martes, 27 de agosto de 2019

Adios Madrina

Mis Padrinos Luisa Rodríguez y Dionisio Martín
Queridísima Madrina: Hoy te vamos a despedir, en el viaje que emprender para reencontrarte con tu eterno amor: mi Padrino Dionisio.

En momentos como estos, los recuerdos se revuelven, y nos llenamos de nostalgia, por aquellos, ya lejanos años de infancia, cuando pasamos tantos y tantos días en tu querida Quinta Aleluya de El Marqués, en donde, con tus hijos (que más que primos fueron y son mis hermanos), fui muy feliz. En mi vida, los Scouts siempre fueron importantes, y en muchos sentidos, tu casa, tu hogar, fueron mi base para esos años, en que junto a Dionisio fuimos scouts de la patrulla Tigres del San Cayetano.

Muchas tardes en tu casa, muchas cenas en tu cocina, el desayuno el día de mi Primera Comunión en tus jardines, las cenas de navidad en El Pozo (con mi Padrino siempre apurado, creo que de él – para bien y para mal – herede el amor por la puntualidad), las infinitas y gratificantes conversaciones con mi padrino, llegar – con Dionisio – caminado a tu casa desde alguna fiesta en la noche en Horizonte o El Marques, y muchos otros recuerdos más que hacen que hoy al extrañarte, extrañe también mi infancia, mi juventud, mi formación, y aquellos tiempos cuando éramos muy felices y lo sabíamos.

Entre lo mucho que debo agradecer a mis padres en esta vida, siempre resaltare el haberlos elegidos a Ustedes como mis Padrinos.











Don Bosco nos dijo a los Salesianos que la Santidad consistía en estar siempre alegres, y en ese sentido la Madrina Luisa fue de las personas más Santas que he conocido.




Chao Madrina, cuídanos desde esos jardines del Cielo, que debes estar llenando con tus cantos, tu risa y tu contagiosa alegría. Dale un abrazo a mi padrino y a mi padre de mi parte.




Un beso
Juan Rodrigo