos.





No nos creó verdugos ni ejecutores, para disciplinarnos o castigarnos; Nos creó pareja, dúo, yunta: para apuntalarnos, apoyarnos, consolidarnos y vencer juntos.





No nos creó reyes para ordenar, ni súbditos para obedecer; Nos creó necesarios y complementarios para amarnos, sumarnos, acompañarnos y complementarnos.





Nos creó desnudos, para que no necesitáramos de costos ni de precios, y valoráramos únicamente, lo realmente valioso.





Nos doto a cada uno de nuestras propias alas, para siempre volar juntos, pero jamás atados, y así juntos pero libres, hacer que la relación y el amor surjan, crezcan, perduren, se eleven.





No nos creó como a Pigmalión esculpiendo Galatea, sino como un único y mismo cincel, y un único y mismo matillo, para dos mármoles independientes, tallándose al unísono en armonías libres y separadas, pero accesorias y sincronizadas.





Nos creó autónomos, libres y con albedrio, para que estar juntos sea un deseo, una aspiración, una decisión, una elección, y nunca una necesidad, un deber o una obligación.





No nos creó independientes, ni dependientes, nos creó de manera que juntos seamos más que la suma de las partes.





No nos creó iguales, ni mejores, ni peores; Nos creó cóncavos y convexos para necesitarnos, acoplarnos, enlazarnos, disfrutarnos y unirnos permanentemente.





Me parece muy premonitorio que según El Talmud:

la mujer salió de la costilla del hombre,

no de sus pies para ser pisoteada,

no de su cabeza para ser su superior,

pero si lo más cercano posible al corazón,

para ser eternamente amadas.


Juan Rodrigo Rodríguez,
28 de enero 2020